Cuando no hay fe en el destino colectivo…
por Mario Alegre Barrios / EL NUEVO DÃA/Puerto Rico
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De la misma manera como el presente y el futuro de Cuba estuvo anclado a la Unión Soviética hasta principios de los 90, al comienzo de la segunda década del siglo XXI esa realidad actual y la que vendrá está definida por el vínculo de la isla con Venezuela, relación que -según asevera el escritor y periodista Carlos Alberto Montaner- enfrenta días aciagos, subordinada a la incertidumbre que plantea la figura de Hugo Chávez en la ecuación.
“No sabemos qué va a pasar con Chávez… ni los venezolanos ni los cubanos lo saben, pero las perspectivas para ellos no son nada buenas”, dice Carlos Alberto. “El Gobierno de Cuba no puede permitirse perder ese nicho y aun si Chávez desaparece, va a hacer” todo lo que esté a su alcance para que exista algo que a mí me parece muy improbable: el chavismo sin Chávez. Si eso ocurre vamos a ver grandes tensiones en la zona en los próximos meses”.
Carlos Alberto explica que para la dictadura cubana la incertidumbre en torno a Chávez es gravísima, porque si hubiera un cambio de gobierno en Venezuela y se acabara el subsidio del petróleo y otros subsidios millonarios venezolanos, le pérdida para Cuba sería peor que cuando desapareció el subsidio soviético a principios de los 90, que era del orden de $5,000 millones, en esa época.
“Entonces, la capacidad de consumo de los cubanos se contrajo súbitamente entre un 40 y un 50%”, ilustra. “Quitarle a un pueblo ya muy pobre ese porcentaje de consumo en pocas semanas es algo pavoroso. Algo así podríamos ver en Cuba. Los Castro lo saben y por eso se esforzarán hasta lo imposible para mantener esa ‘vaca lechera’, no me cabe la menor duda”.
En esa misma línea de pensamiento, Carlos Alberto añade que “Cuba es una metrópolis política y policíaca que protege al dictador y caudillo venezolano, pero que lejos de suministrar saquea”.
“Esto irrita mucho al pueblo venezolano y cualquiera que aspire al poder en Venezuela, sabe que ellos no necesitan a los cubanos. Cuba a Venezuela, sí, a morir; Venezuela a Cuba, no para nada. Actualmente no hay mensaje político más coherente que el anclado al regreso a la democracia, a la libertad. Cualquier movimiento timón en Venezuela hacia la democracia va a ser muy bien recibido en la comunidad internacional, excepto, claro, en Cuba y toda la izquierda carnívora que queda en América Latina. Si eso sucede, comenzará a desarmarse ese sueño delirante del socialismo del siglo XXI”.
A la luz de esta incertidumbre, dice Carlos Alberto, las instrucciones de Raúl Castro a su fuerza de inteligencia que” opera en Venezuela deben incluir las de sostener el chavismo en el poder “a cualquier precio, independientemente de que Raúl pueda, como se rumora, despreciar a Chávez”. “Raúl heredó el poder de Fidel pero no el liderazgo continental, ese lo heredo Chávez. Con Raúl hemos visto en Cuba la transferencia del poder carismático al poder racional”.
Respecto a las reformas propuestas por el Gobierno de Cuba a principios de año con el despido de medio millón de empleados del Estado en la etapa inicial y la legalización de decenas de oficios para que esos desplazados se conviertan en nuevos empresarios, Carlos Alberto señala que la realidad es que ese empresarismo elemental no ha funcionado porque no se dan las condiciones elementales para que sea viable.
“Es aritmética elemental”, acota.” “Raúl está acostumbrado a dar órdenes sin pensar si son viables o no , pero hay que cumplirlas. Algo así es el ‘cuentapropismo’, que lo único que ha hecho es ‘blanquear’ unos oficios que ya desde mucho antes se venían ejerciendo, pero por los que ahora se debe pagar una licencia. Además, seamos claros: ningún país sale de la miseria con su gente vendiendo croquetas en la puerta de la casa, o pizzas, o discos piratas”.
“Ahora se preguntarán porque esto no funciona, pero durante cincuenta años se dedicaron a aplastar el espíritu empresarial”, agrega. “En Cuba, ser emprendedor era un gravísimo problema. Quien lo era, se convertía en objeto de estigma. Lo llamaban despectivamente ‘merolico’, en fin… lo que ahora se trata de estimular, hasta hace poco era condenado como la peor de las conductas. Es muy difícil luchar contra lo que ellos mismos han sembrado. No va a funcionar”.
Carlos Alberto añade que el el objetivo de Raúl Castro con estas alegadas reformas es regresar a 1968, cuando el Gobierno cubano lanzó una ofensiva revolucionaria y en un día confiscó 60,000 pequeñas empresas. “Raúl quiere volver a ese momento y revivir lo que liquidaron, pero lo cierto es que eso que borraron del mapa se había creado a través de mucho tiempo, mediante el proceso natural del tanteo y el error. Eso, ahora, no se puede recrear de la nada, simplemente por decreto”, reflexiona. “Esto que ahora el Gobierno propone está basado en el aplazamiento de la utilización de los recursos y en eliminar la acumulación de beneficios. Un capitalismo sin eso, sin inversión sin crecimiento y sin mercado, está muerto al nacer”.
-Ve violencia en el futuro de Cuba? ¿Algo similar a lo que ha sucedido en Oriente Medio y en el norte de Ãfrica?
“El cubano no se va a tirar a la calle a menos que se produzcan dos circunstancias: vacío de poder o una hambruna, como consecuencia de todos los disparates económicos y políticos del Gobierno”, acota. “La agudización de la crisis de alimentos, la falta aguas y de electricidad, haría que la gente se tire a la calle, no en demanda de libertad y democracia, sino de alimentos, de agua, de electricidad”.
-¿Y el papel de Estados Unidos en un escenario como ese?
“Bueno, mientras algo sí no suceda, Estados Unidos seguirá echado para atrás y observando, actitud que ha seguido desde hace muchos años. Ahora, si en Cuba se produce un escenario de violencia, inevitablemente arrastrará a Estados Unidos, aunque no quieran”.
Suspira. intenta un trago a un café que ya no existe.
“Mira -dice Carlos Alberto como colofón-, una de las grandes y trágicas consecuencias del comunismo y de los sistemas totalitarios es la perdida de fe en el destino colectivo y la exacerbación del individualismo más rabioso”.
Esta realidad que nos golpea cada dia que pasa, nos hace
ver que debemos continuar exigiendo cada dia que pasa nuestros
derechos a una vida mejor,con libertad y sin opresión, donde
podamos escoger nuestro propio destino.
¿No era más fácil publicar el artículo de Montaner que citarlo casi literalmente? Y ese “casi” cae dentro del terreno de la intolerable aproximación a lo que existe “a priori” y uno intenta reinventarlo cual “pólvora mojada”.
Bueno, si eso vale, voy a contar lo que dice Montaner en su novela “La mujer del coronel” y ahorro la mitad de las páginas de la lectura… total…las emociones resumidas siempre tienen lectores…
Un poco de fundamento!
Cuando el Papa Juan Pablo Segundo se refirió al daño antropológico que las dictaduras comunistas totalitarias hacían en la sociedad humana se refería precisamente a esto.
Yo personalmente tuve la oportunidad de ser testigo de la depauperación de la sociedad cubana, poco a poco se fueron perdiendo todos los oficios, En el campo con la colectivización de la producción a partir de la creación de cooperativas en las que supuestamente los campesinos unían sus tierras, se perdió todo el conocimiento acumulado por cientos de años pues los herederos de estos campesinos perdieron el sentido de pertenencia y por ende todo la cultura que aquello representaba.
Hasta la âcocina cubanaâ desapareció, más de una generación perdió los hábitos y el saber como hacer âcomida cubanaâ porque sencillamente la abuelita no tenía con que enseñar a la nieta a hacer un plato, esa cocina tan exquisita, que se armó con las recetas traídas de todo el mundo y cocidas en nuestro crisol de culturas a fuego lento durantes quinientos años sencillamente se perdió, La recuperación de la cultura cubana ( y me refiero a todo , desde el campesino que sabe como sembrar un árbol, la señora que hace un ajiaco, el trovador que no deleita en un Bar, El pregonero, el afilador de tijeras , ) va demorar mucho , El daño es irreparable, el cubano promedio que vive en la isla hoy es como un niño que se ha dejado perdido en el bosque y no tiene idea de la realidad concreta,
Esto es lo que había en los 70 y 80, hoy toca peor, pero al m,enos con una esperanza de futuro, como dice Yoani, si bien no se ve el fin, se presiente.
La Habana, década del 70. La cola de la guagua en coopelia, hace calor, el aroma del salitre
esparcido por la ciudad a causa del golpeo de las olas contra el malecón de los enamorados
que se obsequian caricias y se prometen todo para siempre.
Una cola enorme, para comer helados de coopelia.
El canal seis repite un discurso de Fidel que dura tres horas, no es de los más largos, el canal dos aún tiene la
señal de ajuste, para cuando la gente llegue a sus casas, si tienen la suerte de que la guagua
siga sin pasar o parar un par de horas más, podrán ver las aventuras, el noticiero o
una película rusa, o la serie 17 instantes de una primavera, una película
argentina o mexicana de los años cincuenta, con Hugo del Carril o Negrete, o una de piratas
con Erroll Flynn. Si la guagua no demora como es habitual, tragarán discurso. Porque tampoco es racomendable que los vecinos escuchen un silencio sepulcral, mientras el Jefe habla por los dos canales.
Un taxi por fin,
_Mi socio, dónde tú vas? _ cojo por línea y llego hasta Marianao,
Diez pesos encima de lo que marca el taxímetro y paramos en casa de un socio a tomar un
buchito de café. “¡Sube!.
El olor de las plantas alrededor del río Almendares, una vegetación exuberante,
ni un kiosco donde apagar la sed, ni una guarapera en el país de la caña, en
el país de la vegetación ni un mango. Puestos de venta de ron estatales, bodegas de venta por
la libreta,
Malanga y papa de venta libre, una papa buena cada tres apolismadas. De repente, un hombre sin camisa atraviesa la avenida y se detiene en la esquina, haciendo la mímica de que conduce
una guagua, hace el gesto de detenerse, ordena a un público imaginario a que suba y se apriete bien en el fondo, cierra las puertas y sigue su camino, todo eso en medio de la avenida.
Es el loco de la guagua, también está el loco del duro frío en el mismo barrio.
que va gritando que vende una especie de helado artesanal,
Y está el que grita “¡ Rebelde, rebelde!, ese sí
vende de verdad el periódico Juventud Rebelde, a un níquel, pero todos los días
discute con el loco que también grita Rebelde y no vende nada.
Locos como en cualquier ciudad infernal, que cuentan con el beneficio del diagnostico, entre otros cientos de miles de esquizofrénicos que no están medicados.
Pasa tremenda mulata, y unos muchachos detrás piropeándola, ella se ríe y menea con
gracia lo que sabe sacar de paseo bajo la cintura. El discurso durará tres horas, el día anterior
todo el barrio de la Lisa tuvo que ir a la plaza, se pusieron guaguas y camiones, hacía un calor
tremendo, pegajoso y con mosquitos.
Presoscon veinte años de calor y mosquitos sin mar ni brisa, mosquitos que ya son carne de cuartel y de prisión.
Por suerte no fue de los discursos largos, no era de los autocríticos que declamaba por
aquellos días, tras los cuales destituía a tres ministros y los castigaba seriamente,
como muestra de un
novedoso sentido de la autocrítica.
Pensar en llegar a casa y que todavía queden dos horas de charla, añorar de manera abstracta
la demora de la guagua, no hay nada más en el refrigerador que agua, café
frío , mantequilla, queso crema y leche condensada, âque ganas de comer un bistecâ parecía
decir Robert Plant en las canciones de Led Zeppelin, por algo lo tendrían prohibido,
También Grand Funk y Peter Frampton decían en sus canciones que darían una mano por comerse un bistec. Todo ese rollo del LSD o de la hierba y la heroína eran sólo eufemismos para hablar del subversivo tema de la carne.
Ni pensar en hablar de comer jamón. Era la metáfora vehicular del anticomunismo radical, del terrorismo organizado.
Un policía llama a un muchacho peludo en la calle y lo meten en un patrullero, se llevan
también a un afeminado, por pájaro, por cherna, por pargo, por ganso, así las cosas,
los homosexuales eran detenidos por patrulleros policiales, cuando a juzgar
por los vocablos con que eran denominados, hubiese sido más pertinente que los llevaran a un
acuario, a un corral o a un museo botánico.
Un grupo de estudiantes
cruza la avenida Línea
con la vitalidad y alegría en las venas, en los cuerpos
curtidos por el salitre y el sol, a pesar de la falta de mango en la bodega,
a pesar de la policía, la fmc, la ujc, los cdr, la ctc, el pcc,
y los interminables discursos del primo de Barrabás, del bloqueo , de los
obedientes, de los mítines y las reuniones, de las colas y el calor.
Gracias al
cadencioso andar de una mulata que en
estos años, se las arregló para que ningún día en su totalidad,
fuese un mal día.
Para que no fuese sólamente un día de locos, un infierno fabricante de borrachos desafectos y de vagos habituales
http://martinguevara.over-blog.es/
Excelente relato del Sr. Martin Guevara, he estado hace apenas cuatro meses por La Habana.. Y he visto y rememorado casí todo lo aquí descrito, todo el comentario en sí, lo interpreto como un video de la triste realidad Habanera… Que cambie todo y pronto.. Es mi deseo… Un saludo
Cuba, como cualquier otra nación comunista en el pasado, es la prueba histórica de que el colectivismo no funcionó ni funcionará nunca, por es extraño a las expectativas y a la naturaleza de las personas. El ser humano es individualista antes que preocuparse por su comunidad: Primero está el individuo, luego su familia, luego sus amigos, los vecinos, y así… Pero ese engendro del marxismo, es totalmente contrario.
Para un existencialista ateo no hay mayor problema filosofico que el del suicidio y justifican moralmente la solucion. Las palabras escritas por Carlos Alberto Montaner -que para mi son la primera fuente de la noticia- parecen glosas sacadas del primer ensyo de “El mito de Sisifo” de Albert Camus, escrtito por cierto antes de su conversion.
No tuve oportunidad de conocer a Carlos Ripoll y lo lamento. cuando llegue al exilio ya el habia escogido su propio insilio y no quise perturbarlo, trate de verlo porque queria comentarle sobre un documento inedito que un condiscipulo mio encontro en Cienfuegos donde se prueba la masoneria practica de Jose Marti pero nuestro comun amigo el profesor Juan Clark me convencio que no insistiera y obedeci. Asumi su actitud como un recogimiento imprescindible para su seria labor intelectual y lo admire desde lejos, sin llamar su atencion, respetando su espacio personal siempre a la expectativa de sus libros que sigue siendo el verdadero medio de comunicacion con los grandes hombres y seguro que tendriamos la recompensa de una obra profunda, macerada por l madurez y la reflexion de un sabio.
Montaner argumenta sobre sus enfermedades del corazon- esa “impaciencia del corazon” que en su tiempo tambien arrastro a Stefan Sweig- y que es una consecuencia y no una causa. El suicidio es la solucion desesperada a la soledad y el desencanto y las causas no estan en el suicida sino en su entorno, el es la consecuencia inexorable de un ambiente frustrante. Nuestro exilio ha sido prodigo en el abandono de las glorias de la cultura cubana. Nos hemos contagiado del pragmatismo calvinista y solo reconocemos a aquellos “exitosos de modo material”, y no vemos mas valor en las cosas que aquello a lo que el dinero pone precio. Los venerables ancianos de nuestra intelectualidad exiliada han sido condenados por nuestra desidia, nuestra frivolidad y nuestra ingratitud y se le ha hecho reconocimiento demagogico a quienes no lo merecen.
Para un hombre que consagro su pensamiento y accion a la libertad de su patria y a la defensa de los valores universales del hombre, como dan testimonio sus multiples fotografias en multiples escenarios, la perdida de la ilusion por la vida no se restringe a la desgracia de su esposa por mucho que la haya amado sino mas bien por el ambiente necrofilico y banal que gira a su alrededor, el desencanto al final, despues de multiples sacrificios y tiempo invertidos, por el pantano politico en que ha caido la causa por la libertad de Cuba, por el oportunismo y la inmoralidad de los que han hecho de la desgracia de Cuba un “lobby” partidista, un objeto de demagogia politica o un medio de vida.
A diferencia de Montaner considero que “una persona como el, con caracter e inteligencia”- educado por jesuitas y curtido en una larga lucha prolifera en traiciones, componendas y enganos, agrego yo-la vida no es el simple contrato existencialista que puede derivar en la apologia de una tragedia, ni “la libertad” es tan “individual’ como el liberalismo relativista- que nada tiene que ver con el liberalismo clasico- pretende adoctrinarnos. La libertad que es absoluta y no relativa y las libertades “liberales” son remiendos retoricos a interpretaciones del libre albedrio que es realmente lo que nos hace libres y tambien rtesponsables, con obligaciones y sujetos a las consecuencias de nuestros actos.
Carlos Ripoll, como Marti- que tambien opto por el suicidio, en su caso asistido por el machete de un “guerillero”- vio los oscuros nubarrones que acechan el futuro ya inmediato de Cuba, con el triunfo del castrismo no ya como politica sino como antrop[ologia y cada vez mas inmediato y cansado del camino de la vida, desencantado por las acciones de sus falsos compatriotas, desesperado, impaciente y solo desencadeno su propia tragedia, cuyos momentos finales no interpreto de esa manera parsimoniosa de suicidio por aburrimiento como lo hace Montaner sino que mas bien lo veo, en su soledad, justo antes del fin, preparando su escenario para moprir con limpieza, como el guerrero que fue y que ante la decadencia de su clan y la irrevocabilidad del destino comete “hagakure”.