13 October 2010 ~ 0 Comentarios

Reacción de Kintto Lucas es paranoica

Entrevista

Carlos Alberto Montaner
Quien es: periodista, escritor y analista político cubano, crítico del régimen de Fidel Castro

Según el vicecanciller Kintto Lucas, una reunión mantenida el 23 de septiembre en los EEUU, en el Instituto Interamericano para la Democracia (IID), por el expresidente Lucio Gutiérrez, es otra prueba del fallido intento para derrocar al presidente Rafael Correa. Usted estuvo en esa cita. ¿Qué responde?
Jamás en mi vida he visto que una conferencia abierta al público, convocada por una institución académica y auspiciada por una universidad muy reconocida, filmada y colocada en Internet, junto a las fotos de los participantes, forma parte de una oscura conspiración. Esa es una reacción muy poco seria, paranoica, de quienes disfrutan el papel de víctimas y tienen la mala costumbre de alentar permanentementela conmoción social. El ex presidente Lucio Gutiérrez, como otros cuarenta disertantes antes que él, fue y dio su conferencia para hablar libremente y sin censura de los problemas de su país. El que desee ver y escuchar lo que dijo todo lo que tiene que hacer es buscar su intervención en la web del Instituto. Si el señor Lucas o el presidente Correa desean ocupar esa tribuna están invitados a hacerlo.

¿Es solo una coincidencia o hay razón para pensar que grupos de extrema derecha estadounidenses buscan eyectar del poder a Rafael Correa, como él y sus ministros lo sostienen?
La derecha norteamericana, lamentablemente, se dedica a tratar de cerrarles las puertas a los inmigrantes, a denunciar que Obama es socialista o a realizar sus pintorescas manifestaciones convocadas por los tea parties. No creo que susdirigentes tengan la menor idea de quién es Rafael Correa o qué está haciendo en su país, así que no veo por qué querrían derrocarlo. Esa derecha está más cerca de aislacionismo que del intervencionismo. A Washington, además, desde el fin de la Guerra fría le importa poco el tipo de gobierno que los latinoamericanos elijan o sufran. Preferirían que fueran democracias estables y sosegadas, como la chilena,pero pueden vivir perfectamente con la gritería desordenada y caótica del socialismodel siglo XXI. Como suelen decir, es una molestia, no un peligro.

Sorprendió ver entre los asistentes a dicha reunión a opositores de Rafael Correa como Mario Pazmiño, ex director de Inteligencia del Ejército; al banquero ecuatoriano Mario Ribadeneira; al analista Pablo Lucio Paredes, y más aún, aRoberto Isaías, ex dueño del quebrado Filanbanco, prófugo de la Justicia, quien mantiene un largo litigio con el Estado por el costo que esa quiebra le costó al país.
A mí me hubiera sorprendido que no acudieran. Se trata de ecuatorianos que viven en Miami o están de paso por la ciudad, muy interesados en los asuntos de su país. Es natural que si un ex presidente da una conferencia, ellos vayan, como suelen ir los cónsules y personalidades académicas relevantes de diversos sitios. Cuando el argentino Duhalde dio una interesantísima conferencia sobre su país, fueron muchos compatriotas suyos, algunos de ellos muy enemistados con los Kirchner. Cuando CarlosVera y Fabricio Correa, en momentos diferentes, hablaron en el Instituto, también fueron muchos ecuatorianos notables preocupados por el destino de su país. Porcierto, Fabricio Correa fue mucho más duro contra su hermano de lo que fue Gutiérrez.

Según Kintto Lucas, aunque no ha dado nombres, en esa reunión también participaronrepresentantes de la derecha venezolana, opositores de Hugo Chávez, presidente deese país. ¿Quiénes más asistieron a la cita?
Por supuesto que participaron o acudieron personalidades venezolanas exiliadas en Miami o de paso por la ciudad. ¿Por qué no? Hay muchas razones válidas para adversar al gobierno de Hugo Chávez. Es un régimen autoritario, tremendamente corrupto, amigo de los narcoterroristas de las FARC y de la teocracia iraní. Chávez y Correa son amigos y aliados, de manera que la oposición venezolana, que es más de la mitad del censo electoral de ese país, como se demostró en las últimas elecciones, ve a Correa como un cómplice del militar golpista que ellos rechazan. Si el presidente Correa ha decidido establecer su alianza con Chávez debe esperar que los demócratas venezolanos lo detesten y se sientan más cerca de la oposición ecuatoriana que del poder.

Le recuerdo que tanto Chávez como Evo Morales, presidente de Bolivia, dijeron la semana pasada que tras la rebelión de policías y militares están los Estados Unidos.
No creo que los norteamericanos estuvieran respaldando esa grosera estupidez llevada a cabo por la policía. ¿Por qué harían una cosa así? Evo Morales y Hugo Chávez son dos tipos delirantes que dicen cualquier cosa. Morales también ha declarado que el imperio romano agredió a Bolivia. Hugo Chávez ha afirmado que el terremoto que destruyó a Haití fue producto de un arma secreta experimentada por el Pentágono. Los discursos de estos personajes parecen escritos por el guionista de los hermanos Marx. No se pueden tomar en serio.

Lo mismo sostiene el canciller Ricardo Patiño, aunque ha descartado alguna participación del Gobierno de Barack Obama. En entrevista con HOY, al preguntarle sobre el tema, dijo que los golpistas de los EEUU son grupos de extrema derecha, profesionales a quienes es difícil encontrarlos, a menos que alguien les sople la información.
Si el señor Patiño, quiere ser tomado en serio internacionalmente, debe aportar pruebas y sustentar sus denuncias con algo más que conjeturas absurdas. Jugando al antiamericanismo festinado y alimentando esa atmósfera de catástrofe inminente lo que hace es colocar la imagen de su país en el suelo, con las consecuencias económicas y sociales que eso tiene. ¿Quién quiere ir a invertir a una naciónconvertida por sus gobernantes en un sainete permanente?

El canciller dijo que la verdad se sabría en 20 o 30 años, cuando se desclasifiquenlos archivos en los Estados Unidos, como ha ocurrido con otros golpes de Estado enel Continente. ¿Qué opina?
Durante una buena parte del siglo XX, Estados Unidos intervino en los asuntos internos de América Latina, desembarcó tropas en catorce oportunidades, apuntaló dictadores, auspició golpes de estado, como el de Guatemala en 1954, país al queunos años antes le infligió la imperdonable canallada de inocularle sífilis a cientos de personas para probar la penicilina. Todo eso es cierto, pero si el Canciller cree que todavía esa época no ha pasado, si no entiende el cambio operado en Washington tras el fin de la guerra fría, entiende poco de geopolítica, pero está en su derecho de esperar pacientemente a la apertura de los archivos diplomáticos norteamericanos. Mi opinión es que se va a sentir defraudado.

Usted llamó a Kintto Lucas simpatizante de la guerrilla tupamara. ¿a qué se refiere?
Yo no tenía la menor idea de quién era el señor Kintto Lucas hasta que tuvo la aviesa e injusta idea de vincularme a un supuesto golpe de estado por haber presentado a Lucio Gutiérrez el día de su conferencia. Busqué en Internet, extrañado, y encontré en su blog una carta dedicada a su hermano Enrique Lucas, miembro de la organización terrorista de los tupamaros uruguayos. Enrique había muerto en un tiroteo con la policía boliviana. Dice, y cito: “.te fuiste a Bolivia tras una ilusión: la posibilidad de tumbar la dictadura de Banzer mediante la alianza del ELN con el ex presidente Juan José Torres (el general proletario lo había denominado Rodolfo Walsh) y su gente. Y a iniciar la construcción nuevamente porque, como era obvio, mucho de lo que se decía tener trabajado la gente del ELN, era verso. Pero bueno, no estabas para cuestionar versos sino para hacer, para seguir construyendo ese mundo mejor que habías visto construir en Cuba, habías leído en los libros y lo viste en aquella solidaridad de Punta Carretas”.Toda la carta, que es larga, y que deberían leer los ecuatorianos para entender quién dirige la diplomacia nacional, es una loa a una organización terrorista que comenzó a matar, secuestrar y asaltar bancos cuando Uruguay era una democracia ejemplar, la más honrada y justa de América Latina, con lo que acabaron provocando el zarpazo de unos gorilas inclementes que liquidaron las libertades durante varios años y exterminaron a unas doscientas personas cruelmente. Afortunadamente, algunos tupamaros han rectificado, como sucede con el hoy presidente Mujica, ex miembro de la banda, hoy alejado del fanatismo violento y castrista de su juventud.

¿Cómo vio la crisis desatada el 30 de septiembre en el Ecuador?
La vi con horror. Me pareció increíble que el presidente, con una imprudencia rayana en la más peligrosa temeridad, retara a aquellos policías enardecidos a que lo mataran. Si uno de esos energúmenos le hace caso hubiera sido como la muerte de Gaitán en Bogotá en 1948: miles de muertos y el inicio de una cruenta y larga guerra civil. ¿No se da cuenta el presidente Correa que Ecuador está dividido en dos mitades que han olvidado cualquier síntoma de cordialidad cívica? Se supone que un jefe de Estado tienda puentes, sane heridas, busque consensos. No se puede gobernar con insultos constantes a la prensa, a los maestros, a los empresarios, a los adversarios políticos. El señor Correa debe serenarse y buscar expertos en manejar crisis que lo ayuden a gobernar en medio de la crispación terrible que él mismo ha estimulado y a la que debe bajarle la temperatura.

¿Cuál es la percepción internacional sobre el Ecuador ahora? Pésima. Es casi la idea platónica de la república bananera. Los expertos distinguen entre el pueblo, al que le encuentran mil virtudes, y el gobierno, que es unamuestra casi perfecta sobre cómo no se debe gobernar. Transparencia Internacional designa al país como uno de los más corruptos de América Latina. Sólo Venezuela es peor de acuerdo con este índice. El espectáculo del cierre forzado del anterior Congreso, de la Constituyente, las declaraciones de Fabricio Correa, las denuncias de la SIP, la extorsión a la petrolera norteamericana denunciada en el Wall Street Journal, el incidente con la policía. Es un sobresalto tras otro. No sé si el presidente Correa y sus partidarios se dan cuenta de que los veinte países más prósperos y felices del mundo se comportan de modos totalmente opuestos a Ecuador en el terreno político y social, pero debían explorar ese universo y luego actuar enconsecuencia.

¿Cree que Rafael Correa avanza por el mismo camino que Chávez, Morales, Fidel Castroo hay marcadas diferencias con esos regímenes?
Algunos amigos ecuatorianos me dicen que sí, que es el mismo modelo comunista adaptado a las circunstancias actuales, pero a mí me parece que es otro género de desorden, igualmente improductivo y con tendencias autoritarias aunque, por ahora, menos cruel. A mí me recuerda al primer peronismo, a Velasco Alvarado, a rasgos presentes en la Nicaragua de los Somoza. Correa no es, por supuesto, un demócrata. Alguien que afirma que Castro no es un dictador no tiene la menor idea de lo que significa la palabra libertad. En todo caso, no entiendo por qué si el señor Correa está buscando un modelo armónico de desarrollo, no mira a Chile. Es triste que los empresarios ecuatorianos, ante la falta de seguridad, se estén escabullendo hacia Perú, Colombia y Panamá, pese a la necesidad que existe en el país de capital y trabajo.

Se lo pregunto porque acaba de recibir la visita y respaldo del presidente de Chile, Sebastián Piñera; de Adolfo Pérez Esquivel, Nobel de la Paz; además del respaldo de la OEA, de la Unasur, de los EEUU.
Es normal que lo hagan. Nadie puede estar de acuerdo en que saquen a Correa por la fuerza. Para eso están las elecciones. Hay que perfeccionar los procesosdemocráticos, no corromperlos. Deben ser comicios libres y sin trampas.

¿Cree que hay el riesgo de nuevos golpes de Estado en la Región?
Sí, siempre hay riesgos. Los gobernantes pueden potenciar esos riesgos o desactivarlos. El presidente Correa tiene que aprender a desactivarlos. Su carácterlo lleva en la otra dirección.

Cuando Manuel Zelaya fue derrocado en Honduras, Rafael Correa dijo: ‘el siguientesoy yo’. ¿El tiempo le ha dado la razón, cree que el 30-S Correa estuvo a punto deser defenestrado o asesinado, como él y sus ministros lo afirman?
El proceso de expulsión del poder de Manuel Zelaya, por cierto, se parece muchísimoal de Lucio Gutiérrez. El poder legislativo lo sacó del poder con la colaboración de la Corte Suprema. Según Lucio Gutiérrez contó desde Brasil, Rafael Correa instigó y estuvo de acuerdo con ese golpe institucional en su contra. Ignoro si eso es cierto. En todo caso, no parece que la policía hubiera querido tomar el poder el 30 de septiembre. Los veinte golpes que he visto a lo largo de mi vida como periodista son totalmente diferentes a la caótica algarabía armada por la policía ecuatoriana. Eso fue otra cosa que comenzó mal y pudo terminar peor.

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