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Otro país sudamericano que se suicida. El que tengan por delante un millón de refugiados del manicomio chavista en su país, le fue invisible a los colombianos el domingo 19 de junio a la hora de votar. Después de Chile, Perú, y próximamente Brasil optando por el ladrón corruto de Lula, Iberoamérica parece no tener remedio.
Don Carlos Alberto sugiere que fue el voto de los jóvenes que sumó en los tres millones que le dieron la victoria a Petro. No hay duda de que, en Colombia, como en Estados Unidos con muchos de jóvenes prisioneros de la cultura “woke” y el neomarxismo del Critical Race Theory, la juventud colombiana y estadounidense, está más perdida que un payaso en un velorio.
Muy de acuerdo (por primera vez creo). Los disturbios favorecen “la toma de conciencia” de los incapaces e imberbes. Pero el determinante principal de nuestra perenne desgracia es sin vuelta de hoja el paupérrimo IQ de nuestra América Latina. Véanse espacios como Dubái o Catar con una fracción apenas de las reservas petroleras de Venezuela, sin más condiciones naturales que arena y calor de espanto transformados en maravillas. No tienen democracia, ni separación de poderes, ni un carajo de derechos obtenidos, y ahí están, sus flotas dominan los cielos y sus ciudades de ensueño son refugio de capitales y emprendedores de todo el mundo.
Hermenegildo Menendez23 July 2022 at 4:37 pmPermalink
Es posible que Maduro tuviese parte. Su cabeza no da para mucho.
Pero la presencia de la Derecha, durante bastante tiempo, a parte de
enriquecerse a si misma, no resulta tentadora. Los viejos políticos latinoamericanos de siempre
tienen una historia que no convence. Puede que estén más cerca de obtener alguna ventaja. Con la caduca derecha no hay nada que esperar.
Pericles
Otro país sudamericano que se suicida. El que tengan por delante un millón de refugiados del manicomio chavista en su país, le fue invisible a los colombianos el domingo 19 de junio a la hora de votar. Después de Chile, Perú, y próximamente Brasil optando por el ladrón corruto de Lula, Iberoamérica parece no tener remedio.
Don Carlos Alberto sugiere que fue el voto de los jóvenes que sumó en los tres millones que le dieron la victoria a Petro. No hay duda de que, en Colombia, como en Estados Unidos con muchos de jóvenes prisioneros de la cultura “woke” y el neomarxismo del Critical Race Theory, la juventud colombiana y estadounidense, está más perdida que un payaso en un velorio.
Muy de acuerdo (por primera vez creo). Los disturbios favorecen “la toma de conciencia” de los incapaces e imberbes. Pero el determinante principal de nuestra perenne desgracia es sin vuelta de hoja el paupérrimo IQ de nuestra América Latina. Véanse espacios como Dubái o Catar con una fracción apenas de las reservas petroleras de Venezuela, sin más condiciones naturales que arena y calor de espanto transformados en maravillas. No tienen democracia, ni separación de poderes, ni un carajo de derechos obtenidos, y ahí están, sus flotas dominan los cielos y sus ciudades de ensueño son refugio de capitales y emprendedores de todo el mundo.
Lo mas posible es que ademas de lo qye dice CAM, hubiese ayuda extranjera
Esas Elecciones la ganó y financió Maduro..
Es posible que Maduro tuviese parte. Su cabeza no da para mucho.
Pero la presencia de la Derecha, durante bastante tiempo, a parte de
enriquecerse a si misma, no resulta tentadora. Los viejos políticos latinoamericanos de siempre
tienen una historia que no convence. Puede que estén más cerca de obtener alguna ventaja. Con la caduca derecha no hay nada que esperar.
Pericles