El presidente Funes y los empresarios se necesitan mutuamente
Entrevista publicada en: Laprensagrafica.com
Carlos Alberto Montaner, un analista político internacional, ha venido a El Salvador para disertar sobre libertad y democracia, como parte de las actividades para conmemorar los 95 años de fundación de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador.
Salió de Cuba cuando tenía 18 años, de modo que, a estas alturas en las que se considera âde la tercera edadâ, hasta casi ha olvidado la nostalgia. Carlos Alberto Montaner llama a los empresarios a entenderse con el presidente Mauricio Funes, pero también le pide a este que se acerque a los hombres de negocios. Sobre el Frente no tiene ni una palabra positiva. Eso sí, cree que la derecha la tiene muy difícil, tan fragmentada que podría permitir otro triunfo de la izquierda.
En el caso de la libertad de expresión y democracia El Salvador ha sufrido un retroceso, pero también los hay en Panamá y Bolivia, es decir, no está circunscrita a una ideología. ¿Qué pasa en la región?
Eso es grave. Hay que imitar la primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que prohíbe a los estados legislar en materia de libertad de expresión. Cuando se subvierte el orden y los políticos se dedican a vigilar a la prensa, entonces estamos en camino al totalitarismo.
¿Qué opina del pragmatismo en América Latina? Vemos a demócratas como Lula apoyar al presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, o a comunistas convertidos en empresarios.
Creo que Lula da Silva ha sido un buen gobernante dentro de Brasil, a pesar de algunos escándalos de corrupción, pero en política exterior ha cometido imprudencias, salvo el caso de El Salvador. Las relaciones con Irán son muy peligrosas, las relaciones que ha desarrollado con Hugo Chávez son percibidas por los demócratas venezolanos, el 52% de los electores, como muy favorables a Chávez y no favorables a la democracia. Así que hay una ambivalencia con este personaje. En cuanto a los comunistas que se convierten en empresarios, estamos ante una vieja historia de hipocresía.
¿Como Tomás Borges, fundador del FSLN?
Como Tomás Borges, que es multimillonario. Y hay ese libro de los años cincuenta, muy interesante, que se llamó âLa nueva claseâ, de Milovan Djilas, que explicaba cómo el comunismo generaba una clase dominante que tenía todos los privilegios, sin tener que convertirse en empresarios.
En el caso de El Salvador, ¿cómo ve las relaciones entre el Gobierno y los empresarios? ¿Cree que a 16 meses de Gobierno se justifica la desconfianza de los empresarios?
El presidente tiene que hacer lo posible para acercarse al aparato empresarial, y el aparato empresarial debe hacer lo posible por respaldar la democracia y por respaldar al presidente. Ambos se necesitan. Para los dos es importante encontrar un punto de acuerdo. El presidente, como hombre inteligente, sabe que la riqueza solo se produce en las empresas. Y si él necesita fondos para ayudar a los necesitados, quiere decir que necesita muchas empresas que den muchos beneficios y puestos de trabajo. Cualquier persona inteligente se da cuenta que para gobernar con eficiencia hay que tener un tejido empresarial denso, amplio, diversificado, rico, próspero. Los empresarios deben entender la dificilísima coyuntura de un presidente demócrata, empeñado en hacer las cosas bien, que no se parece en nada al ala estalinista del partido que lo llevó al poder. Lo inteligente es respaldarlo, entre otras cosas, porque generar una crisis en esta situación solo puede conducir a la radicalización, al conflicto y al empobrecimiento colectivo.
El FMLN es parte del gobierno. ¿Cree que ha cambiado?
Hoy conocí que el 62% del presupuesto del Estado está manejado directamente por el Frente, por personas que tienen una agenda política en especial, una ideología y una manera de ver las cosas. Que son personas que, muchas veces, quisieran la demolición de este sistema, basado en el mercado y la economía privada. Aunque sé que no tienen el gobierno, sí tienen un peso importantísimo en el funcionamiento del gobierno.
¿No cree que el pragmatismo pueda calarle al Frente?
Espero. Hay partidos de guerra fría que se han transformado, como el PLD dominicano (del presidente Leonel Fernández). Es un partido donde había muchos estalinistas y, cuando llegaron al poder, también con un presidente que no tiene esa dirección ideológica y han gobernado de una manera mucho más pragmática, se han transformado. Pero yo lo que me temo es que en el caso del FMLN hay un núcleo ideológico muy duro, muy convencido de su ideología. Es decir, que la cosa va mucho más allá del ejercicio del poder. Son personas que tienen una visión de cómo debe ser la sociedad, de cómo debe conducirse el Estado. Y esas convicciones, si son muy arraigadas, los llevará a tratar de arrastrar al país en esa dirección.
¿Y cómo ve a la derecha? ARENA gobierna 20 años, deja el Ejecutivo y su bancada es la que se rompe.
Eso lo que hará es alejarlos del poder durante mucho tiempo, si se mantiene la división. A mí me parece que lo que le daría estabilidad al país es que hubiera un centro derecha y un centro izquierda que coincidan en que no hay que demoler el sistema, sino que hay que mejorarlo. Y que se alternen en el poder. Pero yo creo que estamos lejos de eso. Estamos más cerca de Nicaragua, donde la división del Partido Liberal lo que hace es consagrar en el poder a Daniel Ortega.
¿Cree que pueda pasar eso? ¿No cree que la derecha pueda reconvertirse?
Espero que sí. Espero que lo haga y que se convierta en una derecha vegetariana, un centro derecha que se parezca a los partidos populares europeos, donde entran democristianos, liberales y conservadores con una cierta armonía, porque lo que se discute no es el modelo de Estado, sino elementos para tener una buena administración del país.
¿Y cómo ve al ex presidente Antonio Saca?
Muy simpático, cuando gobernaba. Tenía una buena percepción de Tony Saca cuando era presidente, muy amable, muy agradable. Me sorprendió mucho que cuando él sale del poder ARENA se divide y que algunos lo acusan a él de estar detrás de esa división. No conozco muy bien la política interna del país.
¿A dónde ve al presidente Funes cuando él deje el gobierno: pegado al Frente o liderando un movimiento cívico?
Ãl tiene que hacer una labor de equilibrio. El gran servicio que él le haría a los salvadoreños sería transformar al FMLN, que no es su partido exactamente, en un partido político moderno, que abandonara las supersticiones del marxismo leninismo.
¿Cómo analiza la apertura de relaciones diplomáticas con Cuba y la reciente visita oficial que hizo Funes a Raúl Castro?
Son concesiones a una realidad política muy compleja, donde él no quería que se le percibiera como un gobernante de derecha. Pero no es un gobernante autoritario ni pro comunista, pero que, ante la realidad de su país, me parece normal que haya abierto relaciones con Cuba y que tenga relaciones respetuosas con un Estado con el que tiene diferencias fundamentales. No le quedaba otro camino. Antes de pasar por Cuba pasó por Estados Unidos y por Brasil. Dejó suficientes huellas de que él no estaba peregrinando a Cuba como Hugo Chávez, sino que iba como líder de un país que tiene relaciones plurales.
El régimen castrista ya duró más de medio siglo. ¿Cuánto más le da?
No sé. Está muy relacionado con la propia vida de los hermanos Castro. Están tratando de entronizar una dinastía con el hijo de Raúl, Alejandro Castro Espín, pero eso será muy difícil. Cuba no es Corea del Norte.
¿Y no han tratado igual que los Kim? Por ahora, han pasado el poder de hermano a hermano.
Raúl siempre ha tenido su propio peso dentro de la revolución. Ãl siempre ha sido el segundo. Ahí hay una cierta legitimidad, pero lo cierto es que tienen caracteres tan diferentes y ejercen de manera diferente, que es muy difícil pensar que ese experimento pueda prolongarse. Fidel es un líder carismático. Este es un líder que quiere gobernar dentro de las instituciones comunistas, con el Partido Comunista, pero al mismo tiempo tiene todo el control de la seguridad y ejerce y toma todas las decisiones. Desmiente con sus actos lo que dicen sus palabras.
¿Qué dice cuando el Gobierno de Cuba lo acusa de terrorista?
Terroristaâ¦, agente de la CIAâ¦, asesino de niños⦠“¡qué sé yo! Todas esas son mentiras, infamias, tonterías. ¿Cuál es el propósito de esas calumnias? Intentar silenciarme. Llevan por lo menos 30 años de una campaña intensa. Han publicado tres libros contra mí y no han podido porque tienen poca credibilidad. No son más que idioteces y mentiras. No tiene ningún sentido. No soy agente de la CIA, odio la violencia, odio el terrorismo. “¡Jamás he tenido que ver con eso! Quisiera una solución pacífica y democrática para mi país. Creo que quizás este es el discurso político que más les irrita.