Montaner y âLa mujer del coronelâ
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Por Olga Connor
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Una historia alrededor de una mujer cubana y su romance con un profesor italiano en un hotel de Roma y ya se sabe de la fama erótica de los italianos y de la pasión de las cubanas es el centro de la nueva novela de Carlos Alberto Montaner, La mujer del coronel (Alfaguara). Está enmarcada en una situación política que intriga al lector y es la causa del suspenso que acelera su lectura.
El gobierno de Cuba se presenta como voyeur, que en su afán de control quiere saber todo lo que pasa en la vida más íntima de sus habitantes. En su ejecución, la novela recuerda El infierno, de Henri Barbusse, en la que un individuo observa por el agujero de una pared de hotel todo lo que sucede en la habitación contigua. En la obra de Montaner, es el aparato represivo del sistema el que vigila, al parecer de modo omnipresente, a una adúltera.
La novela se halla en la tradición erótica: desde La celestina, en que la protagonista se regodea mirando hacer el sexo a sus protegidos, hasta las obras de Bataille o las ediciones de La sonrisa vertical de Tusquets. Los espías copian las cartas eróticas que recibe la protagonista Nuria, la vigilan y la retratan, sin que ella lo sepa. El objeto es controlar su vida y la de su marido, un luchador en Angola.
El lector es también espía al leer los pasajes altamente eróticos e inesperados que ha escrito un tan lógico ensayista, tan serio en todo lo que hace, como Montaner. Pero quienes lo conocen saben de su chispa de bromista, que agrada tanto en sus conferencias. En la novela es serio y bromista a la vez. Es muy serio este acercamiento a la más profunda intimidad de una mujer, evitando la chabacanería y la vulgaridad. Pero la narrativa de fondo casi parece una broma, es increíble que esto haya podido suceder en Cuba.
La presentación se hizo en el ámbito de la institución de profesores NACAE (National Association of Cuban American Educators), en la Casa Bacardí del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano Americanos (ICCAS), de la Universidad de Miami, con una conferencia preliminar del autor: Historia genital de la Revolución Cubana (no desperdiciar el juego de vocablos). El tema, dijo el autor, “es el intento de controlar la afectividad de las personas obligadas a hacer lo que dice el gobierno”, cosa que sucedió en el terreno amatorio enseguida. En los 60 no se permitió que se tuvieran relaciones con los familiares que abandonaban el país, y lo más terrible es que los cubanos accedieron. Surgió un adjetivo demoledor, afirmó Montaner, el “desafecto” al régimen. Había que interrumpir toda clase de trato, el “desafecto” era una especie de “leproso moral”. Así fue como el epíteto de “gusano” se aplicó a los que se iban, y a los que simpatizaban con ellos, usado originalmente contra los judíos en la Alemania nazi.
La paranoia llegó a ser aplicada al enamoramiento de una extranjera, como se ve en la novela de Fausto Canel Ni Tiempo para pedir auxilio (1991). Luego se preocuparon de otras “penetraciones”: el saxofón fue considerado instrumento del imperialismo, dijo Montaner, en una de sus salidas cómicas, la cúpula debe determinar la vida personal del cubano. Un ejemplo fue la UMAP (campos de concentración para gente distinta). La injerencia en la vida de los dirigentes llegó al punto de perseguirlos ante la infidelidad de la esposa, enviándoles un “sobre amarillo” con los detalles, y obligándolos en el proceso a que se divorciaran, como si fuera un drama calderoniano, para lavar la honra. En esos actos verídicos se fundamenta esta sorprendente novela: el ultraje a lo más íntimo del individuo en el ambiente opresor de la Revolución Cubana.
LA LLAVE DE MIAMI PARA UNA ABRIDORA DE PUERTAS
Tengo un regocijo especial por haber presenciado la entrega de la llave de Miami por el alcalde Tomás Regalado a una “abridora de puertas” en nuestra sociedad cubana exiliada, Belkis Cuza-Malé, quien partió de la isla con una misión: preservar no sólo su propia literatura, sino toda la cultura que hemos traído a cuestas, y la que seguimos produciendo, que se halla totalmente ignorada en Cuba y se mantiene marginada en el extranjero.
Cuza- Malé ha sido ese símbolo para nuestra cultura, con su Linden Lane Magazine, en la que aparecen nuestros valores literarios y artísticos, plasmados para el presente y la posteridad. Inaugurada en 1982, ahora sigue en la internet lista para ser enviada al que la solicite en su nuevo número de verano: www.magcloud.com
La entrega de la llave se celebró en Cuba Ocho, y fue una función muy sentida, por los contribuyentes al mismo, principalmente el maestro de ceremonias Baltasar Santiago Martín, director de Apogeo, la institución que propuso el acto, y por las palabras de Regalado. Sucedía además que Belkis, nacida en Guantánamo en 1942, cumplía 69 años, que parecen muchos menos, por su energía creativa. Se demostró con un bello poema, Mi mesa, escrito por ella recientemente, que leyó para los asistentes.
En sus comentarios, la homenajeada recordó el valor simbólico de una llave de oro que le había regalado su abuela “para que abriera puertas”, cuando ella tenía siete años. Recordó a sus amigos y, como siempre hace, al que fue su esposo, el poeta Heberto Padilla, ya fallecido, quien también fue marginado, tanto en Cuba como en el exilio.