Elogio de la incertidumbre
por Carlos Alberto Montaner
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Es muy doloroso contemplar las imágenes. Como tantas veces se ha dicho, nuestro pasado comenzó en Ur, la ciudad sumeria, unos cinco mil años antes de Cristo. Hay una línea cultural continua entre aquel remoto poblado mesopotámico y New York, París o Montevideo.
La nueva yihad desatada por ISIS también nos afecta. El califato que ha surgido a sangre y fuego entre Irak y Siria, además de decapitar enemigos, destripar chiíes, yazidis y cristianos, y violar y esclavizar mujeres y niños, se dedica a destruir los restos del espléndido pasado pagano que aún quedaba en pie.
Muchos de estos islamistas depredadores son jóvenes criados en Occidente. ¿Por qué lo hacen? ¿Qué sentido tiene pulverizar a martillazos un milenario y hermoso hombre-toro alado, un majestuoso Lamasu asirio, perteneciente a una religión que ya nadie recuerda porque se perdieron sus rastros en el pasado?
La culpa es de la certeza. El fanatismo violento de los yihadistas surge de la convicción absoluta de que ellos saben cuál es el Dios verdadero y no tienen la menor duda de que cumplen al pie de la letra las órdenes que les transmite su libro sagrado, el Corán.
Si vamos a creer a la Biblia, cuando Moisés desciende del Sinaí con los diez mandamientos que le ha entregado Yahvé, sabe que el quinto de esos preceptos es “no matarás”, pero la cólera que le provoca ver a los israelitas adorando a un becerro de oro, fundido por su hermano Aaron, lo lleva a ordenar la ejecución de tres mil personas. Moisés tenía la certeza de que ésa, aunque contradictoria, era la voluntad de Dios.
Constantino en el 313 impuso en Milán el Edicto de la Tolerancia, pero en el 354 el emperador Constancio rectificó cobardemente y ordenó la destrucción de cientos de bibliotecas y templos paganos. Las rocas calcinadas dieron origen a fábricas de cal. Cinco años más tarde, los cristianos en Siria, entonces un rincón ilustre del mundillo helénico, se adelantan 1700 años a los nazis y organizan los primeros campos de exterminio para paganos y judíos en la ciudad de Skythopolis.
Desde entonces, y por los siglos de los siglos, los judíos fueron el objeto de todas las persecuciones. Papa tras papa, comarca tras comarca, los persiguieron, machacaron y expulsaron. Lo hicieron los alemanes, ingleses, italianos, polacos, rusos, españoles, portugueses, cristianos y mahometanos. Lo hizo todo el que podía, generalmente en nombre de algún Dios verdadero.
Sin duda, matar enemigos del Dios verdadero ha sido un deporte universal muy practicado. El papa Inocente III, en la Edad Media, desató el genocidio de los herejes albigenses o cátaros. Decenas de millares fueron ejecutados. Cuando le advirtieron que estaban asesinando a justos y a pecadores, respondió que no importaba. Dios se ocuparía de mandar unos al cielo y otros al infierno. Era sólo el preámbulo para las terribles guerras de religión que asolaron la Europa del Renacimiento y la Reforma liquidando, literalmente, a millones de personas.
Simultáneamente, en América, mientras creaban ciudades y universidades, los frailes y los conquistadores asesinaban indígenas, quemaban códices y destruían templos, o los convertían en iglesias, con el afán de destruir para siempre cualquier vestigio de unas creencias paganas que a ellos se les antojaban como propias del demonio porque incluían los sacrificios humanos.
¿Lo menos peligroso, pues, es ser ateo? Tampoco. Ser ateo puede derivar en otras formas de atropello similares a las practicadas por los creyentes. Al fin y al cabo, afirmar que Dios no existe entraña una certeza tan temeraria como la de quienes opinan lo contrario. Los marxistas-leninistas, convencidos de que “la religión es el opio del pueblo” –frase de Karl Marx—, han perseguido a los cristianos en Rusia y Europa, mientras los chinos y los camboyanos han agregado a los budistas a su lista de víctimas.
En los Estados ateos, miles de templos han sido destruidos o confiscados y dedicados a otros menesteres. Enver Hoxa en Albania convirtió la negación de la existencia de Dios en un dogma nacional, y hasta creó un Museo del Ateísmo por el que desfilaban los estudiantes para aprender a odiar a los creyentes, ya fueran mahometanos (la mayor parte) o cristianos. Las mezquitas e iglesias se convirtieron en recintos laicos.
En Cuba, más de 200 escuelas católicas y protestantes fueron expropiadas y decenas de sacerdotes tuvieron que exiliarse. Para agregar sal a la herida, el centro de detención más despiadado y siniestro de la policía política comunista es “Villa Marista”, una antigua escuela católica. Como me dijo un exprisionero que había perdido en esa cárcel los dientes, el cabello y la fe religiosa: “ahí antes te salvaban el alma; ahora te la parten”.
Admitámoslo: sólo la incertidumbre nos hace flexibles y aceptantes. Quien no duda es un ser muy peligroso. Puede matar sin que le tiemble el pulso. Como los yihadistas.
Carlos Alberto Montaner deberia ser el presidente de la Republica Post-Stalinista de Cuba.
Será justicia.
Sr. Montaner le recomiendo que se lea el libro de Neal Donald Walsh.
Los caminos de la religión están sujetos a un absoluto desprendimiento del “ego” y un amor profundo al prójimo, combinados con una renuncia total a los llamados placeres terrenales y una entrega total a “su Dios” sea cual fuere.
Con relación a la raza depende mayormente de su ubicación geográfica, pues en África no se discrimina al negro por el color de su piel, sino por su posición social y su nivel de conocimientos y dependiendo de a quien esté sirviendo, se puede calcular el grado de explotación o discriminación a que están sometidos.
En los países árabes concierne únicamente a la diversidad de cultos y religiones el que se descuarticen unos a otros en nombre de un ser supremo que generalmente es sabio, amoroso, justiciero y aboga por la igualdad entre los hombres.
Sucede que algunos líderes religiosos consideran que el que no ama a “su Dios” sea Ala, Mahoma, o Buda, es un hereje y merece ser purificado sacándolo de la circulación. Eso es lo enojoso de los ideales. Si vives con arreglo a ellos te conviertes en un insoportable; o en un asesino inmisericorde
Yo soy ateo por convicción científica y no me creo capaz de matar a un ser humano, a excepción de que sea en defensa de mi propia vida o de la vida de un ser querido. Creo que lo que hace a las religiones actuar como han actuado a lo largo de la historia de la humanidad, y aun hoy, lo es el fanatismo, que es algo muy diferente a la convicción lograda por el razonamiento científico. En la antiguedad y después durante la edad media, el respeto por la vida humana fue siempre muy precario. Los propios campesinos cuando nacia una niña en lugar del esperado varón, la abandonaban en el bosque o la exponían desnuda o muy desabrigada a la intemperie para que enfermara y muriera y así cubrir las apariencias y deshacerse de una boca que consideraban sería improductiva al crecer. En las tabernas donde la gente paraba a comer y dormir, la gente precavida siempre se sentaba de espaldas a las paredes por miedo a ser apuñalados por la espalda Los gerifaltes nazis tenían creencias religiosas cristianas y la inmensa mayoría de los represores comunistas soviéticos, cuando Stalin mandaba en el Kremlin, eran de origen judío (el edificio de la Liublianka donde radicaba la NKBD era llamada la Sinagoga por el propio Stalin).En este caso los judíos eran los que se dedicaban a apresar, espiar, torturar, fusilar o enviar al Gulag a los contrarios al régimen, a los inocentes, a los indolentes y a sus propios camaradas miembros del partido. Y lo hacían por fanatismo, miedo, indignidad, encanallamiento, etc. Aun está lejano, pero llegará el día en que el incesante desarrollo de las ciencias haga desaparecer las creencias religiosas y toda la parefernalia ligada a ellas.
¿Razonamiento científico? ¡vamos hombre, no seas ridículo!
Juan el agnóstico
Luego de la historia transcurrida en la evolución del Homo sapiens, la intolerancia individual o colectiva en torno a nuestra “incertidumbre cósmica” (agnósticos) o posición espiritual preconcebida (ateísmo o religiosidad) no tiene justificación racional. Está claramente demostrado que la tolerancia recíproca es la posición que perturba menos la convivencia pacífica. Creo que hay señales indicativas que la intolerancia yihadista pueda ser la lisis de la crisis espiritual estéril que se ha desarrollado a lo largo de muchos siglos. Don Carlos Alberto Montaner ha hecho un análisis crítico muy útil para entender las consecuencias nefastas que ha tenido uno de los ámbitos del radicalismo social.
>>el quinto de esos preceptos es “no matarás”, pero la cólera que le provoca ver a los israelitas adorando a un becerro de oro, lo lleva a ordenar la ejecución de tres mil personas. Moisés tenía la certeza de que ésa, aunque contradictoria, era la voluntad de Dios.
La aparente contradicción se debe a la usual traducción incorrecta del sexto –no quinto– mandamiento. La traducción correcta sería ¨no asesinarás¨. Por eso, por ejemplo, la pena de muerte (o ir a la guerra y matar en ella en ciertas circunstancias, como la guerra contra Hitler, el ejemplo más claro), no constituyen violaciones del quinto mandamiento. Tampoco matar en defensa propia.
Bueno, y yo mismo puse quinto por error en una parte de mi réplica después de haber hecho la observación de que era el sexto 🙂 El gazapador gazapado :), como el alguacil alguacilado de Quevedo 🙂
Seamos sincero,quien tuvo la culpa de este desastre de Isis,y de las consecuencias actuales,de estos fanáticos locos asesinosª,No es una sola persona,la cabeza por supuesto el señor Bush,Dick Cheney y su
camarilla,con la caída de Hussein,el Gobierno de Irak desaparece,o sea sus mandos militares,y desaparece la Inteligencia militar,que controlaba todos los movimientos,de estos grupos de terroristas de línea dura musulmana,como Al-Qaeda y supuestamente de otros grupos de extremistas,ya que Hussein hasta el ultimo momento,no había sido musulman,o sea los mismos enemigos de Occidente y por tanto de los Estados Unidos,tambien eran enemigos,de Husein y de su Gobierno,al desaparecer la inteligencia militar Iraquie,estos grupos,de terroristas,se mueven hacia irak,permitiendole la vulnerabilidad existente del momento,Al-Qaeda y los Isis,son los mismos,no son otros
Otro loco.
Señor Montaner:
“Nuestro” pasado empezo en UR? ¿De quienes habla Ud.? Seguramente los asiaticos discreparan. Yo tambien. La cultura mal llamada OCCIDENTAL en realidad es una cultura MEDITERRANEA originaria del Medio Oriente y si piensa en Europa es ORIENTAL, pues apenas parte de Inglaterra, Irlanda (ambas) Islandia, España y Portugal son occidentales, todo lo demás es ORIENTAL.
Las religiones son el origen de todos nuestros males, por ello no creo en dios (de donde deriva esta palabra? Zeus – de los griegos).
César Vidal: El uso perverso de la semántica y el lenguaje en política
https://www.youtube.com/watch?v=BlVI_J1m4us
Dr. César Vidal – Presentación de su libro «Mahoma, el guia»
https://www.youtube.com/watch?v=kjNwkAAXsSM
“Elogio de la Incertidumbre” es uno de los mas geniales articulos periodisticos que he leido en las ultims decadas. Esto asi por sentetizar y resenar magistralmente el totalitarismo religioso que ha afligido a la humanidad a traves de los siglos. Es refrescante y acusioso la atribucion de culpa a la falta de incertidumbre entre los seres humanos. La tendencia atavica a la certidumbre, sin embargo, esta en nuestro ADN y habra que esperar a ver que se logra con el Mapa del Genoma Humano para determinar que posibilidad habria de imponer la incertidumbre por medios geneticos.
EL FUNDEMANTALISMO ATEOS Y SUS HISTORIETAS
COMO SIEMPRE TODO JUNTO Y LOS TITULO MESCLADO MEDIAS VERDADES QUE SON PEORES QUE LAS MENTIRAS PUESTO QUE CON ESAS CAEN MUCHOS GILES
Y LA HISTORIA LA CONVIERTEM EN HISTORIETAS…
HASTA MONTALVAN, QUE COMO ANTIMUNISTA ES ECXELENTE AHORA COMO OPINOLOGO EN RELIGION CATOLIVA ES UN NABO Y
ESPEREMOS QUE SEA SOLO UN NABO Y NO UN MAL INTENCIONADO COMO LO SON ALGUNOS ATEOS
LOS TEMAS SON MUCHOS PERO NOMBRO A INOCENTE III
QUE NO EXISTE
. El papa Inocente III, en la Edad Media, desatO el genocidio de los herejes albigenses o cátaros.
SUPONGO QUE SE REFERIRA A INOCENCIO III
ACA ALGO SOBRE EL TEMA PORQUE LO MERECE
Los Cataros
Etimologia: del griego, kataros (puros)
Grupos de herejes (llamados tambien albingenses por Albi, su ciudad de origen) que aparecieron en el siglo XII. Tenian creencias maniqueas: un dualismo filosofico, en el que hay dos principios, dos dioses creadores: uno bueno y otro malo.
Creen que el espiritu fue creado por la deidad buena mientras que la materia, incluso el cuerpo humano, fue creado por la deidad mala (el demonio) el cual tiene dominio sobre ella. Sostenian ademas que la deidad buena envio a Jesucristo como criatura para liberar nuestras almas del cuerpo. Creen que Jesus es un angel y que su muerte y resurreccion tenian un sentido meramente alegorico. En consecuencia, consideraban que la Iglesia Catolica, con su realidad terrena, sus sacramentos y su difusion de la fe en la Encarnacion de Cristo, era una herramienta de corrupcion. Predicaban contra la Iglesia incluso la atacaban violentamente.
Por su desprecio al cuerpo, los albigenses abogaban contra el matrimonio y practicaban una ascesis excesivamente rigurosa, que llegaba en algunos casos a la muerte por inanicion y al llamado suicidio de liberacion. Estos eran llamados “perfectos”, mientras que los seguidores regulares de la secta eran llamados “creyentes”. Muchos de los “creyentes” ayudaban a los “perfectos” en su camino a la tierra del espiritu asesinandolos. No obstante estos extremos, el movimiento llego a convertirse en una verdadera fuerza politica bajo la proteccion de Pedro II de Aragon y de Raimundo VI de Toulousse.
Negaban el valor de juramentos y el derecho de castigar el mal. Sus ideas socavaban los fundamentos de la sociedad civil, por lo que encontraban oposicion tanto de la Iglesia como del estado. Ya en el siglo XIV los cataros casi habian desaparecido de Francia, Alemania e Inglaterra y, para el proximo siglo, de Italia.
La Iglesia condeno la herejia en varios sinodos y concilios. El Papa Inocencio II envio misioneros a los albigenses, incluyendo a los cistercienses, y a Santo Domingo como su principal vocero. Estos esfuerzos al principio no daban fruto y desembocaron en reacciones violentas. Fue entonces que intervino la Virgen Maria, apareciendose a Santo Domingo y enseñando por por primera vez el Santo Rosario, oracion que llevara a la conversion de muchos. (Historia de la entrega del rosario)
La agresion violenta de los albingenses contra la Iglesia, incluso el asesinato del legado papal Pedro de Castelnau, desemboco en una guerra. En la Batalla de Muret, en 1213, Pedro de Aragon y los albingenses fueron derrotados por Simon de Montfort. En Belgica, Francia y Alemania continuo la guerra contra ellos, aun contra los deseos del Papa Inocente III. Para el siglo XV habian desaparecido como fuerza politica, pero las ideas maniqueas reaparecieron con la reforma protestante.
«LA MATANZA DE LOS CaTAROS EN EL SIGLO XIII ES OTRO EJEMPLO DE MANIPULACIoN IDEOLoGICA»
VITTORIO MESSORI
LA RAZoN (ES), 2007
Hace tiempo que vengo diciendo que los catolicos, reducidos ya a una minoria (al menos en el plano cultural), deberian seguir el ejemplo de otra minoria, la judia, y crear tambien ellos una «Liga Anticalumnia», que intervenga en los medios para restablecer las verdades historicas deformadas, sin pretender, por otra parte, ninguna censura ni privilegio, sino solo la posibilidad de rectificaciones basadas en datos exactos y documentos autenticos.
Tomemos, por ejemplo, el asunto de los cataros (tambien llamados albigenses) hoy tan de moda porque gozan de protagonismo en el «El Codigo da Vinci» y similares y a los que les gustaria revalorizarse, olvidando que eran seguidores de una oscura, feroz y sanguinaria secta de origen asiatico.
Paul Sabatier -historiador de la Edad Media e insospechado pastor calvinista- ha escrito: «El papado no ha estado siempre de parte de la reaccion y del oscurantismo: cuando desbarato a los cataros, su victoria fue la de la civilizacion y la razon». Y otro protestante, radicalmente anticatolico y celebre estudioso de la Inquisicion, el americano Henry C. Lea: «Una victoria de los cataros habria llevado a Europa a los tiempos salvajes primitivos». De la campaña catolica contra aquellos sectarios (apoyados por los nobles del Midi -el Mediodia frances- no por motivos religiosos, sino porque querian meter mano a las tierras de la Iglesia), son recordados sobre todo el asedio y la toma de Beziers, en julio de 1209. Veo ahora en «Il Messaggero» que un divulgador de la Historia como Roberto Gervaso no duda en dar por buena la replica de Dom Arnaldo Amalrico, abad de Citeaux y «asistente espiritual» de los cruzados, a los barones que le preguntaban que tenian que hacer con la ciudad conquistada. La respuesta se ha hecho famosa por sus innumerables repetidores: «¡Matadlos a todos. Dios reconocera a los suyos!». A la cual siguio una masacre que, segun Gervaso -seguidor, tambien aqui, de la vulgata corriente-, alcanzo los 40.000 muertos. El divulgador se halla, por tanto, en sorprendente compañia: hasta un verdadero especialista en el Medievo como Umberto Eco, en su novela «El Nombre de la Rosa» acredita la frase terrible del abad y el desmesurado numero de victimas. Pues bien: se da la casualidad de que poseemos muchas cronicas contemporaneas de la caida de Beziers, pero en ninguna de ellas hay noticia de aquel «matadlos a todos». La realidad es que mas de sesenta años despues, un monje, Cesareo de Heisterbach, que vivia en una abadia del Norte de Alemania de la que nunca se habia movido, escribio un pastiche fantasioso conocido como «Dialogus Miracolorum». Entre los «milagros» penso inventar tambien este: mientras los cruzados hacian estragos en Beziers (que fray Cesareo ni siquiera sabia donde estaba) Dios habia «reconocido a los suyos», permitiendo a aquellos que no eran cataros huir de la matanza.
Es decir, la frase atribuida a don Arnaldo tiene la misma credibilidad que el «Eppur si muove!» que se supone que fue pronunciado por Galileo Galilei ante sus jueces, y que sin embargo fue inventado en Londres en 1757, casi un siglo y medio despues, por uno de los padres del periodismo, Giuseppe Baretti. En realidad, en Beziers, en aquel año de 1209, los catolicos deseaban tan poco una matanza que enviaron embajadores a los asediados para que se rindiesen, salvando su vida y sus bienes. Por lo demas, tras un largo periodo de tolerancia, el Papa Inocencio III se habia decidido a la guerra solo cuando los cataros, el año anterior, asesinaron a su enviado que proponia un acuerdo y una paz. Habian fallado tambien las tentativas pacificas de grandes santos como Bernardo y Domingo. Tambien en Beziers, los cataros replicaron con la violencia de su fanatismo a la oferta de dialogo y negociacion: intentaron, de hecho, un ataque sorpresa pero, para su desventura, los primeros con los que se encontraron eran los Ribauds, cuyo nombre ha asumido el significado inquietante que conocemos (en italiano, «delincuente, mercenario»). Eran, de hecho, compañias de mercenarios y aventureros de pesima fama. Esta mesnada de irregulares, no solo rechazo a los asaltantes, sino que los persiguio hasta el interior de la ciudad. Cuando los comandantes catolicos acudieron con las tropas regulares, la masacre ya habia comenzado y no hubo modo de frenar aquellos «ribaldos» enfurecidos.
Veinte, quiza cuarenta mil muertos? Hubo una matanza, impensable para la mentalidad de entonces y explicable con la exasperacion provocada por la crueldad de los cataros, que no solo en Beziers, sino desde hacia años perseguian a los catolicos. Solo un cuenta cuentos tipo Dan Brown puede hablar con ignorancia de una «mansedumbre albigense». El episodio principal tuvo lugar en la iglesia de la Magdalena, en la cual no cabian, abigarradas, mas de mil personas. Beziers despoblada y derrocada? No lo parece, dado que la ciudad se organizo poco despues para ulteriores resistencias y fue necesario un nuevo asedio. En resumen: un episodio entre tantos otros de manipulacion ideologica.
Una Liga Anticalumnia no solo seria deseable y necesaria para los catolicos, sino para dar lugar a un juicio ecuanime y realista sobre el pasado de una Europa forjada durante tantos siglos tambien por la Iglesia.
Magnifica opinion que aparece hoy en El Pais:
Ocho palabras del discurso del presidente Obama
La cuestión de fondo en el conflicto israelí-palestino es que “Los palestinos no son los socios más fáciles”
David Harris 28 MAY 2015 – 16:04 CEST
El 22 de mayo pasado el presidente Barack Obama pronunció un poderoso y sentido discurso en una sinagoga de Washington, donde abordó directamente las preocupaciones y aspiraciones del pueblo judío, identificándose sin ambages con sus valores éticos y también con la trayectoria ética judía en tanto metáfora de la búsqueda universal de paz y justicia.
Aunque la alocución no pretendía pronunciarse sobre políticas, Obama sí se refirió al conflicto israelí-palestino, afirmando que “Del mismo modo que los israelíes construyeron un Estado en su tierra natal, también los palestinos tienen derecho a ser libres en la suya. Con todo, quisiera recalcar que esto no es fácil. Los palestinos no son los socios más fáciles que hay”.
Para empezar, al igual que una clara mayoría de israelíes, hace tiempo que pienso que los palestinos tienen ese derecho. No solo sería bueno para sus intereses, también para los israelíes, permitiendo al Estado judío, tanto poner fin a una ocupación indeseada, que se remonta a 1967, como cambiar profundamente el equilibrio demográfico dentro de sus fronteras.
Pero solo hay un problema, contenido en ocho palabras que pronunció el presidente: “Los palestinos no son los socios más fáciles”. Lo que hizo el público ante esa frase fue reírse. Aunque, evidente, la cosa no sea para reírse. En realidad, el fondo de la cuestión es este y lo ha sido durante décadas.
No digo esto para plantear un debate. No intento imponerme en una discusión. Solo tengo un objetivo obsesivo: asistir al día en el que Israel pueda vivir en paz, de manera real y duradera, con sus vecinos. Tampoco pretendo con esto apuntar que los líderes israelíes, de palabra y de acción, se hayan conducido siempre de manera ejemplar.
Son tan humanos y, en consecuencia, tan falibles, como los políticos de cualquier sociedad democrática; están sometidos a las demandas del electorado y, en el caso de Israel, a las turbulencias de la creación de coaliciones, y puede que, a posteriori, entiendan las cosas perfectamente, pero, por desgracia, eso no siempre ocurre cuando se trata de anticiparlas.
Con todo, en última instancia, las intenciones de los dirigentes palestinos son de todo menos evidentes. Puede que otros, desde Washington hasta Bruselas, traten de interpretar sus objetivos. Sin embargo, al intentar precipitar una solución, con demasiada frecuencia prescinden de, minusvaloran o racionalizan aquellos factores fundamentales que podrían poner en cuestión sus afirmaciones.
A decir verdad, en múltiples ocasiones los palestinos podrían haber tenido un Estado y convertirse en “un pueblo libre en su propia tierra”, pero, por razones que quizá quienes mejor conozcan sean sus líderes, decidieron lo contrario.
A muchos esto les sonará absolutamente contraintuitivo. Después de todo, si los palestinos han estado clamando por tener su propio Estado y se les ha ofrecido gran parte de lo que supuestamente quieren, ¿cómo puede ser que sigan sin tener una nación? Y aquí es donde las cosas se complican.
Los portavoces palestinos y quienes les dan trabajo no desaprovechan ninguna oportunidad de desviar la atención de su propia y considerable responsabilidad en la situación actual. Y con demasiada frecuencia tienen ante sí a públicos receptivos, enormemente dispuestos a creer (¡qué importan los hechos!) que el único culpable de todo es Israel, esa práctica cabeza de turco.
Sin embargo, ¿cómo explicar que en 1947, en la Palestina del Mandato, se rechazara la recomendación de constituir dos Estados, uno judío y otro árabe, que hizo la ONU? ¿O que se desechara categóricamente tratar con Israel después de la guerra de los Seis Días de 1967, cuando el Estado judío propuso un acuerdo de paz basado en el intercambio de tierras? ¿O la falta de interés de los palestinos en aprender de los ejemplos de Egipto y Jordania, que, en términos favorables, alcanzaron acuerdos de paz con Israel, reconociendo su derecho a existir en la región? ¿O qué decir del rotundo rechazo de las ofertas que en 2000 y de nuevo en 2001, y con el respaldo absoluto de Bill Clinton, hizo el primer ministro israelí Ehud Barak, planteando un acuerdo de dos Estados, y a las que se respondió desatando una sangrienta “segunda intifada” contra Israel? ¿O de la no aceptación del plan de dos Estados propuesto en 2008 por el primer ministro Ehud Olmert, al que ni siquiera se respondió con una contraoferta? ¿O de la actual violación por parte de los palestinos de los Acuerdos de Oslo de 1993, basada en acciones unilaterales, en sortear a Israel y la mesa de negociaciones, y en acudir a organismos de la ONU donde los votos están a su disposición? ¿O del frecuente recurso de los palestinos a la incitación, a términos incendiarios como el de «genocidio» y a la santificación de terroristas con las manos manchadas de sangre de civiles israelíes? ¿O del hecho ineludible de que hoy en día, en cualquier caso, el acuerdo basado en la existencia de dos Estados es prácticamente inviable porque Gaza está en manos de Hamás, un grupo terrorista apoyado por Irán que, por principio, llama a la eliminación de Israel, y porque la seguridad de Mahmud Abbás en Cisjordania está de todo menos asegurada (todavía menos sin la no reconocida ayuda de las fuerzas israelíes)?
Como judío, entiendo que la búsqueda de la paz está profundamente arraigada en nuestra identidad. Nuestro ADN lo definen las palabras del profeta Isaías: “No alzarán la espada gente contra gente, ni se ejercitarán para la guerra”.
Pero ese no puede ser el comienzo y el final de la discusión. Existe una segunda realidad. Ojalá no fuera así, pero, por desgracia, la tenemos justo delante y remitirnos a la nobleza de los valores judíos no la hará desaparecer: para que haya paz hace falta un socio que comparta verdaderamente el objetivo de poner fin al conflicto, que también esté dispuesto a ceder para alcanzarlo y que dé razones para creer que el futuro puede ofrecer una prometedora ruptura con el pasado.
¿Tiene Israel ese socio? Los miembros del jurado –¿o deberíamos decir los judíos?- aún no se han pronunciado. Pero me atrevería a decir que cuando Israel tenga ese socio la paz no solo será posible sino inevitable.
David Harris Director ejecutivo del Comité Judío Americano (AJC)
Traducción de Jesús Cuéllar
Golda Meir explicó muy bien la situación hace ya bastante tiempo: ¨Habrá paz cuando amen a sus hijos más de lo que nos odian a nosotros.¨ Eso no ha ocurrido aún y de momento no parece haber posibilidades de que ocurra.
“El que más sabe, más duda”
PP. Pío II