SOMOS IDIOTAS, PERO NO TANTO
Por Fernando Londoño
La carta de los 79 senadores de los Estados Unidos para el Secretario Pompeo, a propósito del proceso de paz en Colombia, es la cumbre de todas las estupideces y el sumo de las agresiones contra Colombia, sus Fuerzas Militares y el Presidente Duque.
Como los congresistas del mayor país del mundo tienen muy poco trabajo, pues que la campaña presidencial que se avecina los tiene sin cuidado; como la confrontación con Trump es una majadería que ni los inmuta; como los problemas de la masiva migración de centroamericanos no les concierne; como las amenazas de Corea del Norte y de Irán les vale un comino; como los peligros de una guerra mundial por la arrogancia Rusa y los conflictos con Putin son para ellos una tontería; como la guerra comercial con China no ha llegado a sus oídos; como los desastres sociales de la drogadicción no los tocan, están dedicados de lleno a leer en su escaso español las 312 páginas del Acuerdo de Santos con las FARC y a seguir con apasionado interés la manera como se vienen cumpliendo, sin que se les escape tema ni detalle.
Esa carta fue escrita en Colombia, en el mismo ramplón estilo de los pre acuerdos, los acuerdos y la catarata de la basura literaria de Santos y sus amigos.
Cómo les parece, caros lectores, que los 79 desocupados senadores se quejan del maltrato que se le está dando a la Comisión de la Verdad. No hay derecho, carambas. ¿Cómo es posible que se ignore de esa manera al Padre de Roux? ¿Cómo se quiere olvidar o menospreciar la campaña de las FARC para defender a los campesinos colombianos de los crueles abusos de la oligarquía? De ninguna manera. El mundo no respiraría tranquilo si semejantes cosas se echaran al olvido. Por eso protestan los 79 senadores, que unidos al clamor universal del pueblo de Los Estados Unidos quieren poner las cosas en su sitio, la verdad en su silla de oro y rescatar para siempre la verdad de nuestro conflicto.
Esta idiotez llega de la mano del escrito del New York Times, pieza periodística excelsa, y de los ataques al General Nicacio Martínez, ahora impulsor maldito de los falsos positivos, a los que viene dedicado por décadas el Ejército de Colombia.
Estas líneas se escriben cuando llega en los Estados Unidos el Memorial day, la fiesta que ese pueblo dedica a recordar a sus héroes caídos en combate. Allá no distinguen los mártires y los héroes caídos en una guerra o en otra, ni utilizan para su orgullo el beneficio de inventario. En todas las Iglesias se elevaron al cielo las plegarias y se entonó el “América, América” que es como el himno sagrado de esa celebración. Y los corazones se henchían de orgullo y los ojos, hasta de los más valientes, se llenaban de lágrimas. Ese pueblo tiene derecho a cantar sus glorias y a esperar con fe el futuro.
Pero qué podemos decir de nosotros, que le toleramos a Juan Manuel Santos, el autor de este documento infame y de esta trampa repugnante, que busque en los Estados Unidos un Senador, que convenza a 78 más para que a las carreras le ponga una firma a un papelucho cualquiera, en el que va de por medio el honor de Colombia. Ese gran traidor es el autor de estas consejas, el artífice de esta canallada. Todos los sabemos y sin embargo, le permitimos a cierta prensa nauseabunda que intente vender al fiado la idea de que en los Estados Unidos hay grave preocupación porque se rompa la paz con las FARC. Ni eso es verdad, ni a nadie le interesa esta comedia de circo malo.
Estamos renegando de nuestras glorias, tolerando que empuerquen nuestro pasado y destruyan nuestro derecho a una paz gloriosa y verdadera, esa que alcanzamos a disfrutar en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Y para nuestra desventura, el señor Presidente Duque no se ha puesto al frente de una cruzada para rescatar nuestra dignidad y para impedir que se le robe al pueblo de Colombia el orgullo que siente por su Ejército.
Porque de eso se trata. De empequeñecer y enlodar la única institución que respetamos y amamos. No hay encuesta que no lo repita ni colombiano que no lo sienta. Nuestro Ejército es nuestra gloria. No esa tribu de bandidos que nos pintan y cuya estrategia vigilarán, ¡Dios de los cielos! tres ilustres juristas que jamás tuvieron en sus manos un fusil, ni oyeron silbar una bala, ni recogieron el cuerpo ensangrentado de su amigo moribundo, ni se jugaron la vida por ver impoluta su bandera, ondeando en el asta sagrada, para rezar la matinal oración de los que lo entregan todo por salvar esta Nación, que algunos quieren pusilánime e ingrata.
Un acuerdo de “paz” con terroristas es una falacia..o sera de “La paz de los sepulcros”…lo que se vive ahora es consecuencia de ese “acuerdo”..y lo peor esta por venir…
este nuevo y disparatoso gobierno que tenemos en este país es muy confuso, hace cosas que lo dejan a uno perplejo yo he llegado a pensar que tanto énfasis en esto de la inmigración es para permitirle a H PUTIN meter el pie hasta donde le convenga,primero envalentonaron a Guaido después lo dejaron a la merced de Putin y los Castro-comunistas Trump claramente tiene miedo confrontar a Putin dan pasos que parecieran estar planificados por ambos si alguna vez viniera un intento de dictadura a este país yo diría que este es el momento y aveces pienso si no es esto lo que traman Putin y Trump a puertas cerradas y sin testigo “VARGA DIOS QUE ESTE SISTEMA ESTA TAN BIEN DISEÑADO QUE UNO SIENTE CIERTO ALIVIO A ESTAS DUDAS ”
el ataque de Trump a Colombia es tan absurdo como el que el haya llegado a presidir este país un hombre sin experiencia política ni militar un hombre que hace marañas a trocha y mocha y miente indiscriminadamente los Colombianos tienen que estar muy disgustados al igual que Asia y Europa con este anormal que llego a donde llego por cosas del destino por que lo puso ahí el destino NO QUIERO NI PENSARLO.
Simplemente esa carta denota que en el gobierno de USA hay 79 senadores que están mas perdidos que una aguja en un pajar. Lo triste es que todavía hy personas que los eligen, así que esas personas están tan perdidas como los senadores. Aquí meto al NYT que obedece a no se que intereses pro-guerrilla, pro-FARC, pro enemigos del pueblo.
Lo lindo de este acuerdo de paz es que los que quieran aceptarlo de las FARC, no tendrán ningún problema con la justicia, incluso puestos en el senado(5), cámara (5) y 10 en el congreso y los que no quieran aceptarlo seguirán con sus negocios de drogas sin esconderse de hacerlo, porque los que si aceptaron el acuerdo lo siguen a escondidas, es decir hicieron el negocio perfecto con el diablillo de Santos( solo tiene el nombre) y el gobierno Noruego(otra vez el gol noruego) le da el premio Novel de la Paz. Esto parece un libreto de una película de ficción, mas allá de nuestra imaginación. Y muchos se lo creen como estos 79 perdidos en el bosque senadores norteamericanos. Con estos amigos Colombia y el mundo no necesita mas enemigos.
en Colombia los narcos no son guerrilleros,son paramilitares protegidos por politicos,banqueros y terratenientes.