26 November 2016 ~ 19 Comentarios

Vida y muerte de un narcisista

Por Carlos Alberto Montaner

fidel-castro-(ABC.ESMuerto Fidel Castro, tibio todavía su cadáver, surgen varias preguntas urgentes. ¿Cómo fue posible el castrismo? ¿Por qué Cuba se convirtió en la única dictadura comunista de América Latina? ¿Cuál era la esencia de un régimen que ha durado más de cinco décadas, convirtiéndose en la dictadura más larga de la historia de América Latina? ¿Habrá un castrismo sin Castro?

Como resulta inevitable, para entender este excéntrico fenómeno es preciso remitirse a la historia de la república cubana. Fidel Castro ni cayó del cielo ni ascendió desde el infierno. Fue el producto de ciertas ideas y actitudes que existían en la Cuba de sus años formativos. Lo parió el país, porque la tierra había sido previamente cultivada para dar esos o parecidos frutos.

Nacido en 1926, a principios del gobierno del general Gerardo Machado, quien enseguida comenzó a mostrar su dureza y falta de respeto por los derechos humanos, el niño Castro creció entre los rumores de violencia que seguramente llegaban a su remota finca de Birán, en el oriente de Cuba. En 1933, finalmente, y tras cruentos enfrentamientos entre diversos grupos insurrectos, el dictador huyó del país.

¿Qué herencia política más visible dejaba este episodio? No era, ciertamente, el amor por la democracia y las libertades, sino el culto por la redentora violencia revolucionaria. La idea predominante en el país era que la justicia, la honradez y la prosperidad vendrían de la mano de unos revolucionarios armados con pistolas e iluminados por la voluntad de guiar al pueblo hacia un destino fulgurante.

A la espera del Mesías

Nadie, o muy poca gente, pensaba entonces en la importancia de las instituciones o en el Estado de Derecho para enderezar el país. Se esperaba la llegada de un Mesías revolucionario. Se buscaba un líder salvador. Para algunos era Grau, para otros, Chibás o hasta Batista. Esa –el mesianismo– era una actitud muy generalizada en la sociedad cubana. Mala cosa para construir una democracia respetable. Pero junto a ella había otras creencias que comenzaron a abrirse paso rápidamente: el buen revolucionario no solía tener el menor respeto por la propiedad privada.

En los años treinta, en Cuba y en todas partes, se extendió la creencia de que la pobreza de una parte sustancial de la sociedad se debía a los bienes que otros poseían. Lo que uno tenía siempre se lo había quitado a otro. El capitalismo era sustancialmente depredador. Eso no quiere decir que la sociedad suscribía la cosmovisión marxista, mucho más compleja y elaborada, sino que se había popularizado un juicio sumario contra la economía de mercado y el «estado burgués». Ser revolucionario, pues, consistía en distribuir la riqueza existente entre los desposeídos.

A la incriminación general del capitalismo, en Cuba se añadía un componente internacional: quien con mayor avidez y codicia representaba esas fuerzas explotadoras era Estados Unidos, primer inversor extranjero en la isla. Desde los años veinte se oye en Cuba, de manera creciente, el clamor contra el imperialismo yanqui en el terreno económico. Para algunos cubanos –tal vez para muchos– la tutela norteamericana era una forma humillante de injerencia. Otros, en cambio, la veían como una especie de seguro contra los impulsos autodestructivos de la clase dirigente.

Gánsters

El tercer ingrediente que nutre la cultura política que le da vida a Castro es el gansterismo político. Las organizaciones políticas surgidas al calor de la lucha contra Machado desovaron diversos grupos armados que se hacían la guerra en las calles, fundamentalmente, de La Habana. No fueron grandes matanzas –el total de muertos a lo largo de dos décadas no alcanzó el centenar–, pero imprimieron en la juventud, y muy especialmente en la que se asomaba a la política, una perniciosa admiración por los «muchachos del gatillo alegre», como los calificara un periodista de la época que tradujo del inglés el apelativo de la banda de Al Capone.

Había pandillas armadas en las universidades y en los sindicatos cubanos. Había ministros y senadores que se rodeaban de pandilleros. Todos los partidos políticos -incluidos los comunistas, naturalmente- tenían sus «hombres de acción», es decir, unos cuadros destacados que siempre estaban dispuestos a disparar o liarse a golpes contra adversarios de similar inclinación por la violencia.

Pero lo terrible es que todo esto sucedía en medio de una atmósfera de adulación y temor que embargaba a casi toda la ciudadanía. Los nombres de los jefes pandilleros se pronunciaban con respeto. Algunos de ellos aspiraban al Parlamento y alcanzaban actas de representantes o senadores. Fidel Castro, en su juventud, perteneció a una de esas pandillas y protagonizó hechos de sangre como parte de su esfuerzo por construirse una buena biografía. Un político, para triunfar en esa Cuba, antes que talento, decencia e ideas, debía exhibir una masa testicular abundante.

Ahí están los cuatro elementos clave de la atmósfera en que se cría y respira Fidel Castro: el mesianismo revolucionario, siempre trufado por el desprecio al Estado de Derecho; la condena del capitalismo como un sistema explotador causante de graves iniquidades; el antiyanquismo, por esquilmar a los trabajadores cubanos y por las ofensivas injerencias en los asuntos internos de la isla; y el culto por la violencia política, que siempre implica una estructura jerárquica basada en la intimidación del más débil por el más fuerte y audaz.

A este substrato general, Fidel Castro le agregó sus circunstancias particulares. Durante su bachillerato, que coincidió con la Segunda Guerra Mundial, lo educaron los jesuitas falangistas provenientes de la Guerra Civil española. El mensaje que estos sacerdotes traían no era muy divergente del de los revolucionarios cubanos: era antidemocrático, anticapitalista y antiyanqui. Eran los tiempos en que la España de Franco reivindicaba el resurgimiento de la Hispanidad como la respuesta latina y católica contra el grosero mundo anglosajón y protestante.

Tampoco era un mensaje que rechazara la violencia. Y todos estos valores y creencias se instalaban en una personalidad que desde la adolescencia mostraba los rasgos autoritarios y egocéntricos del tipo de psicopatología que los especialistas describen como «narcisista». Fidel era un narcisista de libro de texto pero, además, se sentía capaz de realizar las mayores hazañas y tenía la audacia para intentarlas. Eso formaba parte de su grandiosa autopercepción.

No es este el lugar de consignar la historia de la insurrección de Castro, mas debemos resumirla en un párrafo: en 1952, a pocos meses de unas elecciones en las que Fidel, por cierto, era candidato a congresista por un partido socialdemócrata, Fulgencio Batista da un golpe militar y derroca al presidente legítimo Carlos Prío Socarrás. A partir de ese momento, como ocurriera contra Machado veinte años antes, diversos grupos recurren a la violencia para tratar de desalojar del poder al dictador. Todos –y entre ellos el que crea y lidera Fidel Castro, el Movimiento 26 de Julio– prometen restaurar las libertades conculcadas y restablecer la democracia.

Finalmente, la noche del 31 de diciembre de 1958 Batista huye de Cuba y la oposición se apodera de los resortes del poder. Ocho días más tarde, Fidel Castro entra triunfalmente en La Habana al frente de sus guerrilleros barbudos. Su liderazgo se ha impuesto por encima de los demás grupos insurrectos.

¿Qué se propone hacer Castro? Públicamente, ha renegado del comunismo y prometido elecciones y democracia, pero secretamente ha decidido «hacer la revolución». Su radicalización ha sido progresiva desde el asalto al cuartel Moncada en 1953. En el exilio mexicano ha conocido al Che Guevara, quien viene del fallido episodio izquierdista del guatemalteco Jacobo Arbenz.

Su revolución

¿Qué es para Castro «hacer la revolución»? Sin duda, llevar hasta las últimas consecuencias las premisas que flotaban en el ambiente en que construyó su visión de la realidad política y social: si el capitalismo y la empresa privada eran nocivos, había que sustituirlos por el Estado-empresario. Si los norteamericanos eran unos explotadores que habían humillado a los cubanos durante décadas, había que echarlos del país y salir a combatirlos en todos los escenarios. Si la burguesía cubana era aliada de los yanquis, ¿qué otro trato merecía que la privación de sus bienes, la cárcel o el destierro? Si la política cubana había estado plagada por las desvergüenzas y la corrupción, lo correcto era imponer una sola y disciplinada voz: la de la revolución, es decir, la de él mismo auxiliado por un partido único.

Ademanes fascistas

¿Cómo podía calificarse Castro en el terreno ideológico? Era un revolucionario radical, anticapitalista y antiyanqui, dotado de temperamento y de ademanes fascistas. Sólo que por ese camino, en medio de la Guerra Fría, se desembocaba en el comunismo y en el modelo soviético, porque solamente la URSS podía insuflar forma y sentido en la banda armada, desorganizada y caótica que había tomado el poder en Cuba, y servirle de guardaespaldas al régimen frente a Washington.

La reacción de los cubanos ante Castro fue de absoluto e ingenuo fervor. El Mesías revolucionario había llegado a salvarlos. Y como la ciudadanía no sentía demasiado respeto por las instituciones, ni entendía la esencia del Estado de Derecho, porque vivía inmersa y anestesiada por la cultura revolucionaria, no parecen haber sido muchos los cubanos que se horrorizaron con los juicios sumarios tras los que se fusilaron a cientos de militares acusados de asesinatos y torturas al servicio de Batista.

También es posible que en esos años la mayoría del país apoyara la incautación de la prensa libre, la intervención de las escuelas privadas o la confiscación del aparato productivo, atropellos a las libertadesacompañadas por la arbitraria y muy populista reducción de los alquileres de las viviendas en un 50 por ciento, medida inmediatamente aplaudida. Era el preludio para luego confiscarlas.

Escasa resistencia

Igual sucedió con el comercio importante y las grandes industrias. Todo sucedió vertiginosamente entre los años 1959 y 1960; y, aunque hubo oposición armada y alzamientos campesinos, la verdad es que la resistencia ante la apisonadora revolucionaria no fue masiva ni espectacular. Vivir en una cultura revolucionaria había debilitado los mecanismos defensivos de la sociedad cubana.

El grueso de la oposición más decidida prefirió huir que enfrentarse a Castro, aunque en el exilio unos mil quinientos jóvenes, organizados por Estados Unidos, lanzaron la fracasada invasión de Bahía de Cochinos. Prevalecía entonces la idea de que Washington no podía permitir la entronización de un satélite de Moscú a noventa millas de sus costas. Los marines pondrían orden en el alterado manicomio de siempre. Y lo más prudente parecía ser contemplar estos toros desde la barrera del exilio.

Pero, además de hacer la revolución en el terreno económico y político de acuerdo con el modelo leninista importado de Moscú, Fidel Castro le dio otro sentido parcialmente distinto a su gobierno: desde el año 1959 se convirtió en el paladín de la causa comunista en el planeta. Organizó, financió y adiestró expediciones de insurrectos a medio planeta. Sentía la necesidad imperiosa de reproducirse. Su verdadero leit motiv era ése y no la transformación del país.

Su sueño consistía en que en cada rincón del mundo un pequeño grupo de guerrilleros armados desatara una revolución antiimperialista, antiyanqui, anticapitalista que repitiera su triunfo político. Su narcisismo lo impulsaba a tratar de influir en los destinos del planeta. No se resignaba a ser el abrumado administrador de una pequeña isla cañera del Caribe empeñada en cumplir con absurdos o quiméricos planes quinquenales. Castro quería ser Bolívar, Napoleón, Alejandro Magno.

Angola y Etiopía

Para realizarse, Castro necesitaba triunfar a escala planetaria, lo que le llevó a enviar a decenas de miles de soldados cubanos a las guerras de Angola y Etiopía durante más de 15 años, conflicto que supera en tiempo, y probablemente en bajas en combate, a las dos guerras de independencia que tuvo Cuba en el siglo XIX.

El comandante, en suma, acaba de morir tras una larga enfermedad que lo apartó del gobierno desde 2006, pero su régimen comenzó a agonizar mucho antes, en el momento en que Gorbachov desató la perestroika, agravándose después, en 1989, con la caída del muro de Berlín, antesala de la desaparición del Bloque del Este, la disolución de la Unión Soviética y total descrédito del marxismo como referencia teórica.

¿Cómo resistió Castro este cataclismo? Al margen de la ayuda masiva otorgada por Hugo Chávez, la revolución ha resistido por el mismo procedimiento que Corea del Norte: no cediendo un milímetro de poder y no permitiendo la menor disensión en las filas del poder. ¿Podrá Raúl Castro mantener el mismo rumbo? Supongo que solo por cierto tiempo. El mesianismo no es transferible y la desmoralización ideológica de la clase dirigente es total.

Por otra parte, la cultura política que Castro lega es totalmente diferente a la que él recibió. Con Fidel Castro ha muerto más que un líder. La cultura revolucionaria también ha llegado a su fin en Cuba. Esto le abre las puertas a un futuro esperanzador para todos los cubanos.

19 Responses to “Vida y muerte de un narcisista”

  1. William J. Harris 27 November 2016 at 1:19 am Permalink

    EXCELENTE ANÁLISIS.

  2. EZEQUIEL JETHMAL 27 November 2016 at 9:31 am Permalink

    Después de tantos experimentos fallidos (principalmente de líderes de izquierda) intentando suplantar al “Capitalismo”, creo prudente evitar esos “paroxismos mesiánicos” y respetar la intrínseca y compleja evolución de LA NATURALEZA HUMANA. Las masacres contra la población que resiste el cambio, perpetradas por los rusos (dentro y fuera de su actual territorio), Corea del Norte, países del Sureste Asiático, en Cuba y Venezuela además de las correspondientes migraciones forzadas, son precios sociales exagerados que no justifican infructuosos esfuerzos por imponer utopías de las cuales ninguna ha prosperado. Sólo han dejado Himalayas de cadáveres convertidos en triste testimonio histórico de demenciales aventuras revolucionarias. Todavía hoy no se han superado las desigualdades socio-económicas en las “sociedades abiertas” o “capitalistas” y se continúa incrementando la brecha entre ricos y pobres pero no queda más que seguir intentando superar esas inequidades.

  3. César Rodríguez 27 November 2016 at 10:36 am Permalink

    “Cuando un pueblo olvida sus virtudes, lleva en sus vicios, su propio tirano”.
    Nuñez de Arce

  4. Manuel 27 November 2016 at 5:12 pm Permalink

    from American Gangster (the movie), this:

    “The loudest one in the room is the weakest one in the room.”

  5. Ramiro Millan 27 November 2016 at 7:33 pm Permalink

    Si no se conoce y controla al verdadero responsable de la “invención” de la ideología COMUNISTA, más su divulgación y fácil aceptación por parte de las grandes mayorías, más la infaltable presencia de individuos dispuestos a todo para poner en práctica este fatídico régimen y finalmente su inevitable FRACASO, nuevos intentos aparecerán una y otra vez. Más “fideles y Cháves” veremos y con ellos nuevos retrocesos se experimentarán en el camino al desarrollo que los latinoamericanos debemos buscar transitar.
    Y éste poderosísimo responsable está en un primitivo rincón de nuestro cerebro que lo conocemos a través de los INSTINTOS o pulsiones.
    Un instinto en especial que nos presiona para que superemos al otro, que nuestro ego sea advertido por los demás, que el poder esté a nuestro alcance y si nos encontramos del lado de los “perdedores”, de los que pertenecemos a los últimos escalones en el reparto de bienes y poder, buscar las formas o mecanismos que permitan revertir la situación.
    Si es posible a través de las reglas vigentes (socialismo), y si las distancias se ven inalcanzables y se cree necesario recurrir a métodos “ilegales”, no se duda (revolución socialista).
    De manera subconsciente e insistentemente, este mecanismo presiona para que seamos competitivos con aquellos que él considera que son nuestros potenciales “oponentes”. Generalmente el ámbito de acción se limita a lo que nos rodean de manera cotidiana (poseer igual o mejor coche, el teléfono móvil más “full”, pertenecer al equipo de fútbol más ganador, etc) y si no logramos la meta, nuestro psiquismo se encarga de encontrar mecanismos que nos adapte a la situación y mantener un sano equilibrio emocional.
    Pero hay organismos incapaces de aceptar la superioridad de quien sea, se encuentre dónde se encuentre.
    En estos casos, el INSTINTO acude a un aliado extraordinario, me refiero a “doña RAZÓN” exclava de los caprichos de esta fuerza inacabable que se encarga de encontrar los justificativos a través de elucubraciones, desde las más razonables a las que a nadie que no esté gobernado por este fenómeno se le podría ocurrir.
    Y así, en el ámbito de las ideas, el INSTINTO busca cualquier opción que implique eliminar todo aquello que favorece a los afortunados en bienes y poder.
    Si bien debe aceptarse que la génesis de esta idea puede ser sincera y sin la intervención del instinto, no duden que en la enorme mayoría de los casos, está definitivamente presente y presionando para hacerla efectiva.
    En la difusión, divulgación y mayoritaria aceptación de este abanico de propuestas socialistas también interviene la pulsión.
    Por él es muy fácil adoptar cualquier idea que propone destruir al “nefasto capitalista que estafa y oprime al trabajador y que está a favor del IMPERIALISMO norteamericano” estando bajo su control, siempre e inevitablemente presente.
    Tan importante como en las facetas descriptas, es decir, para la aparición y difusión de las ideas comunistas es esta pulsión como en la aparición del LÍDER.
    Aquellos que consideran a todo individuo conocido o no, como alguien a superar, son los excelentes candidatos para ser un nuevo Fidel.
    No tienen posibilidades de inhibir o adaptar sus impulsos a la circunstancias que les toca vivir.
    La presión es insoportable y si disponen de todos los atributos de Fidel, seguramente intentarán tomar un camino similar.
    Y finalmente, del inevitable FRACASO del comunismo, con solo ver a un dirigente comunista vivir en mansiones como los cubanos o los antiguos rusos ya es suficiente para predecir que las contradicciones generadas por individuos bajo el mando, no del politburo, sino de este primitivo INSTINTO harán que el colapso sobrevenga más tarde o temprano.
    “razonvsinstinto.blogspot.com”

  6. STICKY ROME 28 November 2016 at 12:18 am Permalink

    > M E G A L O M A N I A >
    P E R F I L – P S I C O L O G I C O > del Satanista sionista-talmudico el judio sefardita latino ateo y mason FIDEL CASTRO de la Ruz:
    ¿C U A L – D I G N I D A D ? –
    CUBA es una fàbrica de muertos de hambre, es un PUTERO, un PROSTIBULO INTERNACIONAL:
    > A T E O – S A T A N A S – C A S T R O >
    EL JUDIO SEFARDITA ATEO Y MASON FIDEL CASTRO de la RUZ arruinò, saqueò y corrompiò a CUBA, NICARAGUA, VENEZUELA, BRAZIL, ARGENTINA, ECUADOR, BOLIVIA, ESPAÑA y resto de AMERICA CENTRAL, etc y el cancer comunista sigue extendiendose; ahora Colombia es la nueva vìctima del ritual satanico sionista-talmudico; FIDEL FUE ASESINADO HACE MUCHOS AÑOS, ya era apropiado que lo “enterraran”
    > E U R O P A – P E D O F I L A >
    Cuando cayò el muro de Berlin fue cayendo toda EUROPA en el ateismo, en el socialismo satanico, en la pedofilia (abuso sexual de menores y adolescentes), en la homosexualidad, en el incesto (relaciones sexuales entre familiares y parientes), en la fornicacion, en el adulterio etc… los socialistas invadieron EUROPA poco a poco y se apoderaron de todo el comercio, las finanzas, la Banca, los negocios, las empresas, la economìa y neutralizaron las religiones y entonces entrò la ANARQUIA y el odio contra la Biblia y contra las Leyes de Dios y sus diez mandamientos. Se legalizò el matrimonio entre personas del mismo sexo o matrimonio homosexual con derecho a adoptar bebès y niños. Como ejemplo tenemos a HOLANDA donde el 46 por ciento de la poblacion es atea y allì legalizaron el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y hoy tenemos EUROPEOS que seràn pasados por “el horno” muy pronto, secretos hasta hoy revelados en: https://facebook.com/antelacion y nunca olvides hacer click en la imagen de mi perfil, ENCONTRARÀ EL PERFIL PSICOLOGICO DE FIDEL CASTRO en esos enlaces.

  7. Augusto de la Torre Casas 28 November 2016 at 4:09 am Permalink

    Para mí es muy simple: Cuba demoró 60 años en independizarse de España cuando ya todos los países del hemisferio lo habían logrado, y para más vergüenza, con ayuda de EEUU, de quien comenzó enseguida a depender, tras haberlo hecho de España, y más tarde lo haría de la difunta URSS. En los últimos años de la agonizante Venezuela. Lección: Cuba es incapaz de autogobernarse y su pueblo de luchar contra cualquier tipo de opresión. Por eso, dudo mucho que vuelva a ser un país totalmente libre y democrático. Y si pensar así es ser pesimista, confieso que lo soy: conozco el paño, porque lo he usado mucho tiempo…

    Augusto lázaro

    • Manuel 28 November 2016 at 6:10 am Permalink

      el problema de cuba, es q está llena de cubanos; si lo estuviera de de otra raza, otro gallo cantaría, desde hacía mucho rato. El mismo problema de todo tercer y segundo mundista. Claro es dificil pedir otra cosa a lugares llenos de tradicion de dependencia y sin la disciplina y el coraje pa echar pa lante sin estar prendios a la teta de nadie o fajaos con mundo: todo lo q no quería Martí.

      • Humberto 29 November 2016 at 10:07 am Permalink

        Es decir, según su tesis el castrocare de Bobama es por la etnia que habita Cuba y no una acción inmoral unilateral de un gobierno que ayuda a una tercera sucesión dinástica en Cuba.
        Estamos rodeados!
        …,
        No,todo lo contrario, no hay un pueblo que hayan mas generaciones luchando por su libertad que el cubano y un pueblo mas envidiado y que hayan tratado de desalentar en su anelo, que al pueblo cubano.
        …..
        Por si no se enteran, el articulo trae la moraleja, que lo que se conquista con violencia, acaba en violencia. Así que la lucha pacífica es nuestra opción actuar para construir la Cuba futura que anhelamos, que no supimos construir antes. Es el nuevo atajo, al menos el que yo quiero que se de.

    • Humberto 29 November 2016 at 9:54 am Permalink

      Pero miren que los castros le ha comido el coco a la gente con que los cubanos. Hispanos son la culpa.
      Cuantos tiros tiraron les ex colonias KGb rusas para alcanzar su libertad en 1959.
      Cuantos tiros tiraron los gringos solos para avanzar su independencia de Inglaterra?
      No sean imbéciles, nadie jamas ha alcanzado su libertad solo o sin un verdadero apoyo de la todas las fuerzas progresistas internacionales.
      No es un problema de étnico, es de solidaridad, moral.

  8. LAZARO SARCOS 28 November 2016 at 8:32 am Permalink

    EL ETERNO PROBLEMA DE LOS PUEBLOS POBRES E INCULTOS,SIEMPRE ESPERAN QUE UN MESIAS LES RESUELVA SUS PROBLEMAS CON EL MENOR DE SUS ESFUERZOS (POPULISMO).ESTO ES EL RESUMEN DE UNA VERDAD INOCULTABLE.

  9. Maruja Tarre 28 November 2016 at 11:02 am Permalink

    Excelente análisis. Una sola duda: los “jesuitas falangistas que educaron a Castro”. Los jesuitas (vascos en su mayorìa) que llegaron a Venezuela durante y después de la Guerra Civil, no eran falangistas. Por el contrario, como nacionalistas vascos, muchos se opusieron abiertamente al gobierno de Franco. Obviamente, los que educaron a Castro habían llegado a Cuba antes de la Guerra. Pero puede decirse que eran falanjistas? La pregunta es válida también para Venezuela: Caldera que también fue educado por jesuitas “pre-guerra” tuvo en su juventud veleidades falanjistas. Quizas hubo un choque ideológico en la Companía de Jesus en los años 30/40?

  10. Julio Cesar García Guerrero 28 November 2016 at 12:51 pm Permalink

    Una descripción bien acertada y documentada sobre lo que fue Fidel Castro… nos la hace llegar oportunamente, el excelente escritor Carlos Alberto Montaner en su interesante artículo: “Vida y muerte de un narcisista” mi comentario lo voy a expresar en muy pocas palabras… porque Alberto Montaner, lo dice todo…

    Este criterio sobre Fidel, nos dice, que logró unificarlo todo en sí…. conforme a sus intereses e inicuas intensiones.

  11. Gloria 28 November 2016 at 8:06 pm Permalink

    ¿Cadáver tibio? Más probable es que esté muy, muy frío. No creo que Fidel Castro haya renunciado a la criogenización. Al menos del cerebro. Porque, además de narcisista, era muy aficionado a la biotecnología.

  12. Humberto 29 November 2016 at 9:43 am Permalink

    Si, Fidel mismo se creía Cristo,… sino preguntarle a Francisco que de cierta forma ya canonizo al régimen y eso no es casual, sino un anelo trabajado durante anos, incluso desde la Sierra Maestra, los rosarios y los balbas sin necesidad ya viajaban camino del vaticano, solo que un papa polaco demoro el acto.
    Pero en relidad Fidel con su tosqueda insencible seria el Cristo de la testosterona chancletera de una favela.
    Solo un descuido, un nombre emblemático de nuestros excesos de testosterona política que debes agregar:
    https://es.m.wikipedia.org/wiki/Antonio_Guiteras_Holmes

  13. ROBERTO ARANJUEZ 29 November 2016 at 3:52 pm Permalink

    HOMBRES COMO ESTE SEÑOR SON LOS QUE NECESITA

    CUBA

    SON LOS QUE NOS HACEN SENTIR ORGULLOSOS DE SER CUBANOS

    Y PORQUE NO SERÍA UN MAGNÍFICO PRESIDENTE
    EN UNA CUBA POST CASTROS

    • Rol Abba 2 December 2016 at 4:03 am Permalink

      Mi voto lo tiene asegurado desde hace años.

  14. Pedrito Guzman 30 November 2016 at 3:50 pm Permalink

    FIDEL CASTRO. Texto de un amigo médico:
    El profesor jubilado de la UAS, Armando Malacón de Culiacán, México, escribió:
    -No cualquiera tumba una dictadura con 20 hombres desafiando al Imperio norteamericano.
    -No cualquiera elimina el analfabetismo en un año.
    -No cualquiera baja la mortalidad infantil de 42% a 4%.
    -No cualquiera forma más de 130 mil médicos, garantizando 1 médico por cada 130 personas, con el mayor índice de médicos per cápita del mundo.
    -No cualquiera crea la mayor Facultad de Medicina del Mundo, graduando 1500 médicos extranjeros por año, con 25,000 médicos graduados de 84 naciones.
    -No cualquiera envía más de 30 mil médicos a colaborar en más de 68 países del mundo sumando cerca de 600,000 misiones.
    -No cualquiera logra ser la única nación latinoamericana sin desnutrición infantil.
    -No cualquiera logra ser el único país latinoamericano sin problema de drogas.
    -No cualquiera logra 100% de escolarización.
    -No cualquiera puede circular en su país sin ver un solo niño durmiendo en la calle.
    -No cualquiera logra ser el único país del mundo que cumple la sostenibilidad ecológica.
    -No cualquiera logra que su población tenga 79 años de esperanza de vida al nacer.
    -No cualquiera crea vacunas contra el cáncer.
    -No cualquiera logra ser el único país que erradica la transmisión madre-hijo del VIH.
    -No cualquiera logra tener la mayor cantidad de medallas olímpicas de Latinoamérica.
    -No cualquiera sobrevive a más de 600 atentados contra su vida y a 11 presidentes norteamericanos intentando derrocarlo.
    -No cualquiera sobrevive a 50 años de bloqueo y guerra económica.
    -No cualquiera llega a los 90 años, con tanto protagonismo en la historia mundial.
    Querido por millones. Incomprendido por otros cuantos. Lo que no puede hacer nadie, es ignorarlo.
    Hasta la victoria siempre, comandante. Gracias por ser ejemplo de valentía de resistencia y de dignidad.

  15. Rol Abba 2 December 2016 at 4:02 am Permalink

    Al de los “No Cualquiera” sumo uno.

    No cualquiera se inventa las estadísticas con alegría sin permitir que haya una sola organización independiente nacional o extranjera que las cuestione o verifique.

    La ingenuidad es pecado pasada cierta edad. Y después de viejos es maldad.


Leave a Reply