Es uno de los periodistas más leídos del mundo hispánico. La revista Poder calculó en seis millones los lectores que semanalmente se asoman a sus columnas y artículos
La Izquierda que llevó al poder a Hugo Chávez, Evo Morales, Pedro Castillo y Gabriel Boric está en marcha también en Colombia, y parece que triunfará nuevamente. Llevan años en campaña, los fondos que les apoyan parecen ser ilimitados, sus lemas y campañas son efectivas, no les tiembla el pulso al mentir, crear o valerse de ficciones para establecer en la mente de los electores enemigos malvados culpables de las “desigualdades”: Fujimori en Perú, Pinochet en Chile, Uribe en Colombia, aunque el “perverso” neoliberalismo” también les sirve, y una vez en el poder les importa un comino la economía o el bienestar general. Como Lenin, Mao, Fidel Castro, Daniel Ortega o Hugo Chávez, llegan al poder para quedarse para siempre.
Los responsables de crear este espacio a este horror es la indulgencia de los respectivos gobiernos, universidades, Iglesia y medios de prensa ante la aceptación de la agenda progresista neomarxista del Foro de Sao Pablo/Grupo de Puebla, diseñada en las cloacas del Ministerio del Interior de Cuba como “verdad revelada”. Y desde hace un par de años también la del movimiento “woke” importada de Estados Unidos: la propuesta de Gustavo Petro medioambiental es la de Alexandria Ocasio Cortez, su vicepresidenta es una copia de la de Biden en Estados Unidos.
Mientras tanto Rodolfo Hernández se da un baño progresista en el que Nancy Pelosi estaría a sus anchas: apoya el aborto, las leyes de género, propone legalizar drogas, ensaya guiños, coqueteos y morisquetas a la izquierda, despreciando, en el proceso, el voto conservador. ¡Vamos, don Rodolfo, los votantes de Petro NUNCA votarán por usted! Resultado: la gente se quedará en su casa al no existir diferencia entre Petro y Hernández. En esa tesitura Petro gana.
Espero una campaña multimillonaria de Petro, sucia en peleas de cantina, fraude por allí, con Petro a la desesperada para ganar los 2 millones más de votos que necesita, lo creo capaz de hacerse el “moderado”, no me extrañaría que acuda a una misa dominical.
La Izquierda que llevó al poder a Hugo Chávez, Evo Morales, Pedro Castillo y Gabriel Boric está en marcha también en Colombia, y parece que triunfará nuevamente. Llevan años en campaña, los fondos que les apoyan parecen ser ilimitados, sus lemas y campañas son efectivas, no les tiembla el pulso al mentir, crear o valerse de ficciones para establecer en la mente de los electores enemigos malvados culpables de las “desigualdades”: Fujimori en Perú, Pinochet en Chile, Uribe en Colombia, aunque el “perverso” neoliberalismo” también les sirve, y una vez en el poder les importa un comino la economía o el bienestar general. Como Lenin, Mao, Fidel Castro, Daniel Ortega o Hugo Chávez, llegan al poder para quedarse para siempre.
Los responsables de crear este espacio a este horror es la indulgencia de los respectivos gobiernos, universidades, Iglesia y medios de prensa ante la aceptación de la agenda progresista neomarxista del Foro de Sao Pablo/Grupo de Puebla, diseñada en las cloacas del Ministerio del Interior de Cuba como “verdad revelada”. Y desde hace un par de años también la del movimiento “woke” importada de Estados Unidos: la propuesta de Gustavo Petro medioambiental es la de Alexandria Ocasio Cortez, su vicepresidenta es una copia de la de Biden en Estados Unidos.
Mientras tanto Rodolfo Hernández se da un baño progresista en el que Nancy Pelosi estaría a sus anchas: apoya el aborto, las leyes de género, propone legalizar drogas, ensaya guiños, coqueteos y morisquetas a la izquierda, despreciando, en el proceso, el voto conservador. ¡Vamos, don Rodolfo, los votantes de Petro NUNCA votarán por usted! Resultado: la gente se quedará en su casa al no existir diferencia entre Petro y Hernández. En esa tesitura Petro gana.
Espero una campaña multimillonaria de Petro, sucia en peleas de cantina, fraude por allí, con Petro a la desesperada para ganar los 2 millones más de votos que necesita, lo creo capaz de hacerse el “moderado”, no me extrañaría que acuda a una misa dominical.