Mirándonos el ombligo
Por Alonso Correa
Estamos en el umbral de tiempos convulsos, de división social y de caos en el panorama político. Estamos marchando con seguridad y sin freno hacia la boca del lobo. Nuestra ceguera nos impide corregir el rumbo hacia una nueva pesadilla global. La laxitud y el conflicto interno de occidente les ha permitido a múltiples países orientales el crear imperios ocultos entre la bruma del “globalismo”. Ya son muchas las pistas que nos llevan a pensar que el futuro nos depara momentos amargos de no modificar el dirección de nuestras políticas sociales.
Somos testigos del fracaso del sueño de Eleanor Roosevelt. Aún no ha llegado el momento en el que la violencia y el conflicto no sean la respuesta principal de los problemas mundiales. La Organización de las Naciones Unidas, ONU, no ha sido ni será la encargada de frenar el efecto de bola de nieve que ha empezado ya en el Medio Oriente, como tampoco evitó la Guerra de Bosnia, Corea, Vietnam, la invasión de Granada y la de Afganistán, Panamá, Somalia, el Congo, la Guerra de Yom Kippur, Rhodesia, las dos guerras del Golfo, Kosovo, Siria , Libia, Argelia, entre muchas otras pugnas que hubo en la segunda mitad del siglo XX.
A esa larga lista de combates militares se le suman la reciente escaramuza entre Armenia y Azerbaiyán por la región de Nagorno Karabaj y las nuevas amenazas entre Marruecos y el Sahara Occidental. Porque sí, la idea de un organismo mundial y neutral que sea el encargado de ser el mediador en la disputa de dos países para que se puedan resolver los problemas sin agresiones es una concepción magnífica, pero aún en pleno siglo XXI, sigue siendo una utopía. Estamos muy lejos de lo que se soñó en 1948.
Podríamos llegar a la conclusión de que estas reyertas no son más que explosiones de años de fricción liberados, que son el resultado de malas políticas y de malos políticos que, de una u otra forma, han dejado la contienda como única solución. Pero esto es un análisis básico y pobre. No debemos olvidar que es ahora, después de casi diez meses de pandemia, que los países contenedores, las grandes potencias mundiales, están debilitadas. Es en esta coyuntura precisa cuando el choque entre dos culturas encuentra su momento idóneo y con el choque se vendría abajo también la débil estabilidad mundial.
¿Y qué es de aquellos que aseguraron defender la paz mundial? Están demasiado ocupados con sus ridículos problemas internos, están distraídos con ellos mismos y les están dejando barra libre a otros jefes de Estado para poder utilizar sus peones tratando de llevar a cabo sus sueños megalómanos. Todos los occidentales, por lo menos, están desprevenidos.
Francia, Alemania, Países Bajos y Bélgica están luchando contra los rastros de su pasado colonial y las consecuencias de una política migratoria casi nula. Reino Unido está tratando de salir a flote luego del capricho del “Brexit”. España está rumbo a convertirse en la nueva dictadura socialista de Europa. Italia y Grecia aún están tratando de salir de la crisis del 2008 y los Estados Unidos llevan casi un lustro con protestas sociales y una aversión enorme hacia todo lo que su país representa.
Los que quedan en la mesa saben que no pueden desaprovechar este momento. Por ello vemos la inundación de ideologías y religiones que vienen de sitios distintos a los usuales. Turquía e Irán llevan años tratando de hacerse con el control de toda la península arábiga, Rusia y China están todavía tratando de hacer orbitar a diversos países hacia su control, todos ellos están tratando de sacar el máximo provecho mientras el resto estamos mirándonos el ombligo.
todo me pareció un poco aceptable hasta que choqué con esto:
“Estados Unidos llevan casi un lustro con protestas sociales y una aversión enorme hacia todo lo que su país representa.”
que llevemos 10 meses encerrados, meditando… para producir semejante caca.
Mejor Alonso sigase mirando el ombligo y alejese del teclado. Resista esa tentación tan destructiva para su prestigio como ser pensante.
Manuel coincido contigo. El lustro solo lo produce alguien que debía estar alejado del teclado. Adicion ademas que “la invasión de Granada” es otro errorcito del Sr Correa. Granada y estaba casi tomada por los castristas. Es que acaso Granada esta ahora peor que antes? Granada esta ahora mucho mejor alejada del socialismo.
Parecería que los demócratas también se percataron del “peligro Chino” y que el único país capaz de preservar los logros de la cultura occidental (democracia, desarrollo y derechos humanos) haciéndole frente es EEUU. Los países europeos están y estarán por mucho tiempo ocupados en ver cómo seguir haciendo funcionar la enorme estructura de los Estados de Bienestar sin que les quede resto para ocuparse del problema de política exterior que amenaza a occidente: el avance de China y sus aliados (fundamentalmente los países del Sudeste Asiático. Rusia e Irán solamente suman con sus brazos armados porque en la verdadera contienda que es en la competencia por los mercados a través de corporaciones cada vez más y más competitivas éstos últimos son tigres de papel).
Es un flanco demasiado expuesto el salario y la carga impositiva que implica el Estado de Bienestar y atacarlos con salarios baratos y bajos impuestos es muy fácil si no logran políticas que puedan contener semejante presión externa. Presión externa adrede y con objetivos claros caso opuesto no hay forma de explicar las políticas de los países orientales orientadas exclusivamente a la economía exportadora a cambio de papeles de deuda olvidando sin tapujos el mercado interno.
Bienvenido a la Realpolitik don Alonso Correa.
EL AVANCE ES ESTE:
si no tenemos un presidente como Trump ¿cuándo ibamos a enterarnos de lo hondo que han caido medios, escuelas y la gente en general?
hoy sabemos que hay casi 80 millones de estúpidos. El único modo de empezar a resolver un problema es conocerlo, ese es el primer paso. Gracias a trump ya sabemos mucho mejor donde estamos parados. Ahora toca averiguar como salir de este hueco
sólo este aporte ya hace que estos 4 años de Trump
en la Casa Blanca hayan valido la pena
¿sin un tipo con lo que hay que tener en la Casa Blanca
cuánto hubieramos tardado en evaluar la situción?
sólo Dios sabe
¿sin un tipo en la Casa Blanca que tuviera lo que hay que tener para este progreso, cuánto hubieramos demorado en evaluar la situación, el hundimiento, el deterioso en todos los ámbitos, el progreso Chino y su huestes?
¿sin un tipo en la Casa Blanca que tuviera lo que hay que tener para este progreso, cuánto hubieramos demorado en evaluar la situación, el hundimiento, el deterioso en todos los ámbitos, el progreso Chino y sus huestes?
la señal inequívoca del imbecil
es su incapacidad para ver con
claridad, y elaborar una respuesta:
lo pueden ver en las tonterías que publican,
en la disociacion entre el lenguaje corporal y verbal
en el silencio que hacen cuando se le presentan las mil razones
por la que se les considera que son unos retardados
¿POR QUÉ el tonto obama le salta al cuello trump hace 9 años?
porque un circuito en su mente le dice que ahí hay un peligro
desespera, se pone histético y mete la pata:
le abre el camino a Trump, que como buena fiera huele el miedo
el pánico, busca sangre y la encuentra.
Los Demócratas movilizan todo de lo que son capaces. Ha quedado en evidencia durante los últimos 60 meses. Está todo mucho más claro, quien es quien en esta historia.
El resto es coser y cantar.
¿POR QUÉ el tonto obama le salta al cuello a trump hace 9 años?
porque un circuito en su mente le dice que ahí hay un peligro
desespera, se pone histético y mete la pata:
le abre el camino a Trump, que como buena fiera huele el miedo
el pánico, busca sangre y la encuentra.
Los Demócratas movilizan todo de lo que son capaces, y que Ha quedado en evidencia durante los últimos 60 meses. Está todo mucho más claro, quien es quien en esta historia.
El resto es coser y cantar.
¿POR QUÉ el tonto obama le salta al cuello a trump hace 9 años?
porque un circuito en su mente le dice que ahí hay un peligro
desespera, se pone histérico y mete la pata, falla:
le abre el camino a Trump, que como buena fiera huele el miedo
el pánico, busca sangre y la encuentra.
Los Demócratas movilizan todo de lo que son capaces, y que Ha quedado en evidencia durante los últimos 60 meses. Está todo mucho más claro, quien es quien en esta historia.
El resto es coser y cantar.
al estúpido le tienes que preguntar siempre qué fue lo que entendió:
pocas veces acierta, suelen ver lo negro blanco, lo amarillo azul, lo que está putrefacto glorioso, lo glorioso les espanta, salen despavoridos a esconderse de la luz
allí en sus huecos pestilentes se sienten a gustito,
y lanzan las uñas iracundos si alguien quiere mostrarles que el mundo no es lo que les inocularon, los “valores eternos de sus maestros galácticos”
Manuel, después de ver tus posts me parece que es el momento oportuno para repetir un link que puse hace unos días (aún no había visto las conferencias) y comentarlo un poco.
https://www.hillsdale.edu/event/cca-ii-big-tech/
He visto hasta ahora las cuatro primeras. Las 2 primeras se pueden obviar, no las encontré interesantes. Pero la tercera y la cuarta no son un tipo dando teque, sino una enumeración de datos, muchos de los cuales yo no conocía, y que me parecieron muy interesantes. Ayuda a entender por qué tanta gente votó por Kaballito (aún quitando los votos inventados siguen siendo demasiados).
Los totalitarismos del mundo no contaban con técnicas tan avanzadas. Ni siquiera Orwell llegó a imaginar tanto poder de control en su 1984.
“There is a risk that Biden and some of his closest aides are traditional internationalist, transatlantic Democrats who see the world as it was when they left and not as it is today.”
Biden is unlikely to belittle foreign allies or threaten war on Twitter, but he is also not the polar opposite of Trump.
Like the real estate mogul, Biden has long emphasized his negotiating skills and personal bonds with leaders rather than speaking in terms of grand geopolitical strategy.
< ..
Read more at:
https://economictimes.indiatimes.com/news/international/world-news/if-biden-wins-will-us-see-a-return-to-normal-in-abnormal-world/articleshow/78783455.cms?utm_source=contentofinterest&utm_medium=text&utm_campaign=cppst
“Hate speech” is not a legal category in the United States, and people have the freedom to express even the worst ideas. We are fortunate to enjoy both a broad freedom of speech and the ability to disassociate ourselves from awful but legal content. The fact that speech is legal does not mean it can be forced on an unwilling audience or venue.
In August, as Singapore was reopening its borders, it began requiring some people coming into the country to wear bluetooth and GPS tracking devices that would alert the government if they violated quarantine.
Yeargan, at least, understood enough about Singapore to admit fault and express regret. Around the same time, a woman named Paramjeet Kaur captured national attention after appearing on cellphone videos taken at a market on April 30. In the video, Kaur is maskless and loudly declaring herself “sovereign” (that is, a “sovereign citizen” who is not beholden to government statutes) in response to marketgoers insisting she wear a mask. “I have no contract with the police,” Kaur tells them in one video. “They have no say over me.” Several days after the market incident, Kaur was arrested, charged with violating COVID-19 rules and causing public disruption, and remanded to a mental hospital for two weeks before being released on $10,000 bail. No media outlet in Singapore has reported on her case since May.
Even minor quarantine violations are not taken lightly in Singapore. Tay Chun Hsien, 22, did not test positive for COVID-19 but was still ordered to self-quarantine from March 19 until noon on March 22. At 11:30 a.m. on the 22nd, he left his apartment to get breakfast. At 11:40 a.m., according to Singapore’s The New Paper, a security officer “made a video call to Tay’s mobile phone to check if he was home” and found that he was not. Perhaps because he ended his quarantine just 30 minutes early, Tay was spared jail and only fined $1,500.
HARSH PENALTIES FOR DRUG CRIMES
EVEN THE MOST severe pandemic-related penalties look light compared to the fate suffered by Nigerian man Chijioke Stephen Obioha, who was caught trafficking just under six pounds of cannabis into Singapore in 2007. Obioha, who had moved to Singapore to play soccer, spent nine years in prison and then was hanged in 2016 for violating the Misuse of Drugs Bill.
A Malaysian man named Nagaenthran K Dharmalingam was convicted in 2010 and sentenced to death after he was caught entering Singapore with 42.72 grams of heroin strapped to his thigh. A 2012 reform allows judges—who decide capital punishment cases without a jury—to give drug traffickers life sentences instead of the death penalty. Dharmalingam’s legal team tried and failed to get his execution commuted to a life sentence once an independent psychiatric examination revealed that he had an I.Q. of 69, which is the cusp of intellectual disability in the United States and most developed countries. Both the appeals court and the prosecution conceded that Dharmalingam’s I.Q. was as low as his attorneys claimed, but they said it was not so low that he didn’t understand it was illegal to bring heroin into Singapore. Dharmalingam is now awaiting a response to a request for a presidential pardon. (In Singapore, the president is elected to serve six-year terms and is the nominal head of state, while the cabinet, led by the prime minister, is vested by Singapore’s constitution with determining the “general direction and control of the Government.”)
In May, as residents were social distancing due to COVID-19, one Singapore judge used Zoom to sentence 37-year-old Punithan Genasan to die for his role in coordinating the importation of 28.5 grams of heroin—about six sugar packets’ worth.
In From Third World to First, Lee writes that his support for the death penalty dates back to 1951, when he defended a group of Singapore men accused of murder, shortly after finishing his law degree at Cambridge University. “I got all four men acquitted, but it left me with grave doubts about the practical value of the jury system for Singapore. Seven men, deciding by majority verdict, made for easy acquittals.”
When as prime minister he set out to abolish juries for capital cases, Lee did so on the grounds that Asian juries preferred “acquittal or conviction on a lesser charge” over ordering a person’s death; abolishing jury trials would result in “fewer miscarriages of justice arising from the vagaries of jury sentiments.” In an interview from the late 1990s with former BBC HARDtalk host Tim Sebastian, Lee said, “If you come in with a few kilos [of a prohibited drug], which will destroy hundreds, thousands of families, one death is too kind, because you are killing that family, every day, for years and years and years.” When then told that the per capita execution rate in Singapore is higher than in the United States, Lee replied, “Per capita of what? Per capita of drug traffickers? Or per capita of Singaporeans? I am executing foreign drug traffickers.”
Imitating Singapore would require American voters to trust government far more than they do and, frankly, far more than they should.
Culture, Ramiro, for better and worse, is as central to America’s current predicament as it is to Singapore’s, and American political culture is such that best practices are rarely nonpartisan. American Democrats are unequivocally opposed to abolishing the capital gains tax, lowering income tax rates across the board, and requiring that unionized public sector employees perform as well as nonunion private-sector employees, all of which are fundamental aspects of Singapore’s “country as corporation” model. It will be many years before Republicans return to supporting free trade and immigration, without both of which Singapore would have died—and still might—on the global economic vine. The American health care industry, to name but one example of a private sector obstacle, would empty its lobbying war chests to fight against anything resembling Singapore’s price transparency.
Cuando envejecemos, el cerebro y la médula espinal pierden peso y neuronas, pero en muchos casos es un deterioro ralentizable. Los estímulos intelectuales son básicos para ello.
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160000 km. Distancia que suman las fibras que conectan las áreas cerebrales
Aunque la mayoría de nuestras células nerviosas surgen poco después del nacimiento, podemos crear cierto tipo de neuronas incluso a los noventa años. Esto explicaría por qué los cerebros de algunos individuos envejecen tan bien. Hay algunas cosas que pueden aumentar la reserva cognitiva, aunque es cierto que los genes la marcan. Una buena educación y no dejar de aprender es una de ellas, y también tocar un instrumento musical, dormir lo suficiente y bien, llevar una rica vida social y hablar más de un idioma. Por el contrario, factores como la obesidad y la resistencia a la insulina la disminuyen.
EL EJERCICIO RALENTIZA LA DECADENCIA CEREBRAL: hacerlo regularmente mejora la memoria, la concentración, la rapidez mental y las funciones ejecutivas, como la planificación y la multitarea. Y no lo dejes para mañana. El neurocientífico Richard Henson, de la Universidad de Cambridge, ha comprobado que para este asunto lo que hacemos en la mediana edad es más importante que las actividades a las que nos dediquemos tras jubilarnos. Según él, “la mitad de la vida parece ser una buena época para que tomemos parte en actividades físicas, intelectuales y sociales que nos beneficiarán veinte o treinta años después”.
¿ Qué ocurre cuando pensamos?
Piensa sobre el hecho de pensar y no tardarás en hacerte un lío. Los pensamientos surgen con naturalidad, pero saber qué son resulta complejísimo. En su día se los consideró entidades inmateriales, pero son el resultado de señales eléctricas emitidas por las neuronas. Aunque eso es quedarse en la superficie. Pregunta a cien neurocientíficos qué es un pensamiento y obtendrás cien respuestas distintas, dice Avgusta Shestyuk, del Instituto de Neurociencias Helen Wills de la Universidad de California en Berkeley. “El término pensamiento es como un paraguas que cubre numerosos procesos cognitivos”, afirma. Ciertos pensamientos se presentan en forma de imágenes, otros de palabras, y muchos se manifiestan a un nivel inconsciente.
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El lóbulo frontal representa la tercera parte del cerebro y parece ser el soporte del pensamiento, una facultad exclusivamente humana.
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40 años. Edad a la que empieza a encoger el cerebro
LAS ÚLTIMAS INVESTIGACIONES NOS PERMITEN SINTONIZAR LAS SEÑALES ELÉCTRICAS QUE SUBYACEN AL PENSAMIENTO, que implica una gran actividad, con áreas cerebrales que se comunican con otras y puntos que funcionan como centros que regulan este tráfico. En 2018 Shestyuk y sus colegas registraron el trayecto físico de los pensamientos. Para ello midieron las señales eléctricas que surgen en el cerebro cuando se le pide a una persona que recuerde cierta palabra y la diga. Las primeras áreas que se activaban eran la corteza auditiva y la visual, que reciben señales de los oídos y los ojos. Luego se encendía el centro de mando, la corteza prefrontal. Cuanto más exigente era la tarea, más se activaba la corteza prefrontal y más tardaba el sujeto del experimento en responder, reflejo del tiempo requerido para que esta área se comunicara con otras como las redes neuronales en las que se fijan los recuerdos. Al final del proceso, la corteza prefrontal aceleraba para generar la respuesta oral, que surgía incluso antes de que el individuo fuera consciente de ella. Según Shestyuk, esto explica por qué a veces empezamos a hablar antes de saber lo que queremos decir.
La corteza prefrontal ayuda a orquestar el proceso del pensamiento, pero buena parte de la coordinación de las señales involucradas en la operación es cosa de las ondas cerebrales, pequeñas olas de actividad neuronal que oscilan a diferentes frecuencias a través del órgano. Las investigaciones de Ethan Solomon, de la Universidad de Pensilvania, revelan que durante los test de memoria las ondas de baja frecuencia (theta) de diversas regiones cerebrales se coordinan, y que esta sincronización es probablemente lo que permite la transmisión de información entre zonas del órgano. Nuestra recién adquirida capacidad de espiar pensamientos significa que los aparatos lectores de mentes están al caer. En 2019 se hizo en la Universidad de California en San Francisco un experimento en el que electrodos conectados al cerebro transformaban ondas cerebrales en palabras que pronunciaba un ordenador. Técnicas como esta podrían ayudar a comunicarse a quienes padecen el síndrome de enclaustramiento, una enfermedad neurológica en la que el paciente permanece consciente pero incapaz de moverse y hablar.
¿ Es cierta la teoría de los hemisferios cerebrales?
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Imagen de la distribución de las conexiones neuronales de la materia gris. La hicieron científicos del proyecto Conectoma Humano, con una técnica 3D llamada imágenes de espectro de difusión (DSI).
Si manda en ti el hemisferio izquierdo eres una persona muy racional; si lo hace el derecho, la creatividad es tu fortaleza. Es una idea tan atractiva como falsa, surgida en los 60, cuando descubrimos que ciertas funciones se desempeñan solo en un lado del órgano. Cierto, la mayoría procesamos el lenguaje con el hemisferio izquierdo y manejamos las emociones con el derecho. De tal constatación surgió la teoría de que el lado siniestro monopolizaba la lógica, y el diestro los impulsos, incluidos los artísticos. El hemisferio dominante dictaba la personalidad.
LA VERDAD ES MÁS COMPLEJA. Un ejemplo: aunque el lado izquierdo produce el lenguaje oral, es el derecho el que capta el contenido emocional de las palabras y sus matices. No existen pruebas de que haya un hemisferio dominante. Jeffrey Anderson, neurocientífico de la Universidad de Utah, ha escaneado los cerebros de más de mil personas mientras hacían distintas tareas, y las imágenes obtenidas no mostraban el predominio de un lado o de otro. Hay más hipótesis geográficas. La teoría de los modos cognitivos, desarrollada por el psicólogo Stephen Kosslyn en la Universidad de Harvard, sostiene que el estilo cognitivo de una persona depende del predominio en ella de la parte superior del cerebro o la inferior (ver el gráfico de la doble página anterior): la primera diseña y ejecuta planes. La segunda procesa información sensorial y clasifica objetos y sucesos para darles significado. Todos usamos todo el cerebro todo el tiempo, dice Kosslyn, pero el mayor peso de la azotea o el sótano es clave. Un individuo en el que mande la zona superior será más creativo y ambicioso, pero a veces poco eficaz, porque le costará actualizar los planes según las circunstancias. Aquellos en los que la zona inferior lleve las riendas sopesarán los detalles, pero les costará diseñar estrategias complejas e imaginativas.
Anderson cree que la personalidad surge de cómo se conecten distintos sistemas cerebrales. Así, las personas abiertas a nuevas experiencias tienden a emocionarse más con algo bello que las cerradas. Las técnicas de imagen han mostrado que las primeras poseen más conexiones entre las áreas que procesan la información sensorial y las responsables de la voz interior. El experto cree que podríamos transferir este conocimiento a máquinas con aprendizaje profundo (capaces de aprender cosas muy complejas) que pudieran emitir un diagnóstico sobre la personalidad de alguien a partir de imágenes de su actividad cerebral.
¿ Se apaga alguna vez?
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Cuando dormimos el cerebro consolida los recuerdos más importantes y ejecuta tareas de mantenimiento.
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Parece que lo hiciera cuando descansas, pero no. Como dice Deniz Vatansever, neurocientífico cognitivo en la Universidad de Fudan (Shanghái), “hay mucho procesamiento en marcha incluso cuando no hacemos nada”. Y no podría ser de otra manera. Estar siempre en guardia constituía un asunto vital para nuestros ancestros. Ahora pocos tenemos que preocuparnos de si un depredador se oculta entre la maleza, pero también debemos permanecer atentos a los peligros y las oportunidades, lo que requiere un cerebro permanentemente enchufado.
En la década de 1990 los neurocientíficos descubrieron que las personas en reposo y con los ojos cerrados mantenían una intensa actividad cerebral. No tardaron en identificar las regiones que más trabajaban durante el descanso, y las agruparon bajo el nombre de red neuronal por defecto (RND), poco diligente cuando ejecutamos tareas que requieren atención, pero que se dispara cuando desconectamos y permite que nuestra mente divague. Al parecer, la RND interviene en los recuerdos y la especulación sobre el futuro. En este caso sería vital, porque las ensoñaciones diurnas son una de las cosas que nos diferencian de los animales. Pero esta red neuronal va más allá de eso. En 2017, Vatansever y su equipo demostraron que subyace a nuestra capacidad de hacer cosas sin mucha atención, como atarnos los cordones de los zapatos o conducir por un camino mil veces transitado. Importa –y mucho– cuando estamos en modo piloto automático.
Al dormir el cerebro no para: elimina moléculas tóxicas, regula la secreción de hormonas y se sumerge en los sueños, de los que se piensa que crean un ambiente ficticio que nos permite ensayar nuevos comportamientos útiles en la vigilia. Las neuronas durmientes acopian experiencias para que las recordemos inconscientemente ya despiertos. Cuando alguien se halla en un estado vegetativo y no responde a los estímulos, su encéfalo sigue trabajando a cierto nivel. Un ejemplo: cuando a personas en esa situación se les pide que se imaginen jugando al tenis, se incrementa el riego cerebral en las zonas cerebrales vinculadas a las habilidades motoras, aunque obviamente no respondan (ni siquiera tenemos la certeza de que escuchen). Se conoce el caso de un paciente en estado vegetativo en el que se activaron las áreas relacionadas con responder sí o no cuando se le plantearon preguntas que exigían una u otra contestación.
TUS NEURONAS SOLO ECHAN EL TELÓN cuando mueres. Pero incluso entonces muestran un pequeño y postrero pico de actividad, como ha demostrado una prueba reciente dirigida por Jed Hartings, del Departamento de Neurocirugía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati. Cuando el corazón cesa de enviar sangre al cerebro y este se queda sin oxígeno, a las células nerviosas les queda energía para funcionar durante tres minutos antes de apagarse con un último chispazo. Solo entonces podemos decir que la función ha terminado.
¿ Qué es la consciencia?
Imagina tu mente consciente como si fuera un horno de leña. Cuando duermes, las llamas bajan pero persisten. Cuando sueñas, crecen y brillan erráticamente. Si estás en coma, apenas quedan ascuas. En otras palabras, hay distintos estados de consciencia. Una de las explicaciones de este fenómeno se basa en la existencia de una red neuronal a la que se llama espacio global de trabajo. La plena consciencia emergería cuando varias áreas cerebrales envían información a esta red, que la procesa. Cuando esa transmisión no se hace, las sensaciones permanecen en el nivel inconsciente; cuando se ejecuta pero es incompleta, alcanzamos niveles menores de consciencia, similares a los del sueño.
CON EL ESTUDIO DE ESTOS NIVELES QUIZÁ DESCUBRAMOS cómo puede un kilo escaso de células nerviosas ordenar nuestro continuo remolino de pensamientos y emociones y crear lo que denominamos consciencia. Averiguarlo nos acercaría a comprender el proceso por el que el cerebro convierte los mecanismos neurales en interpretaciones subjetivas únicas en cada sujeto: no hay dos personas que perciban igual el rojo de un tomate (su rojez) o el sabor de un vino.
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En esta imagen tomada con microscopio electrónico se puede ver cómo las neuronas –esferas verdes– se comunican entre sí mediante filamentos llamados axones. Las estructuras naranjas son células gliales, que dan soporte y protección a las neuronas.
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86000 millones. Es nuestro número aproximado de neuronas
Daniel Dennett, filósofo de la ciencia, dirige el Centro de Estudios Cognitivos de la Universidad Tufts (Massachusetts). Piensa que la consciencia es una ilusión. Según dice, todos creemos que tenemos acceso a ciertas propiedades de nuestros estados mentales, con las que estamos íntimamente familiarizados y que percibimos como experiencias. Pero lo que ocurre en realidad es que el cerebro nos presenta solo lo que nos interesa, y de forma que podamos entenderlo. Esta es la razón de que veamos los colores, por ejemplo, que no son más que una creación de nuestras neuronas, que codifican el mundo para simplificarlo y que podamos manejar-lo. Dennett sostiene que si los colores son una ilusión, lo mismo puede decirse de la consciencia, que define como “un engaño creado por la evolución para que al cerebro le resulte más fácil dirigir un organismo que vive entre peligros”. La consciencia no sería más que una foto compuesta por el cerebro como el resultado de todas las impresiones que recibe y su procesamiento.
¿ Le influyen las tripas?
Aveces decimos que hemos tomado una decisión con las tripas, y podría haber algo de cierto en eso. Resulta fácil olvidar que el intestino detecta nutrientes, toxinas y microorganismos patógenos en el organismo y envía esta información al cerebro. De hecho, ese órgano tan poco popular contiene 500 millones de neuronas que dirigen la digestión. También alberga unos 2 kilos de bacterias: nuestra microbiota, que influye en todos los órganos. Estudios con ratones indican que alterar la flora intestinal puede cambiar el comportamiento, a veces para mal: los roedores de los experimentos podían hacerse antisociales.
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Cada vez hay más pruebas de que la microbiota del tracto digestivo ejerce una influencia directa en el sistema nervioso central.
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120 m/s. Velocidad máxima de los impulsos nerviosos neuronales
LA MICROBIOTA PODRÍA SER CLAVE EN LA INFANCIA, cuando el cerebro se desarrolla. Los ratones que carecen en sus primeras semanas de vida de las bacterias del género Bifidobacterium son más lentos al asimilar informaciones nuevas, por ejemplo. Y las pruebas sugieren cosas parecidas en el caso de los humanos. Un estudio ha demostrado que beber leche fermentada que contiene varias cepas de bacterias influye en la actividad cerebral de las personas durante el sueño, y en sus respuestas al ver rostros que expresan emociones. En 2019, una investigación llevada a cabo en Bélgica con 1054 individuos reveló que ciertos tipos de bacterias de la microbiota escasean en quienes padecen depresión. También poseemos indicios de que el autismo y el alzhéimer podrían originarse en el aparato digestivo. En el caso del párkinson, parece que la proteína alfa-sinucleína (cuya acumulación es uno de los marcadores que alertan de la existencia de esa dolencia) surge antes en el intestino que en el cerebro, por razones aún desconocidas, aunque se piensa que se debería a la acción de alguna toxina o microbio. En la epilepsia, los cambios en la microbiota podrían explicar por qué las dietas cetogénicas (altas en grasas y proteínas y bajas en carbohidratos) previenen las convulsiones en algunas personas. La exploración de los vínculos entre el intestino y el cerebro está empezando, pero ha impulsado la idea de desarrollar psicobióticos: fármacos que se dirijan a la microbiota para mejorar nuestra salud mental. Es una vía prometedora, pero nos falta mucho para saber qué bacterias ayudan contra qué trastornos mentales.
Las decenas de billones de bacterias de nuestro intestino producen compuestos químicos que absorbemos: toca averiguar cuáles llegan a la cabeza y la cambian. Algunas bacterias incluso se alimentan de ácido gamma-aminobutírico (GABA), un neurotransmisor que cuando cae a niveles demasiado bajos se relaciona con la depresión. Puede parecer raro que el aparato digestivo y el órgano principal del sistema nervioso tengan semejante vínculo, pero no tanto si pensamos que la microbio-ta ha estado siempre con nosotros. Como dice John Cryan, neurocientífico de la Universidad Colegio Cork (Irlanda), “veo estos microbios como amigos beneficiosos, porque tienen un efecto positivo en nuestro cerebro social en los primeros años de vida. Es una relación muy importante, surgida con la evolución”.
CONOCE TU SESERA
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Funciona integrando sus diversas partes, que son como unidades especializadas de procesamiento.
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solo 45 personas han accedido a la presidencia de los EEUU
no importa si por 1 o 144 meses
ni importan las circunstancias
ni si se creen la historia de la excepcionalidad de este pais:
lo que importa es que por las dimenciones de este pais, como las de China y otros, son excepcionalmente gigantes y los gigantes dejan huellas les guste o no, y hay que adivinarles la frente para lograr que abran caminos aceptables para todos y, por ende, para si