31 August 2015 ~ 5 Comentarios

Cuba Dependerá de EE.UU.

por Roberto Álvarez Quiñonez

USA Cuba

(contactomagazine.com) Lo que son las ironías de la política. Yo recuerdo muy bien que los marxistas cubanos antes de la llegada de Fidel Castro al poder se pasaban la vida denunciando la “humillante dependencia” que tenía Cuba de Estados Unidos en todos los sentidos, principalmente en lo económico y comercial.

Pues bien, ahora los comunistas, que gobiernan en la isla desde hace casi seis décadas, tienen y tendrán cada vez más, una dependencia mucho mayor de EE.UU que la que tuvo nunca el país antes del castrismo.

Y es que, independientemente de si el Congreso estadounidense levanta el embargo comercial y financiero o no lo hace, la economía cubana dependerá de su vecino del norte tanto o más que lo que dependió de la Unión Soviética y de Venezuela.

Creo que tal maridaje económico con el “enemigo imperialista” será inevitable, en la misma medida en que se agrave la crisis en Venezuela y el precio del petróleo no regrese a los niveles de 90 y 100 dólares el barril, algo que descartan a corto y mediano plazo incluso los más optimistas expertos en materia energética.

La explicación es muy simple: Fidel Castro al suprimir el sector privado hace 55 años e imponer el improductivo sistema marxista-leninista mató la gallina de los huevos de oro. Desde entonces Cuba, una de las naciones con más alto nivel de vida en Latinoamérica en los años 50, perdió la capacidad de sustentarse a sí misma.

Tal capacidad de sustentación no será recuperada hasta tanto no sean liberadas las fuerzas productivas y surja un pujante sector capitalista en la isla. La imposibilidad de valerse por sí misma convirtió a Cuba en un país proxeneta cuya economía sólo puede mantenerse a flote si un mecenas extranjero le obsequia mucho dinero.

La URSS ya no existe. El chavismo en Venezuela va por el mismo camino, y antes perderá su condición de tío rico dadivoso. Por tanto, la única fuente importante de “cash” que tendrán los hermanos Castro será EE.UU.

El país no produce

Y es que el país apenas produce. La improductividad de la economía castrista es de tal magnitud que el valor de las exportaciones de bienes (sin incluir los servicios) en 2014 no llegó a los $5,000 millones. República Dominicana (10.5 millones de habitantes) y Bolivia (10.8 millones de habitantes), países pobres y con una población cuantitativamente similar a la Cuba, en 2014 exportaron más del doble: las ventas externas de bienes dominicanos superaron los $10,000 millones y las de Bolivia sumaron $12,856 millones.

Por otra parte, mientras la formación bruta de capital fijo (requisito sine qua non para el desarrollo económico) en Latinoamérica oscila entre 19% y un 29% del Producto Interno Bruto (PIB), en Cuba no llega al 7%. O sea, el país está descapitalizado. Por eso la Junta Militar exporta médicos y se apropia del 80% de sus salarios, a la vez que mendiga la limosna extranjera.

Parasitismo

Con la estatización en 1960 de las empresas grandes y medianas del país, con el estalinista Che Guevara al frente, la economía cubana, transformada ya en un parásito social, pasó a depender de la Unión Soviética, que se hizo cargo de mantener al castrismo para utilizar a Cuba como gran base de inteligencia en las narices de Washington y para expandir la influencia soviética por el continente americano.

Con la marxista “división socialista internacional del trabajo”, diseñada en Moscú, tan pronto Cuba entró en Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) en 1972 se le designó como la azucarera de dicho bloque comunista, auspiciado y controlado por la URSS. El CAME, con 11 países miembros (más Yugoslavia como miembro asociado) y creado en 1949, era conocido en Occidente como COMECON y tenía como brazo político-militar el Pacto de Varsovia.

Déficits sin fin

La URSS le compraba a Cuba unos cuatro millones de toneladas de azúcar, así como níquel y otros productos básicos. Y enviaba a la isla el petróleo que consumía, maquinarias, alimentos, equipos de transporte, materias primas y casi todos los bienes que necesitaba. Encima le entregaba gratuitamente modernos aviones de combate, tanques, barcos, fusiles, ametralladoras, cañones, cohetes, etc.

Pero el valor de lo enviado por la URSS era infinitamente superior a lo entregado por Cuba y la balanza comercial cubana con el CAME, en particular con la URSS, y con el resto del mundo, registró siempre enormes déficits durante 30 años consecutivos, excepto 1974, en que obtuvo un superávit de 10 millones de dólares. Todos los déficits, de hasta $2,700 millones anuales –descomunales para el tamaño de la economía cubana– fueron asumidos por Moscú con créditos que jamás pagaron los Castro.

El colmo de un subsidio

Como Cuba era incapaz de generar recursos financieros suficientes la URSS llegó a pagar a 45 centavos la libra de azúcar cubana mientras el precio internacional era de apenas 4 centavos. El colmo fue que la isla consumía menos de 10 millones de toneladas petróleo de su “cuota” de 13 millones de toneladas asignadas en el CAME y la URSS vendía a países capitalistas ese petróleo no consumido y le entregaba a los Castro el importe en divisas convertibles.

Y según me dijo “off the record” a mediados de los 80 el ministro de Economía, Humberto Pérez, aquellas ventas soviéticas del petróleo “cubano” le daban al país mucho más divisas que las exportaciones de azúcar a Occidente, que por entonces rondaban los $400 millones.

En fin, en las tres décadas de “amistad cubano-soviética” los subsidios de Moscú a La Habana superaron los $115,000 millones de dólares. Sin ese dinero del Tío Sacha probablemente el castrismo sería hoy historia antigua.

Desapareció la URSS como Estado, pero del sombrero de un mago desfasado en el tiempo salió Hugo Chávez, quien se hizo cargo de mantener a los Castro. En lo que va de siglo Caracas ha enviado a La Habana unos $90,000 millones en subvenciones.

La ‘gusanera’ imprescindible

Ahora la crisis en Venezuela va al galope y peligran esos subsidios. Aunque EE.UU nunca subsidiaría a Cuba, sí será su puntal económico. Ya hoy es el segundo suministrador de divisas a la isla. Y digo más, en buena medida el castrismo ya depende de la “gusanera imprescindible” residente en EE.UU

Prestigiosas fuentes estiman que las remesas enviadas desde territorio estadounidense hacia la isla ascendieron a unos $2,700 millones en 2014, y que los paquetes (medicinas, ropa, equipos, etc.) sumaron $2,500 millones. Quienes viajaron desde EE.UU llevaron en sus bolsillos otros $700 millones. El total fue de $5,900 millones.

Si agregamos los honorarios exorbitantes por los pasaportes y sus prórrogas, los permisos a los cubanos para visitar su propio país, pasajes con precios astronómicos, gabelas exigidas a las líneas aéreas y los turoperadores, las "mordidas" de los empleados de aduanas y funcionarios, y otros abusos, el total de recursos financieros obtenidos por los Castro desde EE.UU en 2014 fácilmente superó los $6,100 millones.

Esa cifra quintuplicó los ingresos netos que generó el turismo. Recordemos que de cada dólar captado en Cuba por el turismo unos 55 centavos vuelven a irse al extranjero en la importación de insumos, equipos, alimentos y todo lo que necesita dicha industria para funcionar.

Según estadísticas oficiales el año pasado el turismo dejó en Cuba ingresos brutos por $2,700 millones. Pues bien, sólo quedaron disponibles para el gobierno unos $1,215 millones, es decir, menos del 20% de lo que recibió el país desde EE.UU.

Ahora con el deshielo Washington-La Habana y la flexibilización para viajar a Cuba se ha disparado el flujo de visitantes desde EE.UU a la isla, así como las remesas y la paquetería. Por eso en 2015 Cuba tal vez recibirá más de $7,000 millones desde EE.UU, una cantidad cercana a los subsidios venezolanos, que para este año se estima rondarán los $8,500 millones.

Con más facilidades legales para viajar a Cuba, como las que anuncia la Administración Obama, la cifra podría alcanzar los $8,500 o $ 9,000 millones en los próximos tres o cuatro años. Es decir, si se acabasen los subsidios venezolanos el castrismo tendría un asidero económico al cual agarrarse.

‘Tanto nadar para morir en la orilla’

Lo ideal para el régimen sería que se levantase el embargo. Pero no porque llegarían las compañías estadounidenses a invertir masivamente. Eso no ocurrirá mientras la dictadura no suprima las leyes y reglas del juego estalinistas y en buena medida libere las fuerzas productivas. Con el cese del embargo el beneficio adicional que obtendría la nomenklatura castrista sería la avalancha de turistas estadounidenses, sólo limitada por la insuficiente infraestructura hotelera y gastronómica del país.

En resumen, que haya embargo, o no, será el dinero procedente de la “Yuma” lo que mantendrá a flote la maltrecha economía cubana. Irónicamente la Junta Militar dictatorial dependerá abrumadoramente de su vecino del Norte.

Estoy seguro de que no pocos viejos fidelistas van a comentar con amarga sorna: “tanto nadar para morir en la orilla”.

5 Responses to “Cuba Dependerá de EE.UU.”

  1. Hector L Ordonez 1 September 2015 at 12:41 pm Permalink

    CUBA CON LAS RELACIONES,CON NORTEAMERICA,LE HA DADO LA ESPALDA AL LIDERASGO DE LOS MOVIMIENTOS ANTI NORTEAMERICANO,QUE CUBA LIDERABA
    POR MUCHOS AÑOS,HA SIDO UN CUBO DE AGUA FRIA,PARA LOS LIDERES QUE SEGUIAN LA POLITICA DE CUBA ,COMO EVO,COREA,ORTEGA Y AL MISMO MABURRO
    DE VENEZUELA. RECUERDEN CUANDO CASTRO EN SUS PERORATAS DECIA YANQUI GO HOME!JAMAS LAS COMPAÑIAS NORTEAMERICANAS VOLVERAN A CUBA.TODOS ESOS
    CANTOS DE SIRENA DEL GOBIERNO DE LA HABANA,CAMBIARON DE RUMBOS. HOY ES TODO LO CONTRARIO.

  2. Hector L Ordonez 4 September 2015 at 10:34 am Permalink

    EL SB EL OTRO SAN RAMOS SON DINOSAURIOS DE LA HISTORIA,QUE PENA ME DA CON ELLOS,VIVEN DELANTE DE LA ORTOGRAFIA,NO COMETEN FALLAS AL ESCRIBIR
    DEBERIAN DE ESRIBIR ALGUN LIBRO,QUIZAS LES DIERA RESULTADO, ESO SI APRENDAN MAS DE LA HISTORIA Y DE LOS PROCESOS POLITICOS QUE VIVE EL MUNDO ACTUAL. RESPECTO A LA PROBLEMATICA ACTUAL SON IGNORANTES.

  3. ERICK NOGUEIRA 4 September 2015 at 5:30 pm Permalink

    Muy buen recorrido historico por todas las Fuentes que ha utilizado el Regimen para mantenerse en el Poder
    este frase lo resume todo, “La imposibilidad de valerse por sí misma convirtió a Cuba en un país proxeneta “- excelente

    Podrimos agregar que Castro convirtió a Cuba en un país con 1 sola empresa única, y 1 solo producto real a la venta, el modelo socialista de asistencialismo por poder. El cual ha intentado vender al resto del mundo desde el mismo 59’, como calculada estrategia de complicidad política. El resto del aparato empresarial existente desde la última barrida contra la propiedad privada, es cuasi ficticio, y salvo contadas excepciones, es solo una fachada sin aporte real al bolsillo del país.

  4. Sam Ramos 4 September 2015 at 5:35 pm Permalink

    LA OPINIÓN DE DONALD TRUMP SOBRE EL RÉGIMEN DE LOS CASTRO Y LA INVERSIÓN EN LA CUBA CASTRISTA

    Posted on September 4, 2015 by Nuevo Accion

    ELBANCARIOLIBRECONDECLARACONESDEDONALDTRUMPNota de Nuevo Acción: Hemos estado cuestionando la posición de los pre- candidatos presidenciales republicanos hacia el régimen de los Castro y publicando algunas vagas respuestas al tema de varios de ellos. Hoy nos llega una copia del boletín “El Bancario Libre” que edita, Jorge Lissabet, enviada por Horacio Minguillón. En ese artículo de julio del 2013, se publican unas declaraciones del magnate Donald Trump, sobre el régimen castrista y su posición en cuanto a favorecer inversiones en Cuba.

    En Nuevo Acción, cumpliendo lo prometido a los lectores, publicamos hoy este artículo, que deja claro que en el caso cubano Donald Trump está en la posición correcta que adoptamos los verdaderos anticastristas.

    “Declaraciones del inversionista Donald Trump, ante la invitación para realizar negocios con la tiranía de Cuba.

    Donald es un inversionista de bienes raíces y el jefe de la organización Trump en Nueva York…

    Varios grupos de inversionistas europeos me han pedido que lleve la “magia de triunfo” a Cuba. Han “suplicado” que me una a ellos para construir Casino-Hoteles en la Habana. Con la afluencia de turistas extranjeros, les gustaría hacer una fortuna, que prometen, y sin duda tienen razón al decir que este tipo de arreglo me permitiría violar el embargo impuesto por los Estados Unidos. Uniéndome a los que hacen negocios en Cuba, me pondría directamente contra la política de Estados Unidos de aislar a Fidel Castro. Tendría la oportunidad de tener enormes beneficios o defender los derechos humanos. Para mí, eso no es correcto.

    Comprendo perfectamente los argumentos familiares para el levantamiento del embargo. La Guerra Fría ya terminó. Castro está contra las cuerdas. Bombear dinero a su economía haría más largo el sufrimiento de las masas. Dicen que se trata de la forma de “abrir” Cuba, exportar la democracia y promover el espíritu empresarial, y la independencia del estado. Necesitamos poner el pasado detrás de nosotros. Cada uno de esos argumentos son simplemente sofismas.

    La Guerra Fría es un hecho que terminó, pero sería instructivo recordar el papel que jugó Castro en la lucha entre el bien y el mal. Él le entregó la isla a sus amos, la Unión Soviética. La Guerra Fría, es un hecho que terminó, pero sería instructivo recordarles el papel jugó Castro en la lucha entre el bien y el mal. Él le entregó la isla a sus amos, la Unión Soviética. Estuvo muy dispuesto a tener misiles nucleares, lanzados desde tierra cubana, para destruir ciudades americanas. Él exporta revolución a Centro y Sudamérica. Había alentado el terrorismo libio.

    Dio asilo a asesinos. Envió tropas cubanas a África. Más importante aún, el ha hecho de la nación cubana una gran prisión. Más importante aún, él ha hecho de la nación cubana una gran prisión. Su régimen controla todos los aspectos de la vida humana, acceso a alimentos, asistencia médica, escuelas y empleo. Castro no ha suavizado con la edad, el régimen. El terror continúa a reinar. La policía secreta está desenfrenada. La desaparición y las palizas, a los ciudadanos, siguen siendo las herramientas de control civil, así como es la supresión de la libertad de expresión. La dominación despiadada, de Castro, del pueblo cubano no ha disminuido, mientras su régimen se desmorona.

    La verdadera causa de la miseria del pueblo cubano es el sistema económico Marxista-Leninista—no es el embargo de los Estados Unidos. Es el estado de terror, donde Castro reina, a través de una intimidación brutal.

    Desde luego que a Castro le gustaría que Donald Trump fuera a La Habana para que construyera casinos-hoteles. ¿Por qué? No para mejorar el nivel de vida del pueblo de Cuba. Es todo lo contrario. Casi el total de cada dólar iría parar mejorar su sistema de represión policiaca. ¿Cómo? Porque los inversionistas extranjeros legalmente no pueden realizar negocios privados con ciudadanos privados. Los inversionistas extranjeros solamente pueden realizar negocios con el gobierno de Castro. Es totalmente ilegal, por cualquier inversionista darle trabajo, en sus negocios, a los cubanos. Solamente Castro es que decide quién será empleado.

    Los inversionistas extranjeros no les permiten emplear o pagarles a los trabajadores cubanos. Ellos deben de darle el dinero al gobierno de Castro. Castro les pagará un mísero salario en moneda que prácticamente carece de valor, Castro se queda con los dólares. Este sistema remplazaría el desaparecido subsidio soviético.

    Si yo abriera un casino/hotel en La Habana. Yo estaría obligado a pagarle a Castro sobre $10,000 al año por cada obrero cubano. Pero los obreros cubanos no se beneficiarias. Castro les paga un equivalente a 10 dólares. El resto lo usa para pagarle al brutal y violento sistema que lo mantiene en el poder. Y mi inversión serviría para subsidiar la opresión del pueblo cubano.

    Sí, el embargo es costoso. Si formara una empresa conjunta con socios europeos, haría millones de dólares. Pero prefiero perder esos millones que perder mi autoestima. Prefiero perder esa utilidad que convertirme en un soporte financiero de uno de los más brutales dictadores, un hombre que una vez estaba dispuesto a ayudar en la destrucción de mi país.

    Para mí, la cuestión del embargo es incuestionable, en absoluto. Por supuesto, debemos mantener el embargo en su lugar. Debemos mantenerlo hasta que Castro ya no exista.

    N/R: Hemos querido honrar un americano digno y expresarle nuestro agradecimiento. Jorge Lissabet.”

  5. Sam Ramos 9 September 2015 at 3:18 pm Permalink

    ¿DE QUÉ HAN SERVIDO 56 AÑOS?

    Por, Juan Martín Lorenzo-Open Cuba

    A veces me pregunto, cuando veo la marea continua de cubanos que arriban a cualquier punto geográfico del Caribe y México, cuando leo las noticias de “escapes” de misiones de trabajo, científicas, de brigadas de médicos en Brasil o Venezuela, de bailarines y atletas que «desertan», según autoridades que aún siguen considerando a civiles «sus soldados», sus cuerpos amaestrados de una ideología destruida, cuando le reclaman los “escapistas” a los gobiernos de Colombia o México lo que no le reclamaron a las autoridades de Cuba en sus predios.

    Y entonces llegan a Miami, a la frontera americana, pisan suelo norteamericano y se convierten en residentes temporales o ciudadanos prestados, para a los pocos meses regresar en “escape de turismo” al mismo país del que huyeron.

    ¿Huida? ¿Escape? ¿Traspaso físico? ¿Han huido o simplemente se quedaron en él, en ese país inmaterial, aterrenal, sin geografía definida más allá de la sicología especial del que se cataloga como escapista?

    ¿De qué han servido 56 años etiquetando de «traidores», «desertores», «vendepatrias» hoy cuando una espuria declaración de un finisecular ministerio se declara de rodillas ante la evidencia del deslave masivo de sus «fieles esclavos en venta»?

    Una sola cosa define: el reconocimiento tácito de que los escapistas aterrenales ya se han convertido en demasiados, y ofrecen a cambio un fruto seco, un puesto de trabajo en las mismas instituciones de las cuales huyeron, bajo las mismas condiciones de encarcelamiento.

    Pero al menos “del lobo un pelo”, dirán algunos. Reconocen, 56 años después, que todo ha fracasado, a pesar de terminologías, “robos cerebrales” inexistentes, categorías filosóficas que siguen articulando en algo ya desaparecido la geriatría evidente de ese sistema y la realidad del mercado que les rodea.

    Lo patético de las declaraciones y «reconocimientos», envejecidos por la misma realidad, es que aún siguen pretendiéndose engañar a sí mismos, aun cuando ya ni creen en sus propios engaños.

    Me fui del país, me «escapé» de la cárcel pequeña, «deserté» para utilizar sus propias categorías, me convertí en el verdadero átomo libre que siempre fui en mi persona aun cuando mis manos, mi voz y mi actuar estaban atados en un país de silencio. Soy libre y como tal persona desde ese mismo día de «mi robo». Pero, ¿dónde está ese «ladrón»? En el mismo ministerio que pronuncia las palabras de la usurpación biológica.

    Son ellos los ladrones, o los agentes del robo. Son ellos los que me empujaron a la geografía universal, los que me contrataron con su imposición, sus salarios de miseria, sus miserias ideológicas y sus propios engaños para el «escape». ¡Y desde entonces soy libre! ¡Verdaderamente libre!

    Para atrás, ¡ni un paraíso pretendido y nunca logrado! ¡Ningún puesto de trabajo de esclavo enmudecido! ¡Ningún perdón! Ni lo quiero, ni lo necesito.

    Estos encantadores de serpientes solo se engañan a sí mismos, que ni a su pueblo, que sigue escapando.

    Nadie roba a nadie, ningún cerebro se escapa por agente recolectores universales, y si algún agente existiera lo han creado ellos mismos con la “hoja de ruta” de sus propias condiciones, sus propias leyes contractuales en el trabajo, el hogar, en la sociedad, con la represión cotidiana de la palabra, la opinión y de la creación individual del ser humano. Los «ladrones de cerebros» hoy están sentados en los burós de ese «palacio de gobierno» que, con su arquitectura rectangular-cuadrada, define geométricamente el estado enquistado de su sistema.

    Pero aquí estamos, escapados del país, de regreso a la misma cárcel, inertes y sin hacer nada. Aceptando lo que cualquier otro intente hacer por nosotros mismos o abofeteándonos nosotros mismos con muchas palabras, y pocos hechos. Nada ha cambiado en la Cuba del castrismo enciclopédico, y todo ha cambiado en la del realismo callejero.

    Ni «hombre nuevo», ni «regalías sociales», instituciones que veladamente confiesan fracasos, aun en enquistadas fraseologías más propias de la arqueología ideológica que de la realidad evidente, una sociedad que ve huir a sus jóvenes para una geografía exógena, cuando la sicología sigue siendo la misma del inxilio.

    Cuba es un país que solo crece y solo vive a expensas de sus exportaciones humanas. ¿De qué han servido 56 años?

    ¿No iban a multiplicar los «panes y los peces»? ¿Dónde están? ¿No iba a multiplicar los rublos exportables, cambiar la mono producción, desarrollar el país, convertirlo en el imperio cultural e intelectual del universo? ¿Dónde está ese imperio, esa potencia, esa musculatura creativa?

    Más de dos mil millones de dólares reciben los cubanos en sus bolsillos, “gracias” a la industria de las remesas y a la exportación de la familia. Del mono productor de azúcar Cuba se ha transformado en el mono productor y mono exportador de entes sociales amaestrados, repartidos por la geografía planetaria para alimentar una quimera que ya no existe. Por cierto, hasta la misma «mono-azúcar» se acabó en el imperio cultural «revolucionario».

    Remesas, mercancías y baratijas, industria de sobrevida familiar que soporta un sistema que prometió el «paraíso» para convertirse en esta ciudadela acorralada por los propios muros, armas y guardianes de los engendros ideológicos, que lanzaron al príncipe feudal para convertirse ellos mismos en ese príncipe, y en la familia real.

    No, no nos engañemos. 56 años no ha servido de nada, ni para ellos ni para nosotros mismos. Todos hemos perdido.

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