Democracy, YES; Ruckus, NO
by Carlos Alberto Montaner*
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(FIRMAS PRESS) Top of the news. Madrid. The "indignant ones" have seized an unoccupied hotel very near the Puerta del Sol, where they’ve set up their headquarters. It is not known when or how they’ll be forced to leave the building. The decision must be made by a judge, and Spanish bureaucracy is well known for its long siestas and complicated digestions. One of the nation’s largest newspapers devoted seven pages to the protests. The indignant ones swarm through several cities and sometimes travel abroad to supervise other demonstrations. Judging from the communications media, it seems that it is a movement that responds to and represents most of Spanish society.
By their very nature (anti-establishment, anti-capitalist, anti-liberal) the indignant ones present themselves as a rebellious leftist group that reminds us old-timers of a combination between May 1968 in France and the hippie movement of that year and later years. To many of them, representative democracy is over. It died as a consequence of its inability to generate the wealth required to sustain what in Europe is called the Welfare State. Basically, free health care and education (that is, paid for by the State, which means all of us) plus full employment or prolongued subsidies for the unemployed.
Second news item. Madrid. Nationwide surveys into next November’s elections predict a smashing triumph for the center-right. Forecasts say that the Popular Party will obtain an absolute majority with nearly 200 parliamentarians. Mr. Mariano Rajoy, an attorney and real estate registrar, totemistic preserver of the model of liberal democracy, could soon occupy Moncloa Palace. The communists might barely obtain 3.5 percent of the votes and the socialists, who in Spain are democrats and today govern without much good sense and with waning support, will get about 30 percent.
I suspect the same is happening in the United States. There is a very clear divorcement between the images of many people protesting on the streets and the behavior of the greater majorities at the polls. If we guide ourselves by the information from the daily TV newscasts or the pages of newspapers, it seems that the country is on the brink of a social revolution. But if we take into account the result of the elections, the conclusion is quite the opposite: society wants to resolve its difficulties within the institutions and according to the law. Outside the small and noisy circle of the indignant ones there is nothing that resembles a revolutionary environment.
Actually, that’s fortunate. If anything has been proven over more than two centuries, it’s that representative democracy, in societies governed by constitutions and laws that limit the power of the officials and protect individual rights, is regardless of its defects the best system known to peacefully solve conflicts, renovate the ruling classes, transfer authority, overcome crises and continue to expand the perimeter and quality of life of the middle classes, despite the obstacles and setbacks that sometimes appear on the road.
There are two extraordinary examples of the "revolutionary" capability of liberal democracy. One is post-war England. In 1945, Labourite Clement Attlee surprisingly defeated Conservative Winston Churchill, who had just won World War II, and launched an era of nationalizations and almost uncontrolled state paternalism. However, little by little, it was shown that this democratic socialism, while it was tolerable and tolerant and did not kill or imprison unjustly, led to unproductivity and gradual impoverishment. It had to be replaced. Fortunately, within the institutions and without violence, society rectified its course and Mrs. Margaret Thatcher began the dismantling of the Welfare State, a task later retained and expanded by Labourite Tony Blair.
The second example is Israel, an admirable nation whose modern roots fed from the democratic collectivism of the kibbutzim, where private property was limited to clothing and a few articles of personal hygiene. But the experience gradually modified the beliefs, usages and habits of the population until it transformed modern Israel into a successful capitalist nation that constantly generates and incubates private enterprises of high technological value already, 10 Israelis have won Nobel prizes that have made the nation one of the world’s 30 richest countries, even though it must invest in its defense almost 8 percent of its Gross Domestic Product. That revolutionary miracle has proceeded gradually and within the institutions of liberal democracy, without anyone becoming "indignant" or seizing public squares by force.
At least for now, let us not be alarmed. Liberal democracy weighs a lot more than noise. Democracy, yes; ruckus, no, appears to be the people’s heartfelt slogan.
*www.elblogdemontaner.com Writer and journalist. His latest book is the novel The Colonel’s Wife (Alfaguara Press, 2011).
Muy bueno el análisis. Sólo una puntualización: en Israel sí hay un movimiento de “indignados”. Acamparon hace poco en plazas de Tel- Aviv y Jerusalén. Un saludo cordial.
Amigo Carlos Alberto, YO soy uno de los millones de españoles que formamos una ingente masa de indignados, pero NO interrumpimos la via pública, agredimos a la policía, ocupamos parques o plazas y edificios…
Esa pandilla de antisistema – anticapitalista, antiliberal, como bien dices – no son “indignados” (aunque ellos y muchos otros se lo llamen), son INDIGNANTES INDIGNOS…
Claro que traducir esto es más dificil, ¿no?
Don Jose, este es el problema que ya habia mencionado en mis comentarios anteriores:
El movimiento de los indignados (asi se auto denominaron) tiene que hacer un estatuto claro de sus ideas y objetivos, ademas de declarar publicamente que es un movimiento DEMOCRATICO y que los grupillos de matones filo-marxistas y filo-nazis no tienen que ver nada con ellos y que no son los bienvenidos en el grupo.
Este movimiento si quiere llegar a ser algo serio tiene que depurarse de esos elementos destructivos, sin embargo parece que los acepta solo para crecer numericamente.
Prueba de ello es que entre en el grupo Facebook de los indignados escribiendo estas mismas cosas que estoy escribiendo aqui y el resultado fue que me tacharon de ignorante e intruso.
Lo siento ,muchachos, pero asi no van a llegar a ningun lado.
IDENTIFIQUENSE ! Quienes son Ustedes los indignados, que es lo que se proponen, como piensan llevarlo a cabo.
Espana, Francia, Italia ,Israel, EEUU son paises democraticos, aunque imperfectos, y tienen leyes y derechos segun los cuales los ciudadanos tienen el poder de sacar adelante iniciativas hasta que se conviertan en ley, a traves del medio del referendum popular despues de recolectar cierto numero de firmas.
Entonces, indignados, mejoremos esa democracia imperfecta por la via democratica que esta a nuestro alcance.
Se pone un marco al movimiento , se hacen propuestas, se dan a conocer , se recolectan firmas para un referendum y se llevan al parlamento (Asamblea, Camara de Representantes).
Hay que salir de la ambiguidad y de la hipocresia y hacer las cosas bien dentro del marco de la ley.
Puedo comprender que los ciudadanos de Birmania o de Siria hagan una revolucion y destrocen las oficinas del gobierno, porque viven en paises no democraticos, pero en Europa no es asi,a pesar de los que dicen algunos hipocritas que quieren comparar los gobiernos americanos, franceses o italianos con los gobiernos libios, sirios o nordcoreanos. Esos hipocritas escupen en el plato donde comen con tal de justificar la violencia y los saqueos. Si los indignados quieren llegar a ser un movimiento serio tienen que pensar en la calidad primero y no en la cantidad. La cantidad eventualmente vendra despues cuando las personas puedan apreciarlos por sus ideas y su integridad.
Como me decia mi padre: la alternativa a la libre empresa no es el socialismo, es la carcel.
Si la libre empresa habra de sobrevivir y avanzar pujante deberan estar presos todos esos hampones que han provocado tanta porqueria. Todos sabemos quienes son, a la carcel! Si no, no preguntemos como y el porque la democracia soporte de la libre empresa hubo de fracasar.
Yo en lo personal tengo esperanzas.
Estoy de acuerdo con el slogan de su comentario, con lo que no estoy de acuerdo es con el hecho innegable del secuestro de la democracia y del poder por parte de las grandes transnacionales, con lo que no estoy de acuerdo es con que los representantes elegidos democraticamente sean representantes de los grandes intereses y no de sus votantes,lo que me parece que no encaja en el sistema democratico es que los aspirantes al poder legislativo y ejecutivo reciban donaciones de Wall Street, porque es obvio el conflicto de intereses que esa disposicion del poder judicial ha generado, y si el sistema no se rectifica asi mismo, la concentracion de la requiza va a seguir corriendo la como hacia una cantidad cantidad cada vez menor, dentro de poco la correlacion sera de 99.5% a 0.05%
Las propuestas de esa gente que se extasía con el movimiento âDemocracia Real YAâ son equivocadas y contradictorias a sus postulados principales puesto que quieren más, no menos política; quieren menos, no más mercado; siendo la economía de mercado la única capaz de crear ese empleo que tanto demandan, al menos de boquilla. Porque, no nos engañemos, algunos tienen muy poca pinta de querer trabajar. Eso sí, quieren una política y un mercado mangoneado por “el pueblo”, como si el pueblo no pudiera ser totalitario o como si no hubiese déspotas capaces de manipular al pueblo a base de consignas placenteras y alienantes. En definitiva, la gente que se extasía con el movimiento âDemocracia Real YAâ, quieren menos libertad individual y más Estado, donde unos pocos dirijan a su antojo la vida del resto de la ciudadanía. Algunos ilusos les han colgado la medalla de “inconformistas”. Yo los observo y les veo muy conformes con las consignas de la izquierda radical, sectaria y liberticida.
El analfabetismo político es una de las características de la gente que se extasía con el movimiento âDemocracia Real YAâ. Su caos ideológico desprende un tufillo cuyo aroma es bien conocido entre los sátrapas de medio mundo. En el fondo son anticapitalistas y genuinamente estatistas. Ingredientes básicos tanto para el socialismo de izquierdas o comunismo, como para el de derechas o nacionalsocialismo. Todo socialista, sea de derechas o de izquierdas, gusta poner apellidos a la democracia (orgánica, popular, asamblearia, etc), tal como ocurrió con el fascismo y el comunismo durante el siglo pasado.
La tendencia futura de la gente que se extasía con el movimiento âDemocracia Real YAâ es seguir enturbiando la poca democracia que les queda a los españoles, a través de consignas anticapitalistas que induzcan a cambios políticos más nocivos para el futuro de la ciudadanía. El movimiento âDemocracia Real YAâ es la llave para el totalitarismo. Una llave puesta a disposición del primer tirano que pase por la Puerta del Sol de Madrid con la que abra la pesadilla donde esconde sus sueños utópicos liberticidas. Sueños que siempre acaban ahogados en sangre y miseria.
Los populistas conocen muy bien la forma de ganar voluntades con promesas de subsidios, ayudas o regalando viviendas, siempre a costa de los malditos y abstractos âricosâ. “¡Y la gente mediocre encantada con esto y sonríe!, hasta que un día a alguno se le ocurra decir: “¡Tu eres más rico que yo, por tanto tengo legitimidad para quitarte lo que tienes!. En ese momento la sonrisa de esa gente mediocre se convertirá en desesperación y angustia.
Esta claro que para arreglar la jodida crisis financiera internacional se debe permitir que sean los propios ciudadanos en un marco de libertad y libre mercado los que tomen las riendas de la situación, en vez de proceder a intervenciones cada vez más escandalosas con el dinero de aquellos que lo pueden producir honradamente con su trabajo y esfuerzo. Porque lo que está sucediendo actualmente en la economía internacional es el resultado de inversiones muy arriesgadas en un clima de falso bienestar creado por los Estados socializados y amparadas por éstos, como últimos salvadores, que nunca se hubieran planteado si no existiera esa red pública que garantiza el fracaso de unos desalmados a costa del contribuyente.
Todo es consecuencia del intervencionismo económico, de gobiernos omnipotentes que arrinconan la libertad y la propiedad privada, malgastando la riqueza de los ciudadanos en su particular sueño mesiánico por rescatar una economía que sería capaz de salvarse a sí misma si no se lo estuvieran impidiendo; es decir, todo es consecuencia del triunfo de ese socialismo o capitalismo de Estado, que impone más reglamentos, más control y menos libertad individual. Todo lo contrario a un deseable capitalismo democrático.
Está claro que podemos cambiar las cosas, pero no siempre tiene porque ser positivo el resultado del cambio, por tanto debemos de reflexionar bastante sobre el apoyo que podamos dar, aunque sea con buenas intenciones, a los que quieren âperversamenteâ y de forma disimulada un futuro negro para todos.
Ahora es urgente y necesaria una enorme masa crítica de gente independiente y que no se deje embaucar por la primera consigna que oiga. Masa crítica que desgraciadamente hoy no existe; más bien existe una enorme masa crítica totalmente contraria a lo que debería ser, y esto es muy peligroso.
La construcción política de una verdadera sociedad libre y democrática sólo será posible mediante una continua docencia ciudadana directa y, en principio, sin cientificismo. Esto no quiere decir que nos olvidemos del frente académico tan necesario en una sociedad que quiera progresar, sino que sea complementario y parejo al frente de la política activa de calle.
Los liberales debemos llegar a la gente, motivarla para que reflexione y acostumbrarla a no dejarse llevar ni por la consigna de partido ni por la demagogia del primer iluminado que se crea un Mesías sentado a la derecha o a la izquierda de Dios.
Debemos ser pragmáticos frente a sentimentalismos baratos y debemos actuar con un sentido evolutivo frente al sentido revolucionario de hoz y martillo. Creo que en mi bitácora ya dejo bastante claro hacia donde lleva siempre esos amagos de revolución organizados desde el socialismo de izquierdas.
El socialismo revolucionario siempre se inició asambleario y acabó como una dictadura en manos de unos pocos. Sólo limítate a observar como acaba el socialismo allá donde se hace con el poder absoluto. Siempre en lo mismo, no falla: despotismo, sucesión dinástica, corrupción, capitalismo de Estado o mercantilismo, sectarismo, violencia, monopolio estatal de la economía, falta de libertades, desesperación, etc.
Debo remarcar que es trascendental la característica violenta del socialismo puesto que sus seguidores la ocultan de manera sistemática. La coacción es el fundamento para mantener un sistema económico de carácter planificador e intervencionista basado en una ideología ineficaz y creadora de miseria.
Lo más parecido al âgobierno de todosâ se da únicamente en democracias liberales que pueden subsistir gracias a que los ciudadanos saben vivir en democracia porque tienen capacidad de reflexión y votan con la cabeza no con el culo. Ya sabes que del culo sólo puede salir mierda, como se comprueba en las pseudodemocracias populistas.
¿Qué pensáis que es la democracia? ¿Acaso no veis que el derecho a la democracia, como el derecho a ser padre, se tiene que adquirir con una cierta mínima formación de la persona, sabiendo al menos qué es y qué no es la democracia, y exigiéndola luego íntegra?
Deberías saber que tener garantizadas unas elecciones y votar no significa vivir en Libertad. Un hombre no es menos esclavo porque se le permita elegir a un nuevo señor una vez cada legislatura. El fundamento de la democracia y el de la Libertad son diferentes y nunca lo debemos confundir.
Las elecciones te permiten elegir unos simples gestores del Estado pero no deben ser un trampolín para unos mandatarios déspotas que regulen todos los aspectos de tu vida. No lo olvides, concurrir a unas elecciones no es suficiente para garantizar o defender tu Libertad.
Tampoco la democracia se puede basar solamente en el gobierno de la mayoría, pues una mayoría podría gobernar de un modo tiránico. Podemos decir que, a veces, choca la democracia con la libertad. Por ejemplo, si Mario y Sofía, muy espabilados, votan que el tonto de Fernando debe entregarles la mitad de lo que gane trabajando, la situación será perfectamente democrática, pero no debe suceder en una sociedad libre.
La democracia no es poder absoluto, ni poder expansivo. Es contrapoder, es división de poderes. Es, sobre todo, poder limitado, o sea, cuanto menos clase política mejor. Cuanto menos Estado más libre seremos.
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