26 August 2014 ~ 14 Comentarios

¿Comienza un ciclo de centroderecha en América Latina?

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14 Responses to “¿Comienza un ciclo de centroderecha en América Latina?”

  1. MANUELCARBAJAL 26 August 2014 at 1:09 pm Permalink

    al que le quepa dura que es el Socialismo a la cubana, vea esto:

    Vicente Feliú dice:
    25 agosto, 2014 a las 13:11
    Hola Rafael. Mi comentario no es ambiguo, ni digo que Trabajadores sea contrarrevolucionario. Lo que me llama la atención es que los comentarios, que pueden y deben ser moderados por el periódico, lo cual debes saber muy bien, coincidan en atacar a Silvio en su inmensa mayoría, cuando Silvio (no sé si lo dudas) es parte importante de la cultura y de la Revolución. Yo coincido con la opinión de Adelayda más arriba (la cual no estaba cuando escribí lo mío). Además, como dice Latiguillo, si estos son la mayoría de los lectores habituales, por aquí no vengo más.
    Y no censuro pensamientos, pero si las opiniones son evidentemente manipuladas en contra de alguien, sin precisar concretamente los problemas y un periódico del gobierno publica esas opiniones, no tengo ninguna razón buena para no escribir lo que dije arriba.

    http://www.trabajadores.cu/20140823/abdala-de-nuevo-sin-corriente/#comment-5132

  2. David 26 August 2014 at 1:58 pm Permalink

    Más que un ciclo de centroderecha, lo que América Latina necesita es un ciclo liberal.

  3. David 26 August 2014 at 2:00 pm Permalink

    Veo que las banderas de Paraguay y Uruguay están en su lugares correspondientes y no al revés como vi en otro mapa, jajaja.

  4. Sam Ramos 26 August 2014 at 2:49 pm Permalink

    Yo tengo mis dudas en cuanto a la capacidad letrinoamericana de autorectificarse y abrir los ojos ante la ofensiva izquierdista. Ésta se aprovecha de las elecciones democraticas para hacerse del poder y luego modificar las leyes para mantenerse gobernando a pesar de toda la destruccion que sus ideas mal llamadas progresistas hacen en las economias y libertades civiles en los paises donde logran su objetivo. Ejemplos sobran.

  5. Jambalaia 26 August 2014 at 3:46 pm Permalink

    Soy un brasileño. El gobierno del Partido de los Trabajadores no hace públicamente su oposición a Israel, Estados Unidos. Dilma Rousseff se ha distanciado de Irán, pero no de una manera más concreta. Ellos saben que las personas no están de acuerdo con eso.
    .
    Todavía tenemos nuestros recuerdos en los años de hiperinflación. Algunas personas más pesimistas creen que volvamos a tolerar la escasez. Ahora sabemos que todo lo que en el pasado fue una gran comedia. Los cierres de tiendas, supermercados, congelación precios inútil. Grandes colas para comprar carne.
    ..
    Globo TV, que indica que la materia nunca se había gastado tanto dinero en el extranjero.
    Hay personas que desean acabar con el capitalismo, pero son una minoría.
    .
    Los venezolanos están caminando el camino que hicimos. Lógico que la ley del precio justo, no funcionará.
    .
    El Partido de los Trabajadores podría perder las elecciones trayendo poco progreso económico y lleno de corrupción.
    Queremos más progreso.

  6. MANUELCARBAJAL 26 August 2014 at 4:20 pm Permalink

    y miren como fue que casi todos empezamos a robar o a ser complices, que es igual.

    basado en un escrito de Guillermo Rodríguez Rivera*

    En marzo de 1968, hacía unos buenos 9 años que todos los sectores fundamentales de la economía cubana eran manejados por el Estado y el Gobierno. Todas las industrias de importancia, todas las grandes fábricas, toda la banca, más del setenta por ciento de todas las tierras del país, los centrales azucareros, la minería, la extracción y refinación del petróleo, todo el comercio de exportación e importación, todas las líneas de carga por camiones, los ferrocarriles, la líneas de autobuses urbanos e interurbanos, los grandes hoteles, las grandes tiendas, los grandes centros de entretenimiento, la prensa, la radio, la televisión, los centros educacionales y de salud y a ello habría que añadirle un largo, casi interminable etcétera, los poseía y los hacía funcionar el Estado cubano.

    ¿Quedaba algo fuera del aparato estatal? Quedaba, cómo no. Quedaba una impresionante red de pequeños centros de elaboración de innumerables productos, la red del comercio minorista de las ciudades –bodegas, panaderías, carnicerías, puestos de frutas y viandas, pescaderías, fondas, mínimos restaurantes, bares (sólo en La Habana había 880), gasolineras, quincallas, talleres de diversos rubros: de mecánica automotriz, de arreglos de electrodomésticos, poncheras, barberías, peluquerías, heladerías, etcétera, etcétera, etcétera.

    Todo esto era una suerte de infraestructura de economía popular, que subsistía al amparo de la familia.

    Todos estos pequeños negocios fueron “intervenidos”. Se había llegado a unos extremos que jamás habían soñado Marx y Engels: la socialización del puesto de fritas. Una clara mayoría de estos negocios fueron simplemente cerrados, no estatalizados, porque todo este laberinto productivo y comercial –hondamente relacionado con la vida real– estaba hondamente reñido con los modos de organización del Estado cubano, y yo diría, con los de cualquier Estado. Simplemente, no podían ser asimilados por el elefantiásico Estado.

    Si un hombre tenía una mínima ponchera, digamos, en el patio o el garaje de su casa, no había otro personal que él mismo. El propio sujeto era propietario del lugar o lo tenía rentado; el mismo, que reparaba el ponche en el neumático, daba mantenimiento al equipo que utilizaba para hacer su trabajo, limpiaba el lugar y se procuraba los insumos que eran necesarios para “coger” el ponche porque, si no podía comprarlos producidos por alguna empresa estatal, siempre habría algún productor privado con quien arreglar el suministro de esos insumos imprescindibles para realizar su trabajo. El propio ponchero cobraba al cliente y administraba las realmente modestas entradas del negocio. De ellas vivían, también modestamente pero sin que nada esencial les faltara, el operario y su familia.

    Cuando la exigua ponchera fue estatalizada, tuvo que ser asignada a alguna empresa que reuniera a poncheros o, si ello no era posible, al menos tuvo que reunirse con practicantes de oficios semejantes. El humor popular, por esos años, hizo surgir entidades insólitas, como fue por ejemplo la ECOCHINTIM, esto es, la “Empresa Consolidada de Chinchales y Timbiriches”.

    Pero cada una de estas unidades debía tener, al menos, un administrador, un responsable de mantenimiento y un auxiliar de limpieza, además de mantener el local, pagar la mensualidad del teléfono, y ya no había una persona y su familia a mantenerse con los ingresos de la microponchera, sino que eran al menos cuatro familias las que debían vivir de esas magras entradas.

    Alguien debió calcular cuánto descendieron los volúmenes de producción o la cuantía de los servicios en estos negocios estatalizados y cuántas nuevas dificultades aparecieron para caer encima de las que ya soportaba la población, pero por esos años se decidió que los contadores públicos tampoco debían existir.
    Hacía seis años que se había decretado el bloqueo económico, comercial y financiero por el gobierno de los Estados Unidos. Ese mismo año de 1962 apareció la libreta de abastecimiento y los cubanos debimos enfrentar una creciente desaparición de las piezas y los recambios en un país que estaba casi totalmente montado sobre tecnología norteamericana, desde los tomacorrientes de la electricidad hasta las cocinas de los hogares.

    En esas circunstancias, el valor de los operarios que ejercían los oficios que solucionaban los problemas que son inevitables en la vida cotidiana, ideando incalculables innovaciones y sustituciones, crecía claramente. Pero esos oficios –el electricista, el plomero, el carpintero, el mecánico, el cristalero, el cerrajero, etcétera, etcétera– que se trasmitían de padre a hijo por generaciones, empezaron a ser denostados: se les llamaba a los que los ejercían, despectivamente, como a los vendedores callejeros, merolicos, tomando una expresión extraña al léxico cubano, que llegaba de una telenovela mexicana.

    En las calles de Cuba, donde habían aparecido pregones inmortales como “El manisero” o las “Frutas del Caney”, surgió un género insólito que cabría llamar el antipregón. Uno veía a un señor conversando animadamente en una esquina de Centro Habana, y cuando cruzabas a su lado, el tipo bajaba la voz hasta ser casi un susurro y te decía, como quien comunica la contraseña de un espía: “Maní”.

    Eusebio Leal, historiador de La Habana, para la noble y extraordinaria tarea que ha sido y es la restauración de la ciudad, ha tenido y tiene que recuperar algunos de esos oficios durante estos últimos 25 años, oficios que la Ofensiva del 68 condenó prácticamente a la extinción y que la necesidad nos ha estado trayendo de vuelta. En aquel entonces ejercerlos fuera del Estado se convirtió en actividad ilegal, fuertemente multada por las instancias jurídicas correspondientes. Lógicamente, ser practicante de un oficio había devenido delito y, consecuentemente, los precios del trabajo de esos oficios, se encareció y todos empezamos a robar y a delinquir para subsistir, pues como esa actividad no era permitida, en ninguna tienda estatal se vendían los insumos que estos operarios necesitaban y los negocios privados que podían procurarlos, habían desaparecido. Por tanto, los operarios que habían decidido continuar trabajando a pesar de la prohibición, tenían que procurarse esos insumos por vías fraudulentas, porque la legales estaban cerradas. Pero la vida es infinitamente más fuerte que todas las burocracias: a pesar de que los sabios funcionarios habían decretado como ilegal y capitalista el trabajo de los plomeros, la desviada, la diversionista pila del agua del fregadero empezaba a gotear y había que cambiarle la zapatilla o sustituirla. Y había que conseguir los insumos, la zapatilla o la llave misma, allí donde único los había: en los incontrolados almacenes del Estado, que almacenaban infinitas cosas que envejecían, se deterioraban allí sin usarse. La única puerta abierta era la del robo.

    Los comercios que tenían que ver directamente con el diario abastecimiento de las familias –bodegas, carnicerías, panaderías, lecherías, etcétera– habían sido operados durante los primeros años del racionamiento, desde 1962, por sus dueños.

    Recuerdo a esos dueños de bodegas que permanecieron en la Cuba socialista y que manejaban sus comercios con una honradez que hoy se echa de menos.
    Hasta entonces, el detallista estafaba a su cliente, si lo hacía, dándole una “libra” de catorce onzas. Pero eran pocos los que incurrían en ello: se habían habituado a tratar con una clientela que era su vecina, y sabían que debían ganarse esa clientela que, antes del racionamiento, podía comprar libremente en cualquier tienda de víveres. Estos viejos pequeños propietarios vivían decentemente, pero ninguno se había enriquecido vendiendo arroz, frijoles, aceite, azúcar y café.

    En lugar de Vicente, el hijo cubano de gallego que vendía en una bodega de la calle 22 del Vedado, empezaron a aparecer unos administradores y bodegueros nombrados por la empresa del MINCIN que traían como aporte esencial al comercio cubano la creación de la “libra” de doce onzas que, en ciertos comercios, ahora ha llegado a ser de diez y hasta de ocho.

    Paulatinamente, los consumidores empezamos a darnos cuenta de que la Ofensiva Revolucionaria que había querido estatalizarlo todo y hacer total el socialismo, había ido creando una serie de negocios privados sostenidos por el Estado.

    Por ejemplo:
    Visito con cierta regularidad un establecimiento de pan y dulces en el que habitualmente compro el pan que la familia debe consumir por varios días. Allí, como en otras unidades de la cadena del pan, se comercializa un pan de contextura suave, a 3 pesos la unidad. Resulta más agradable, más fácilmente conservable y de más calidad que el habitual pan de 10 pesos que se vende en la misma cadena, y al que no le ponen la grasa que debe llevar.
    La última vez que llegué a la panadería de la que hablo, estaban colocando en los mostradores los panes suaves, pero me pareció enseguida que esos debían tener otro pecio, porque eran casi la mitad del tamaño de los que habitualmente vendían allí. Cuando pregunté, el panadero me informó que esos panes también valían 3 pesos cada uno.
    Obviamente, producir uno de esos panes llevaba como mínimo un 40% menos de la harina, la grasa y la levadura que se emplea para hacer el pan con el peso establecido. Si ese cálculo que hice “ojo de buen cubero” se aproxima a la verdad, cuando la panadería vende 100 de esos panes, está empleando en ellos únicamente el 60% de la materia prima que tenía asignada para confeccionarlos. Hay un 40% de materia prima que no se empleó y que los operarios usarán después en producir más de 60 panes que venderán al mismo precio y se embolsarán el importe de la venta. Ellos y el administrador de la unidad que debía chequear el peso del pan que vende.
    Así pues, el Estado mantiene el local de la panadería y su equipamiento, la surte de harina, grasa y levadura, paga la electricidad que consume y los salarios del administrador y de todos los trabajadores, que disponen además, fraudulentamente, de un 40% de las ganancias, que se obtienen vendiéndole al pueblo un pan que pesa mucho menos de lo debe pesar. Cualquier pérdida de la panadería –un saco de harina que se eche a perder, por ejemplo– es asumida en su totalidad por el Estado. El neoliberalismo jamás soñó empresas capitalistas con tales ventajas.
    Los servicios informativos de la Televisión Cubana trasmiten unos éticos y combativos cortos en los que los usuarios discuten con los detallistas y exigen victoriosamente el peso que pagan.

    Esa es una cómoda, injusta y cargante manera de decirle al pueblo que su deber es exigirle al que despacha, porque nadie le exige al administrador que debe vigilar y sancionar al que maltrata o roba a sus clientes. ¿No será que el administrador participa en las ganancias?

    Creo que debe pensarse mejor el empleo de esa consigna que aparece a menudo en nuestros medios: tal actividad “es tarea de todos”.
    Es importante concienciar a la población sobre temas que son de su interés, y que irán mejor si el pueblo asume su papel en ellos como son, por ejemplo los temas de salud y medio ambiente, pero ello no puede servir para olvidar que toda tarea tiene un responsable que cobra por hacerla: el orden público, la protección a la propiedad colectiva e individual, por ejemplo, no es tarea de todos sino, esencialmente, de la PNR. Cuando decimos que algo es tarea de todos, podemos disolver la responsabilidad de quien verdaderamente la tiene.

    El proyecto socialista cubano siempre tendió a “poner la carreta delante de los bueyes”. El Estado revolucionario cubano garantizó, desde su misma aparición, pleno empleo al pueblo cubano. Pero debía tenerse en cuenta que muchos de esos puestos de trabajo no tenían la correspondencia en la producción o la actividad en servicios que hacían los que los ocupaban. Se hacía más bienestar social que economía. Se inflaron las plantillas: Se estimuló a todos a robar.
    Esa tendencia no disminuyó nunca, y sus resultados han hecho crisis varias veces, sin que se fuera nunca al fondo del problema. El país casi se arruinó a raíz de la Ofensiva de marzo de 1968 y de la utópica zafra de 1970, que quiso ser un avance decisivo para conseguir la independencia económica de la nación. La solución a los problemas que entonces se generaron, fue la entrada de Cuba en el C.A.M.E, lo que palió muchas insuficiencias de la economía cubana. Ello, hasta el fin de la URSS y del campo socialista europeo, que nos hizo entrar en el crítico “período especial”

    Nos ha salvado de males mayores, en la última década, la aparición de una Venezuela revolucionaria y del proyecto integrador del ALBA.

    Si se quiere “desinflar” esas plantillas en las que casi todo el aire lo ha puesto la política del Estado, habrá que permitir que los que pierdan sus improductivos puestos laborales, puedan hacer cualquier actividad que no sea delictiva, porque hacerlos abandonar sus empleos para echarles encima el mar de prohibiciones que existen para realizar cualquier trabajo, ha mandado directamente a esa masa a delinquir, porque esa ha sido la única manera que han tenido para subsistir ellos y sus familias.

    * http://segundacita.blogspot.com/2010/06/aquella-ofensiva.html

  7. MANUELCARBAJAL 27 August 2014 at 6:29 am Permalink

    Carta Abierta a una Brigada de Respuesta Rápida que anda por ahí.

    todo el mundo sabe, que ustedes son una triste mano de incapaces e incompetentes incultos: Silvio, Cabeza de Puerco, este Gustavo, y 3 o 4 que comentan todos los días en Segunda Cita (el blog de Silvio) -kinka, Sergio, Patricia Moda- sólo ustedes, que vienen a ser una triste mano de 6 o 7 miembros de esta triste brigada en defensa del “Ideal Revolucionario” cubano, que no es otra cosa que ponerse de acuerdo los grupitos de amigos incultos para andar por aquí y por allá engañando inocentes, cerrándoles el párpado a defectuosos de pupila, para que nunca puedan ver y le sigan haciendo de Coro en esa canción que hace mucho tiempo engaña ya a demasiada poca gente, que es lo único que les preocupa a ustedes y a la dirección de la “Revolución” Cubana. Ustedes y esa “Revolución” tienen un mal de raíz que los condena para siempre. Ustedes no han fomentado seriamente nada de lo que repiten y repiten para primero creérselo ustedes y soñar que algunos más van a creerlo. Sé de algunos que todavía siguen creyendo en esos cantos de ustedes, cada vez son menos y cada vez los que creen, los creen menos. Ustedes se baten en retirada, con el anhelo de que alguna vez podrán regresar al corazón de las mayorías, con Y, como llegaron a estar en aquella que corrían por toda Cuba hace 55 años ciega a los paredones y a cuanta fechoría se les ocurría como buenos bandidos. Ustedes, los hijos de aquellos “próceres” (asesinos), de los que sólo le quedan los tristes ejemplares Fidel y Raúl, van camino a la extinción, y a ustedes sí que no hay nada que pueda salvarlos.

    tomado de http://manuelcarbajal.wordpress.com/2014/08/01/el-blog-de-silvio-rodriguez/

  8. manuel 27 August 2014 at 8:02 am Permalink

    comunismo y honestidad

    Hace 25 años, en marzo de 1989, la portada de casi todos los diarios del planeta se hacían eco de una noticia que prometía cambiar al mundo. Pons y Fleischmann daban por cierto la posibilidad real algo que se conoció como “la fusión en frio”. En pocas palabras: la combinación de un deuterio de hidrogeno con oxigeno (agua pesada) y dos electrodos, uno de platino y otro de paladio lograban mediante la electrólisis más energía que la utilizada y a temperatura ambiente regular. De ser cierto, el mundo estaba frente a un cambio total. Energía prácticamente gratuita, eficiente y ecológica!!! La humanidad dejaría en la historia la pobreza, y el auge de bienestar sería inmediato .!! ¿Cual Universidad, que matemático, químico, físico no intento reproducir la ecuación, el método???? Y de repente, no funcionaba. Tenía fallos graves de formulación y los resultados no eran los de Pons y Fleischmann. Estos no fueron sinceros, comenzaron por decir que los envidiaban, que no seguíamos sus pasos, que……, miles de pretextos. Al final: la fusión en frio, muy prometedora, magnifica, elegante, bella y benefactora no pasaba de ser un buen intento, un sueno. No funciona en la realidad. Hoy sabemos mejor que nunca que es imposible . La violación de las leyes que rigen este universo no perdonan. De la misma manera que no puede acelerarse un cuerpo independientemente de su masa, así mismo la fusión en frio es imposible. ¿Creen que no me gustaría decirte lo contrario?? ¿Creen que siento algún placer en decir que la fórmula de la fusión en frio no funciona?? No, pero debo ser honesto, el pensamiento racional y critico me obliga a enfrentar la verdad por encima de mis deseos, de mis sueños.

    El comunismo no es un sistema económicamente funcional, no funciona en la práctica, ignora la producción, da por sentado que las mercancías están ahí listas para ser consumidas. Ignora el mercado, las crisis, los movimientos del Mundo. Enfoca su atención en el equilibrio, que se da cuando el consumo iguala a la oferta, pero es un caso muy particular que se cumple en muy raras ocasiones . Tratan de explicar un desequilibrio con la teoría del equilibrio. La teoría del valor es un fiasco, es un error de proporciones gigantescas. Lo sabemos desde Böhm-Bawerk, para colmo cada resultado encaja con las predicciones. Cuanto me gustaría pero no funciona, es bello pero no funciona. Aun quedan personas por todo el mundo soñando con la alucinación de la fusión en frio, gastando tiempo y sus mejores momentos neuronales, ¿Por que? Porque los deseos, las buenas intenciones, el perseguir una utopía puede nublar el pensamiento racional y critico. ¿No se ve cuanta energía y tiempo se pierde en perseguir un delirio?. Además, ¿Por que ofrecerle al pueblo, al mundo una fórmula que sabemos que no funciona? ¿Por que vender falsa esperanzas? Así los veo yo a Uds. buenas intenciones sobran. Más justa y bondadosa no puede ser la idea del comunismo, pero No funciona. Que mas quisiéramos, pero no funciona. No logro entender por que le ofrecen a un pueblo que los ha seguido, fórmulas que saben que no funcionan, que no van a funcionar. Está ocurriendo una consecuencia esperable y predecible de su fórmula: Reacciones oxidantes ante metales ferrosos, ¿¡y no entienden porque se les oxida !?

    basado en comentario Anonimo (27 de agosto de 2014, 0:39) en:

    http://segundacita.blogspot.com/2014/08/abdala-de-nuevo-sin-corriente.html?commentPage=2

    Yo como usted profesor, también creía en la sinceridad de estos tipos.

  9. manuel 28 August 2014 at 3:26 pm Permalink

    el Socialismo ha fracasado en todas partes fundamentalmente desplomándose,no por la intervención armada o el complot capitalista que han sido el centro de la demagogia en todos esos lares: la implosión económica, social y política, porque Sólo cuando la nación es de Todos y para el bien de Todos, donde exista libertad para el que piensa diferente, y dejen de enseñorearse los “elegidos”, lo que equivale decir deben ser servidores del pueblo y no servirse del pueblo, como le dijo Marti a Máximo Gómez, entonces los burócratas no tendrán cabida, ni harán nidos para la genuflexión tan lucrativa, a la que dedican todas sus energías, sin el menor reparo de lo que piense y sienta el pueblo en Todas partes.

  10. MANUEL 31 August 2014 at 4:09 pm Permalink

    En Cuba siempre ha fallado la Educación en todos los ámbitos. Esto nos hace ser lo que somos. La premura; la falta de conocimientos pedagógicos, salud, economía, motivación; Visión, como la que tuvo José Martí Julián Pérez* y otros factores ha sido el lastre de una nación que ha crecido muy poco y sufre desvíos. Los miles de cubanos hoy por el mundo hemos cargado con esos pesos que han impedido que los que nos rodean mientras crecemos, logren hacer mucho para acercarnos a este deseo del Apostol:

    *…(el joven) de ningún modo debe ahogar en sí la inspiración incontenible, pero debe educarla hasta la solidez, debe fundarla en conocimientos que la robustezcan; sin torturar su espíritu, debe encaminarlo constantemente al orden. El fin de la vida no es más que el logro difícil de la compensación y conciliación de las fuerzas vitales. Puesto que tenemos voluntad, criterio e imaginación, sírvannos los tres: la imaginación para crear, el criterio para discernir y para reprimir la voluntad. Los hombres son todavía águilas caídas, y ha de haber alguna razón para que aún no se nos devuelvan nuestras alas…

    La falta de voluntad de nuestros gobiernos e instituciones para entregarnos padres, maestros y demás más preparados han sido el mayor problema para que la nación hoy se encuentre en un estado lamentable de desarrollo. No es la única, mas bien es la regla, sólo que su gobierno se ha jactado de ser muy martiano, pero una cosa es jactarse y otra serlo. Del ideal de Martí a lo que hemos logrado hay un trecho tan grande que no creo deba hablarse siquiera de avance. Podemos hablar de como empezar, que hacer en cada área que pueda aportar algo a ese camino.

    • David 1 September 2014 at 3:54 pm Permalink

      No se puede hablar de educación en Cuba porque no la hay. En Cuba hay un sistema de adoctrinamiento que lava el cerebro a los cubanos desde la cuna hasta la tumba. Los niños cubanos aprenden las consignas ideológicas del régimen castrista antes que leer y escribir y son arreados a los actos políticos del régimen juntos con sus padres con la amenaza de que si los progenitores no se van pierdan su trabajo en el estado, sean linchados por una patota de esbirros contratados por la dictadura en sus casas o peor aún, sean encarcelados y a sus hijos se les expulsen de la escuela, privándoles de “la mejor educación del mundo”.

      Por suerte, no todos los cubanos terminan completamente anestesiados por la propaganda castrista disfrazada de educación, y abren los ojos. Por eso tratan desesperadamente de escapar del paraíso (infierno) socialista tirándose al mar infestado de tiburones en balsas precarias y algunos lamentablemente mueren en el intento.

      Por eso Cuba está como está, porque no hay una educación que formen cubanos laboriosos y emprendedores, además de que el comunismo les impide ser laboriosos y emprendedores también.

  11. MANUELCARBAJAL 4 September 2014 at 8:38 am Permalink

    No es posible, en ningún caso, llegar a acuerdos con corruptos.

    A los demócratas en Cuba, a los defensores de ese pueblo oprimido por su gobierno, los que expresan lo que quiere el pueblo cubano que no esta con la dictadura y hace entender hoy al mundo y a ese pueblo manipulado lo que pasamos, esos que han puesto los muertos, los heridos, los presos, los torturados: a esos tienen que responder las democracias del mundo. El gobierno castrista descaradamente reponden a todo el que se opone de alguna manera a las democracias. Son dos mundos en pugna. No hay tal unipolaridad en lo político, hay unos gobiernos en conspiración para lograr ellos la hegemonía, para lograr lo que los derrotados de la última Guerra mundial querían. Es la continuación de la Guerra Fría pero con el polo socialista desplazado desde Moscú hacia Pekín, la periferia desde Europa del Este hacia América Latina, con todo el petróleo venezolano ahora a su disposicion y Rusia desesperadamente buscando sacar ventajas de toda esta situación.

  12. hugo 9 July 2016 at 9:42 pm Permalink

    escuchar es este loquitooo, facista , que habla de uruguay sin saber nada, es ignorante de derecha , leea maestro leea .salu


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